De la misma bitácora:

Estamos de acuerdo con los dichos de Mons. Williamson en su último Eleison en relación al séptimo párrafo (III, 5) de la Declaración Doctrinal: la "interpretación" es una locura, una insensatez y (esto lo decimos nosotros) un rompedero de cabeza. Pero...no es una concesión para la Fe y se nos la quiere hacer pasar por tal.


¿Porqué decimos ésto? Porque si bien lo cuerdo, lo sensato o lo más simple sería el "rechazo de plano" de los errores conciliares, la "Declaración doctrinal" -al reconocer que hay doctrinas "difícilmente conciliables" con la Tradición (nosotros en nuestrocomentario hablamos de "postulados erróneos")- confiere a la palabra "interpretación" un significado que va más allá de la simple aclaración de un concepto al tiempo que deviene unarectificación. Una de las acepciones de "interpretar" que proporciona la RAE es "explicar dichos que pueden ser entendidos de diferente modo". Pero al explicar los dichos del modo correctono se desprende que el otro modo de entenderlo sea válido, al menos cuando expresamente se afirma que este último modo es inaceptable.


Ya lo dijo con acierto el P. Schmidberger en su nota a las Carmelitas de Brilon-Wald: no es por nada que un viejo dicho dice así: "summum jus, summa injuria":al buscar la perfección en el Derecho se pueden cometer las mayores injusticias. En este caso la injusticia mayor es haber provocado un desgajamiento importante en la Tradición y haber impedido un legítimo acuerdo canónico.