En el Exodo 3-13,14 podemos leer lo siguiente:
"Moisés replicó a Dios: <<Mira yo iré a los hijos de Israel y les diré: 'El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros'. Si ellos me preguntan: ¿cuál es su nombre?, ¿qué les respondo?>>. Dios dijo a Moisés: <<Yo soy el que soy;esto dirás a los hijos de Israel; Yo soy me envía a vosotros.>>
Estamos acostumbrados a considerar que la palabra Dios es el nombre de Él, pero esa es una forma genérica de denominar una entidad divina que singularizamos al emplear la mayúscula para referirnos a ella y, sin embargo, en la expresión con la que se presenta a Moisés se autodefine y da a entender que su nombre es secreto los judíos así lo consideran) o que directamente sería impronunciable para el hombre.
En la wiki hay un largo artículo sobre el tema, que no sé si es todo lo correcto que debería, pero que puede resultar orientativo acerca de la dificultad que entraña la cuestión.
Yahveh.
Yahveh1 (transcripción y pronunciación hebraísta2 3 4 5 6 ; hebreo antiguo: יהוה (pronunciación desconocida)7 8 ; transliteración: «YHVH» o «JHWH»9 ; pronunciación popular: Jehovah10 ) y su pronunciación conjetural (Yahweh, Yahvé, Yah y Yavé así como la acepción Iehová, Jehowah o Jehová) es, en dicho modo, el nombre propio utilizado en las Biblias (en lengua española; y en muchas otras lenguas) para designar y diferenciar a la Deidad suprema de las religiones judeocristianas (en adelante Dios)11 de las otras muchas religiones que también tienen su deidades supremas (y que también las conocen como Dios). En su forma hebrea es, en el Antiguo Testamento, el nombre que utiliza Dios para referirse a sí mismo12 13 14 , siendo su significado una descripción de su propia naturaleza.15 16
El sentido del nombre Yahveh (Y H V H ``El Tetragrámaton´´) ha sido interpretado de formas muy diversas y se discute su origen cultural. Aunque Elohim siempre dijo que sería llamado Yahveh en el Génesis. En el tiempo que el pueblo judío fue llevado en esclavitud a Babilonia estaba prohibido pronunciar su nombre, ya que era sagrado, así que fue creada esta interpretación. Al estar formado por cuatro consonantes hebreas —Y (iod), H (hei), V (vav) y H (hei)— se denomina también Tetragrámaton (es decir, palabra compuesta de cuatro letras).
La combinación de esas cuatro letras (tetragrama) permitía evadir el problema de cómo leerlo correctamente. Pero la mayoría de los eruditos hacen notar que el verbo hebreo hayah no designa una mera existencia sino una presencia viva y activa, y que, por lo tanto, la frase significa:
“Yo existiré por mí mismo” o “Yo soy el que existe por sí mismo”.
(En tal caso, la divinidad que hizo la promesa respecto a la descendencia de Abraham es el Dios que es y que sigue siendo). La principal preocupación de esa frase era entonces demostrar que existe una continuidad en la actividad divina desde la época de los patriarcas a los acontecimientos registrados en Éxodo 3. [La afirmación del versículo 17 no es sino una reafirmación de la promesa hecha a Abraham]
El propio nombre de Yahveh puede, pues, afirmar la continuación de la actividad de Dios sobre los hombres en la lealtad a su promesa. De ahí que Jesús transmitía:
«Mi Padre sigue actuando [ergázetai] y yo sigo actuando [ergázomai]» (Juan 5:17).
La perfecta congruencia de esa idea culmina en el último libro de la Biblia: «Yo soy el que es y era y ha de venir» (Apocalipsis 1:8).
Las formas que las biblias de habla hispana emplean como nombre propio de Dios en el Antiguo Testamento son las siguientes.
Yahveh (o Yahvé) en el Antiguo Testamento:
la Biblia Latinoamericana,
la Biblia de Jerusalén,
la Traducción de Cantera-Iglesias,
el Libro del pueblo de Dios, la Biblia,
la Nueva Biblia, Latinoamérica y otras versiones católicas, así como algunas paraprotestantes.
Jehová (o Jehovah) en el Antiguo Testamento:
la Reina-Valera,
la Traducción de Felipe Scío de San Miguel,
la Biblia al Día,
la Versión Moderna,
la Versión Torres Amat,
la Nueva Versión Internacional.
Jehová (o Jehovah) tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento:
la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.
También aparece el nombre propio de Dios en la forma abreviada IAH, YAH o JAH (español antiguo), especialmente en los salmos. Dicho nombre propio de Dios se encuentra en el Antiguo Testamento unas 6.000 veces.17
Además de este nombre propio, en las Escrituras se aplican distintos títulos y atributos para Dios, entre los cuales están:
Adón (Señor); Adonay (mi Señor)
El (véase dios El [o Il])
Elyón
Eloah
Elohim ("dioses" o "el único y verdadero Dios", dependiendo del contexto)18
También se le nombra con sus atributos:
Yhwh-Tzva'ot (Yahweh de los Ejércitos)
Yhwh-Shalom (Yahweh es mi Paz)
Yhwh-Nisí (Yahweh es mi Estandarte)
Etimología.
Según dice Exo 20:2 א “Yo soy יהוה YHVH tu Dios, quien los sacó de la tierra de Mitzrayim (Egipto), fuera de la casa de esclavitud". Aunque la mayoría de los hebraístas -y algunos eruditos judíos-, se han puesto de acuerdo en que la pronunciación más aceptada es Yahveh, algunas congregaciones y otros estudiosos no aceptan dicha pronunciación porque alegan que no se conoce a ciencia cierta la pronunciación original, porque esta desapareció por un exceso de reverencia entre los judíos, que ordenaba no mencionar el nombre de Dios para evitar su empleo vano o profano. Siglos de desuso y por la peculiaridad del idioma hebreo antiguo, en cuyo alfabeto no existían vocales escritas, hicieron que la pronunciación exacta se perdiera. Las formas latinizadas más populares son Yahvé (Iahveh, en latín) y durante la Edad Media, JeHoVá (IeHoVa, en su forma latinizada)
La raíz hebrea יה (iud + hey: IáH) se considera una forma abreviada del “tetragrammaton”. La palabra más antigua para alabarle en todos los idiomas es aleluyah (Hallelu-YaH: “alabad a Yah”).
Ahora bien, sobre la forma latina “Jehová”, se tiene que ésta siguió una concepción errónea: Desde el siglo VII d. C., el equipo de Naqdanim o punteadores (del texto Bíblico), fijaron las vocales escritas para el hebreo. Cuando lidiaron con el nombre de Dios sólo le asignaron las vocales según el contexto de las palabras usuales para Dios:
Elohim (vocales: jataf segol = e (shvá' original por ser 'alef letra gutural); jolam jaser = o y jiriq jaser = i)
Adonay (vocales: jataf patáj = a (shvá' original por ser 'alef letra gutural); jolam jaser = o y qamatz = a)
Ha-shem (vocales del arameo shemá'= Ha-shem “el nombre”): shvá' = e y qamatz = a. “Ha” es el artículo (el, la, los, las), y Shem ‘(re)nombre’.
Algunos traductores usaron asimilaciones que no se ajustaban a la pronunciación tradicional del pueblo hebreo Así, por ejemplo, si aparecen juntos adonay y YHVH, a este último le corresponden las vocales de Elohim o por puro efecto artístico, las vocales de Hashem; tomemos por ejemplo el texto hebreo de Is. 61:1
א רוּחַ אֲדֹנָי יְהוִה עָלָי יַעַן מָשַׁח יְהוָה אֹתִי rúaj 'Adonay elohim (escrito YeHoWiH) 'alay, ya'an mashaj Hashem (escrito YeHVaH) 'otí... “el espíritu de 'Adonay 'Elohim está sobre mí, porque Hashem me ungió”...
De modo que el traductor español antiguo creyó ver en la secuencias letra-vocal del Nombre Divino una real pronunciación, mas aquello era sólo una convención al momento de leer el Nombre. Como se puede ver, se concentró en la forma más abundante, YeHoVaH, y de ahí pasó como Jehovah, asunto lejano del original hebreo, pues es finalmente el resultado de las consonantes del nombre YHVH, con las vocales del título “mi Señor”: 'adonay.
Significado.
Acerca del significado del nombre, se trataría de una combinación de las formas de pasado (היה), presente (הוה) y futuro (יהיה) de la raíz del verbo ser, para indicar la eternidad de la existencia divina. Apocalipsis 1:8
Asimismo se trataría de la forma causativa del mismo verbo, significando ‘el que causa el ser’. Muchos otros nombres en árabe y hebreo responden a esa forma, lo que parece avalar esta hipótesis.
De acuerdo con otros eruditos, se trataría de la forma acusativa, estado imperfecto, del verbo hebreo hawáh (‘llegar a ser’, ‘existir’). Entonces Yahweh significaría: ‘ÉL, que HACE EXISTIR’. A pesar de todo, algunos han llegado a conjeturar que el nombre de Dios: YaHVeH, es una derivación del verbo hebreo “Yah” que se podría traducir en la parte donde se revela a Moisés como: “Yo Seré que Yo Seré”, aunque aquí se plantean dudas, pues Moisés le consultó en tiempo presente, y esta respuesta dejaría un “vacío” en relación al tiempo.19 Es por ello que la traducción más aceptada es la utilizada en la Versión de los LXX o Septuaginta: “Yo Soy el que Soy”, aunque se le puede reducir a YO SOY, como expresa la misma Torá.
Yahveh (Yahweh) es uno de los nombres hebreos arcaicos, tales como Jacob, José, Israel, etc. (cf. Ewald, Lehrbuch der hebr. Sprache, 7.ª ed., 1863, p. 664), derivado del imperfecto de tercera persona, de modo que atribuye a una persona o cosa la acción de la cualidad expresada por el verbo después de la manera de un adjetivo verbal o un participio. Furst ha coleccionado la mayoría de estos nombres y llama a la forma participialis imperfectiva. Como el Nombre Divino es una forma imperfecta del arcaico verbo hebreo «ser», Yahveh significa ‘el que es’, aquel cuya nota característica consiste en ser, o simplemente ‘el existente’. Aquí somos confrontados con la cuestión, si Yahveh es el hiphil imperfecto o el qal imperfecto. Calmet y Le Clere creen que el Nombre Divino es una forma hiphil; por tanto significa, de acuerdo a Schrader (Die Keilinschriften und das alte Testament, 2.ª ed., p. 25), ‘aquel que trae a la existencia, el creador’, y de acuerdo a Lagarde (Psalterium Hieronymi 153), ‘aquel que causa la llegada’, ‘aquel que cumple sus promesas’, ‘el Dios de la providencia’. Enciclopedia Católica.
Pronunciación.
Al analizar la pronunciación, a causa del desuso de su forma oral, y de las características de la grafía hebrea (abyad), que emplea sólo las consonantes, es difícil indicar con exactitud cuál sería la pronunciación apropiada, por el desconocimiento de las vocales implicadas en ello.
Cuando alrededor del siglo VII se comenzaron a emplear signos adicionales para indicar las vocales en el texto bíblico (los llamados puntos masoréticos o nequdot), el nombre divino se conservó tal como estaba, sin vocal alguna, para respetar el mandamiento que prohíbe usarlo en vano. Debido a ello, y a las distintas reglas para transliterarla al alfabeto latino en distintos idiomas, existen múltiples versiones del nombre.
Las pronunciaciones JeHoVá y Yahveh.
Normalmente los hebraístas apoyan la forma “Yahveh” (la cual origina la variación Yavé), como la pronunciación más probable. Señalan que la abreviatura del nombre es IAH (Yah en la forma latinizada), como en el Salmo 89:8 y en la expresión Hallel-u-Iáh {¡Aleluya!} (que significa “¡Alabad a Yah!” en los Salmos 104:35; 150:1,6). También, las formas Yehóh, Yoh, Yah y Yá.hu, que se hallan en la grafía hebrea de los nombres Yehoshafat (trasliterado al español como Josafat), Yehú (trasliterado al español como Jehú), Yehoshuá' (trasliterado del hebreo al español como Josué y del griego al español como Jesús), Sefatyah (trasliterado al español como Sefatías) y otros, pueden sugerir el nombre divino Yahveh. Las transliteraciones griegas del nombre divino que hicieron los escritores cristianos, a saber, I.a.bé o I.a.ou.é (que en griego se pronunciaban de modo parecido a Yahveh), pueden indicar lo mismo. Sin embargo, no hay unanimidad entre los eruditos en cuanto a la pronunciación exacta; algunos prefieren incluso otras pronunciaciones como Yahuwa, Yahuah, Yahwuéh, JãHôH20 o Yehuah,.21
Ya que en la actualidad es imposible precisar la pronunciación exacta, y sea cual sea el verdadero origen, realmente no parece haber razones absolutas para que quienes utilicen la forma “Jehová”, muy conocida en español, la abandonen por otras posibles pronunciaciones. Ya que en el “hipotético” caso de producirse este cambio, entonces, consecuentemente, podrían surgir modificaciones en la grafía y pronunciación de muchos otros nombres de las Escrituras: Jeremías tomándose directamente de Yirmeyah(u); Isaías, de Yeshaʿya.hu; y Jesús, bien de Yehoshuʿa (como en hebreo) o de Ie-sús (como en griego), sin perder de vista los conflictos que pudieran causar con las formas arraigadas gráfica y fonéticamente en español. Así, como el propósito de las palabras es el de transmitir ideas; en español, el nombre de Jehová que se aplica a Dios, actualmente transmite esta idea de manera tan aceptable como otras dentro de las comunidades religiosas que la utilizan.
Antiguamente, la escritura utilizada por los hebreos carecía de signos que representaran las vocales, por lo que sólo se escribían las consonantes. Es decir, la escritura sólo era con consonantes, pero su pronunciación era con la utilización de vocales, para las cuales no existían signos que permitieran ser escritas. Así, y conforme a la combinación que se hacía entre las consonantes, era la vocal que correspondía acompañar a cada una de ellas, según lo marcaba una antigua tradición.
Por ende, aquellos rabinos al intentar realizar la traducción utilizaron como base las vocales de la palabra ‘Aedonai’ (que significa Señor) trasladándolas al tetragrama YHWH. Para realizar tal operación, anularon todas las consonantes, incluida la ‘i’ (que también era considerada una consonante). Luego a la vocal ‘a’ la modificaron por la ‘e’, ya que la primera traía dificultades de pronunciación y significado (es decir, ‘Yaehová’), quedando entonces solo las vocales ‘e-o-a’. Al trasladar éstas al tetragrama YHWH quedó conformada la palabra ‘YeHoWa’. De ese acto arbitrario de traducción es que surgió la palabra Jehová.
Posteriormente, ese error fue repetido por los exégetas o intérpretes de las Sagradas Escrituras de los siglos XVI al XIX, dada la falta de un conocimiento mayor del idioma utilizado por los escritores sagrados.
Recordemos que recién a comienzos del s. XIX –a través de estudiosos como Champolión y otros- pudo ser descifrado el significado de los jeroglíficos egipcios, por lo que el conocimiento que hoy en día se ha alcanzado de los idiomas de la antigüedad y que permite corregir viejos errores, en aquellos siglos no existía.
Escritura.
Tetragrama y Yehowah.jpg
En los antiguos textos hebreos sólo se escribían las consonantes, es decir, las vocales no figuraban. Cuando el lector llegaba a la palabra formada por el tetragrama “YHVH”, y debido a una tradición judía no bíblica, no podía pronunciar “Yahveh”, ni tampoco el híbrido “Yehowa”, porque el nombre de Dios, según dicha tradición, era impronunciable. Sin embargo, para no ir contra esta norma, cuando el lector llegaba a “YHVH” pronunciaba “Adonay” (mi Señor).
Con el tiempo, cuando se adoptó el uso de escribir las vocales, y ya que los lectores antiguos omitían leer el tetragrama YHWH, remplazando su pronunciación con la palabra “Adonay”, se combinaron las vocales de esta palabra (“a” débil, “o” y “a”) sobre las consonantes de “YHVH”, resultando una palabra híbrida, un nuevo escrito: “YeHoVaH” (hay que tener en cuenta que la “a” débil de “Adonay” no es soportable bajo la “yod” inical de “YHVH”, convirtiéndose en “e” débil). Por tanto, según esta hipótesis respaldada por ciertos biblistas, la palabra “Yehovah” sería el tetragrama “YHVH” con las vocales de “Adonay”.
El Tetragrámaton.
Debido a que se ha utilizado predominantemente de manera escrita, por su grafía se lo denomina también tetragrámaton (del griego τετρα-γράμματον, tetra-grámmaton ‘cuatro letras’). En hebreo es usual también la expresión השם (haShem, ‘el nombre’).
Uso del Tetragrámaton.
Esta forma de escritura apareció debido a que en algún momento surgió entre los Sacerdotes la idea de que seria inapropiado revelar el Nombre Divino (representado por el Tetragrámaton). No se sabe a ciencia cierta qué base hubo originalmente para dejar de pronunciar el nombre. Pero se consideran varias hipótesis, cada una con sus puntos a favor y en contra. Hay quien cree que esta escritura surgió de la enseñanza de que el nombre era tan sagrado que no lo debían pronunciar. Sin embargo, en las mismas Escrituras Hebreas no se describe que ninguno de los siervos de Dios tuviese reparos en pronunciar su nombre. Los documentos hebreos no bíblicos, como, por ejemplo, las llamadas Cartas de Lakís, muestran que en Judá el nombre se usaba en la correspondencia durante la última parte del siglo VII a. C.
Esta forma de escritura apareció debido a que se habría pretendido evitar que los pueblos no judíos conocieran el nombre y lo usaran mal. Sin embargo, en los mismos escritos bíblicos se aprecia el deseo de Dios que haría que ‘su nombre fuera declarado en toda la tierra’ (Éx 9:16; compárese con 1 Cr 16:23-24; Sal 113:3; Mal 1:11, 14), para que incluso sus adversarios lo conocieran. (Isa 64:2).
Sin embargo, cualquiera que hubiese sido el propósito de tal creencia, lo cierto es que éste dejó de pronunciarse a tal grado que hoy se desconoce por completo la vocalización de esta escritura; esto, a su vez, fue una de las causas que han originado las discusiones sobre las variaciones existentes en su pronunciación.
Tal como no se sabe con seguridad la razón o razones originales por las que dejó de usarse el nombre divino, de la misma manera hay mucha incertidumbre en cuanto a cuándo se arraigó realmente esta costumbre. Algunos alegan que empezó después del exilio en Babilonia. Fue en esta ciudad donde se empezaron a originar varias clases de religiones y creencias después de su éxito.
Según el profesor Gérard Gertoux se puede notar un cambio de actitud en algunos escritos de la era exílica y postexílica, explica que tanto Daniel, Esdras y Nehemías usaron el Tetragrámaton cuando hablaban con judíos, y sustitutos cuando lo hacían con paganos (compárese Daniel 1:2 9:2-20 con Daniel 2:28,29,37,44 y Es. 3:10,11 8:28,29; con Es.5:17 Ne 4:14 8:9 con Ne 2:4,20). Dice también que el libro de Ester no contiene el Tetragrámaton pero el de Malaquías sí porque fue escrito para los Judíos.
Sin embargo, esta teoría que se basa en una supuesta disminución del uso del nombre en la última parte de las Escrituras Hebreas, no tiene tanta solidez a la luz de los hechos. Por ejemplo: Esdras 1:2 nos muestra que Ciro, un rey pagano usó el Tetragrámaton en una carta oficial, lo que muestra que no era desconocido, en el período postexílico por los no judíos. Si bien es cierto que en el libro de Ester no aparece el Tetragrámaton, en el capítulo 1:20, hay lo que algunos han llamado “un acróstico invertido del tetragrama”. Malaquías, uno de los últimos libros de las Escrituras Hebreas —escrito en la última mitad del siglo V a. E.C.—, da gran importancia al Nombre divino.
Muchas obras de consulta dicen que el nombre dejó de emplearse alrededor del año 300 a. C. Se cita como prueba la supuesta ausencia del Tetragrámaton (o una transliteración de éste) en la Septuaginta, traducción griega de las Escrituras Hebreas que se inició alrededor de 280 a. E.C. Es cierto que los manuscritos más completos de la Septuaginta que se conocen en la actualidad sustituyen sistemáticamente el Tetragrámaton por las palabras griegas Ký·ri·os (Señor) o The·ós (Dios), pero estos manuscritos importantes solo se remontan hasta los siglos IV y V d. C. Hace poco se han descubierto fragmentos de manuscritos más antiguos que prueban que en las copias más antiguas de la Septuaginta aparecía el Nombre divino.
Por tanto, al menos por escrito, no hay prueba sólida de que el nombre divino hubiera desaparecido o caído en desuso antes de nuestra era. Es en el siglo I E.C. cuando se empieza a observar cierta actitud supersticiosa hacia el nombre de Dios. Cuando Josefo, historiador judío perteneciente a una familia sacerdotal, relata la revelación de Dios a Moisés en el lugar de la zarza ardiente, dice:
“Dios entonces le dijo su santo nombre, que nunca había sido comunicado a ningún hombre; por lo tanto no sería leal por mi parte que dijera nada más al respecto”.
(Antigüedades Judías, libro II, cap. XII, sec. 4.)
Sin embargo, las palabras de Josefo, además de ser inexactas en lo que tiene que ver con que se desconociera el nombre divino antes de Moisés, son vagas y no revelan con claridad cuál era la actitud común en el siglo I en cuanto a la pronunciación o uso del nombre divino.
La Mishná judía, una colección de enseñanzas y tradiciones rabínicas, es algo más explícita. Su compilación se atribuye al rabino Yehudá ha-Nasí (Judá el Príncipe), que vivió en los siglo II a. C. y Siglo III E.C. Parte del contenido de la Mishná se relaciona claramente con las circunstancias anteriores a la destrucción de Jerusalén y su templo en 70 d. C. No obstante, un docto dice sobre la Mishná:
“Es extremadamente difícil decidir qué valor histórico debe atribuirse a las tradiciones de la Mishná. El tiempo que puede haber oscurecido o distorsionado los recuerdos de épocas tan dispares; los levantamientos, cambios y confusiones políticas que ocasionaron dos rebeliones y dos conquistas romanas; las normas de los fariseos (cuyas opiniones registra la Mishná), distintas de las de los saduceos [...]. Todos estos son factores que deben sopesarse a la hora de valorar la naturaleza de las afirmaciones de la Mishná. Además, mucho del contenido de la Mishná persigue como único fin el diálogo académico, al parecer sin pretensión de ubicarlo históricamente”. (The Mishnah, traducción al inglés de H. Danby, Londres, 1954, págs. XIV, XV.)
Algunas de las tradiciones de la Mishná sobre la pronunciación del nombre divino son:
La Mishná dice con relación al día de la Expiación Anual:
“Los sacerdotes y pueblo estaban en el atrio y cuando oían el Nombre que pronunciaba claramente el Sumo Sacerdote, se arrodillaban, se postraban con el rostro en tierra y decían: ‘Bendito el Nombre de la gloria de su Reino por siempre jamás’ (Yoma 6:2)
No obstante, a pesar de estos puntos de vista negativos, en la primera parte de la Mishná también se halla la declaración positiva de que una persona podía “saludar a su prójimo con el nombre de Dios”, y se cita el ejemplo de Boaz. (Rut 2:4; Berajot 9:5.)
Sin exagerar su importancia, estos puntos de vista tradicionales tal vez indiquen una tendencia supersticiosa a evitar el uso del nombre divino ya antes de la destrucción del templo de Jerusalén en 70 d. C. De todos modos, se dice de modo explícito que eran principalmente los sacerdotes quienes usaban un nombre sustitutivo para el nombre divino, y eso sólo en las provincias. Por otra parte, como hemos visto, es discutible el valor histórico de las tradiciones de la Mishná.
Por lo tanto, no hay ninguna base sólida para asignar al desarrollo de este punto de vista supersticioso una fecha anterior a los siglos I y II E.C. Además las escrituras del Nuevo Testamento muestran que Jesús utilizó y pronunció el Tetagramatón (San Juan 17:6,26); un ejemplo de ello es cuando entró en la sinagoga de Nazaret y leyó del libro de Isaías (San Lucas 4:16-19). Sin embargo, con el tiempo, el lector judío empezó a utilizar los términos ’Adho·nái (Señor) o ’Elo·hím (Dios) en sustitución del Nombre divino representado por el Tetragrámaton, y así evitaba pronunciarlo cuando leía las Escrituras hebreas en el lenguaje original. Así debió ocurrir, pues cuando empezaron a usarse los puntos vocálicos en la segunda mitad del I milenio E.C., los copistas judíos insertaron en el Tetragrámaton los puntos vocálicos de ’Adho·nái o de ’Elo·hím, seguramente para advertir al lector de que pronunciara esas palabras en lugar del nombre divino. Por supuesto, en las copias posteriores de la Septuaginta griega de las Escrituras Hebreas, el Tetragrámaton se hallaba completamente reemplazado por Ký·ri·os y The·ós.
Las traducciones a otros idiomas, como la Vulgata latina, siguieron el ejemplo de las copias posteriores de la Septuaginta. Por esta razón, la versión Scío San Miguel, basada en la Vulgata, no contiene el Nombre divino, aunque sí lo menciona en sus notas. Otro tanto ocurre con la versión Torres Amat (excepto en unas pocas ocasiones que sí aparece), mientras que La Biblia de las Américas emplea SEÑOR o DIOS para representar el Tetragrámaton en las Escrituras Hebreas cada vez que aparece, lo mismo se puede decir de La Nueva Versión Internacional.
Diferentes grafías a través de la historia.
Diversos escritores antiguos usaron grafías distintas. A este respecto, la Enciclopedia Católica indica algunas:
Iao: según Diodoro de Sicilia (1.94);
Iao: los heréticos valentinianos (Ireneo, Adv. Haer. 1.4.1, en P. G. 7, col. 481);
Iao: Orígenes (in Joh. 2.1, en P. G. 14, col. 105);
Iaou: Clemente de Alejandría (Strom. 5.6, en P. G. 9, col. 60);
Iaoth: Ireneo (Adv. Haer. 2.35.3, en P. G. 7, col. 840);
Ieuo: Porfirio (Eus., Praep. Evang. 1.9, en P. G. 21, col. 72);
Ia o Iabe: Epifanio (Adv. Haer. 1.3.40, en P. G. 41, col. 685);
Iaho: Seudo-Jerónimo (Breviarium in Pss., en P. L. 26, 828);
Iehieh: Jacobo de Edessa (cf. Lamy: La science catholique, 1891, p. 196);
πιπι: ciertos escritores del griego que transcribían el Nombre Divino hebreo πιπι (p-i-p-i), por su similitud con las letras hebreas (según Jerónimo, en Ep. XXV ad Marcell, en P. L. 22, col. 429).
Iabe: los samaritanos (según Theodoret, en Quaestiones in Éxodum 15, en P. G. 80, col. 244);
Yahweh[editar · editar código]
Según la Enciclopedia Católica, esta vocalización se generó al incluir en el tetragrámaton las vocales de la forma samaritana de pronunciar el nombre, según la obra de Theodoret.
El lector juicioso percibirá que la pronunciación samaritana Jabe probablemente es la que más se acerca al sonido verdadero del Nombre Divino; los otros escritos primitivos transmiten únicamente abreviaturas o corrupciones del nombre sagrado. Insertando las vocales de Jabe en el texto consonántico hebreo original, obtenemos la forma Yahvé (Yahweh), que ha sido generalmente aceptada por los modernos eruditos como la verdadera pronunciación del Nombre Divino. No meramente está estrechamente conectada con la pronunciación de la antigua sinagoga por medio de la tradición samaritana, sino que permite la legítima derivación de todas las abreviaturas del nombre sagrado en el Antiguo Testamento.
Enciclopedia Católica.
Sin embargo, si bien muchos eruditos están de acuerdo con ello, esto último no tiene consenso universal, el profesor francés Gertoux argumenta lo siguiente:
[Debo hacer] una observación al libro de Theodoret (Quaestiones in Éxodum, cap. XV), que es citado muy a menudo como soporte a la pronunciación yahweh, debido a la siguiente sentencia: «El nombre de Dios es pronunciado Iabe». Esta observación es verdadera, pero Theodoret especifica que está hablando de los samaritanos, y agrega que los judíos pronunciaban este nombre aïa.
En otro libro (Quaestiones in I Paral., cap. IX) escribe que «la palabra netinéo significa en hebreo ‘regalo de Iaô’, quien es Dios». De acuerdo a Theodoret había tres diferentes formas, pero lo que Theoderet probablemente ignoraba es que en esa época había muchos sustitutos del nombre. Al revisar el período anterior a la destrucción del templo, el Talmud (Sotah 7,6 Tamid 33b) deja claro que en la liturgia se utilizaban sustitutos del nombre. Estos sustitutos eran numerosos, como muestra la literatura de aquel tiempo (2 M 1:24-25; 15:3; Si 23:4; 50:14-19). El griego Iaô (el cual viene del antiguo hebreo Yahu) y el samaritano Iabe (que viene del arameo Yaw) no son la pronunciación del único nombre YHWH. El nombre Aïa probablemente representa la transcripción de la forma ’Ehyeh. Aun si el nombre Yahweh es ampliamente usado, sus bases son muy inciertas. Por eso la mayoría de los eruditos prefieren la forma YHWH. En la actualidad hay dos tipos de teorías: 1) unos eruditos piensan que la forma YHWH es equivalente a su etimología ‘Él es’ y obtienen la forma Yahveh, Yahwoh, etc.; 2) otros tratan de leer sólo la filología en el nombre. Por ejemplo, el erudito francés Antoine Favre d'Olivet usó Ihôah en su traducción de la Biblia (1823), el traductor judío Samuel Cahen usó Iehovah en toda su Biblia (1836), el doctor judío J. H. Levy prefirió el nombre Y'howah (1903), y así por el estílo.
Otras maneras de escribir Yahveh
En el texto bíblico aparece también la forma abreviada Yah (en inglés Jah), sobre todo en el Libro de los Salmos. Esta forma parte de la conocida expresión hebrea aleluya, que significa ‘¡alaben a Yah!’. Asimismo la forma abreviada del Nombre Divino aparece incluida en el significado de muchos nombres hebreos. Esa forma Yah se utiliza ahora principalmente entre los rastafaris de Jamaica.
Al escribir el Nombre de Dios los judíos lo hacían así: YHVH, cuatro consonantes, sin vocales. Lo más curioso es que, por respeto al Nombre de Dios y a que algunos rabinos empezaron a enseñar que pronunciar el Nombre de Dios acarreaba un castigo eterno, la pronunciación de YHVH cayó en desuso. Al llegar a esa palabra, se inclinaba la cabeza, se hacía una pausa y proseguía la lectura.[cita requerida] Con el correr de los siglos y de tanto no pronunciar YHVH, se olvidaron de cómo eran las vocales y, cuando quisieron recuperarlas, los que leían la Escritura ya no sabían cuáles eran. Fueron unos sabios judíos, entre los siglos VI y X después de Jesucristo, quienes empezaron a escribir la lengua hebrea con vocales. Fue toda una novedad, pero una ayuda muy grande para quienes no sabían leerla bien. Idearon una serie de puntos y rayitas que ponían por encima, dentro o por debajo de las consonantes (las llamadas masoras, que derivaron en los textos masoréticos). La palabra YHVH los frenó. Ni ellos sabían qué vocales poner.[cita requerida] Entonces se les ocurrió tomar las vocales de la palabra hebrea Adonai,23 24 que quiere decir ‘Señor’, y las intercalaron entre las consonantes de YHVH. Sin adentrarse en disquisiciones lingüísticas,25 fue así como surgieron la palabra Yehovah y sus variaciones.
Según el Catecismo de la Iglesia (209), los cristianos proclaman la divinidad de Jesucristo dándole el título de Adonay (Adonai), ‘Señor’. Hoy día los judíos de origen español, cuando llegan a YHVH, por lo general lo sustituyen por ha-Shem que en hebreo quiere decir ‘el Nombre’, mientras que los judíos originarios del Este europeo dicen sin más Adonai, ‘Señor’ (lit.: ‘mi Señor (en plural mayestático)’).
Iehoua
En el siglo XV Nicolás de Cusa fundó un hogar de ancianos en Cusa. Ahora, ese antiguo edificio alberga la biblioteca de Cusa, en la que hay más de trescientos manuscritos. Uno de estos es el Códice Cusano número 220, en el que figura el sermón que pronunció Nicolás de Cusa en 1430, titulado “In principio erat verbum” (En el principio era el Verbo). Allí Nicolás de Cusa empleó la grafía en latín Iehoua para referirse al nombre Jehová. En el folio 56 se encuentra la siguiente afirmación respecto al nombre divino:
“Dios lo ha dado. Es el Tetragrámaton, es decir, el nombre compuesto por cuatro letras. [...] Este es, sin duda, el santísimo y supremo nombre de Dios”.
Así, lo que Nicolás de Cusa declaró concuerda con el hecho de que el nombre de Dios se halla en el texto original de las Escrituras Hebreas (Éxo. 6:3).
Jehová
El término Jehová se discute principalmente por tres motivos, su origen, si corresponde a la pronunciación original, y si es correcto su uso en idiomas como el español.
Para muchos el término Jehová se considera una traducción, e incluso otros grupos han postulado que no tendría relación con el nombre en hebreo. En cambio otros lo han calificado como la forma más común y frecuente de traducción a idioma español que usamos al traducir otros nombres del hebreo a idiomas como el español, en el que se realiza el cambio de Y a J; y otros grupos incluso indican que sería la pronunciación original.
Aun cuando de orígenes latinos, y, por ende, cercanos a la Iglesia católica romana, el nombre de Jehovah, en los tiempos modernos, se ha caracterizado por ser revindicado mayormente por denominaciones protestantes y paraprotestantes. Algunos judíos actuales (tanto tradicionales como mesiánicos), seguidos por la Iglesia católica romana, la Iglesia ortodoxa, las iglesias siríacas y cópticas, y algunas iglesias protestantes (por ejemplo, algunas iglesias bautistas), se inclinan por las formas Yahweh, o bien, Yahveh.
Hipótesis del origen de la palabra Jehová[editar · editar código]
Con respecto al uso del término Jehováh (Jehová), la Enciclopedia Católica explica:
Algunos eruditos han sostenido recientemente que la palabra Jehováh data sólo del año 1520. Drusisus pone a Peter Galatinus como el inventor de la palabra Jehováh, y a Fagius como propagador en el mundo de los eruditos y comentadores. Pero los escritores del siglo dieciséis, católicos y protestantes están perfectamente familiarizados con la palabra. Galatinus mismo pone la forma como conocida y recibida en su tiempo. Además, Drusius la descubrió en Porchetus, un teólogo del siglo catorce. Finalmente la palabra es encontrada incluso en la Pugio fidei de Raymund Martin, una obra escrita cerca de 1270. Probablemente la introducción del nombre de Jehováh predata incluso a R. Martin. [...] No sorprende entonces que esta forma haya sido considerada como la verdadera pronunciación del Nombre Divino por eruditos como Michaelis, Sier y otros.
La hipótesis más conocida sobre el origen de la palabra Jehová indica que estaría al calcar erróneamente la grafía alemana en que la j representa el mismo fonema (la consonante aproximante palatal, [j]) que la i española, lo mismo que ocurre con el nombre Jesús (en hebreo Yeshua’ o Yehoshua’), Jeremías (en hebreo Yirmeyahu) y otros, que usamos frecuentemente sin problemas a pesar del cambio de Y a J. La elección de una forma escrita u otra se debe por lo general a motivos históricos. En español, las ediciones católicas romanas del texto bíblico que no usan sustitutivos como «Señor» o «Dios» optan por Yahveh. En cambio, las ediciones protestantes que muestran el tetragrámaton emplean Jehová.
Con respecto a la hipótesis de la fusión del término Adonay y el tetragrámaton, Gérard Gertoux explica que la palabra Yahowah (YHWH + Adonay ) “jamás ha sido usada en ninguna Biblia” y agrega que “El patrón gramatical (imaginario) que implica un cambio de 'a' a 'e' nunca ha existido”. Luego citando del libro De l'harmonie entre l'église et la synagogue (De la armonía entre la iglesia y la sinagoga) por el rabino Paul Drach editado en 1842 explica que la pronunciación Yehovah era lógica porque “estaba en el acuerdo con el principio de todos los nombres teofóricos”, pero contradictoria con Ex 3:14, en contraposición con Yahvé que era la forma samaritana. Referente a la terminación “ah” por lo general representa el femenino en hebreo, como Sarah o Deborah; sin embargo, esto no es definitivo, pues palabras como Yehudah (Judá), y Yonah (Jonás) tienen la misma terminación, siendo claramente masculinas.
Algunos usos de la palabra Jehová en contextos no bíblicos[editar · editar código]
“Jehová”, o “Jehovah”, ha llegado a ser extensamente conocido como el nombre de Dios hasta en contextos no bíblicos, en sociedades protestantes, como la alemana o la inglesa.
El escritor inglés Robert Graves, en su novela histórica Rey Jesús, conjetura una pronunciación similar a [ʒjevoā] ([yievoáa]), basado en los comentarios de varios autores, entre ellos el mitógrafo Cayo Julio Higinio (Fábulas 277), el padre de la Iglesia Clemente de Alejandría, Orígenes y Filón de Biblos.[cita requerida]
El erudito español Miguel de Unamuno, catedrático de griego y rector de la Universidad de Salamanca, en el prólogo de su famosa nívola, Niebla, usa el nombre Jehová al referirse al concepto creativo, al compararse a sí mismo como creador de sus personajes. También en su novela Abel Sánchez, donde se hace una lectura del pasaje del Génesis de Caín y Abel, usa una traducción de las Santas Escrituras donde emplea el nombre Jehová.26
El célebre músico ruso Modest Músorgski compuso en 1877 una obra coral basada en una historia que tuvo lugar en tierras bíblicas titulada Jesus Navinus (que se traduce “Josué, hijo de Nun”). Tanto en esta obra como en su revisión de 1874 de La derrota de Senaquerib, Músorgski se refiere a Dios utilizando la pronunciación rusa del nombre divino, el cual se representa en las Escrituras Hebreas con cuatro consonantes —יהוה (YHWH)— y aparece unas siete mil veces.27
Así, por siglos la forma Jehová (Jehovah) ha sido una forma de pronunciar el nombre de Dios que cuenta con reconocimiento internacional dentro de la “doctrina evangélica”[cita requerida]. Como dijo el profesor Oehler: “Este nombre ahora ha llegado a estar más naturalizado en nuestro vocabulario, y no puede ser reemplazado”. (Theologie des Alten Testaments [Teología del Antiguo Testamento]).[cita requerida]
Pero es aceptado en un porcentaje estadístico mínimo en las teologías cristianas mayoritarias como la católica y la ortodoxa.
Uso de Jehová en la Biblia.
El profesor francés Gérard Gertoux —quien se presenta como especialista en el tetragrámaton, y que además fue presidente de la Association Biblique de Recherche d'Anciens Manuscrits (Asociación Bíblica de Investigación de Manuscritos Antiguos)— considera que la pronunciación más cercana sería [Y.eH.oW.aH] y que la forma Yahweh sólo sería una manera teológica y no lingüística de transliterar el nombre usada en contra de la verdadera pronunciación.28
La Enciclopedia Católica dice al respecto:
«La forma abreviada de Jeho [usada en muchos nombres propios hebreos] supone la forma completa Jehováh. Pero la forma Jehováh no puede explicar las abreviaturas Jahu y Ja, en tanto que la abreviatura Jeho podría ser derivada de otra palabra».
Enciclopedia Católica
Aun así no todos los expertos están de acuerdo con esta última declaración:
Con respecto a ello, el profesor Gérard Gertoux indica que el término jahu (Yahu) significa ‘Yah mismo’, y ja (Yah) es una abreviatura del nombre, con lo cual la forma Jehová aún podría ser posible.29
Nombres teofóricos.
La Enciclopedia Católica continúa:
Entre los 163 nombres propios que llevan un elemento del nombre sagrado en su composición, 48 tienen yeho o yo al inicio, y 115 tienen yahu o yah al final. Mientras que la forma Yahveh aparece en tal composición.[..] Por otra parte, Driver (Studia biblica, I, 5) ha mostrado que estas formas cortas son las abreviaturas regulares del nombre completo
Enciclopedia Católica
Veamos algunos ejemplos bíblicos de nombres de persona que incluyen una abreviación del nombre divino. Jonatán, que en la Biblia hebrea es Yo·na·thán o Yehoh·na·tán, significa “Yeho o Yahowah ha dado”, indica Buchanan. Así mismo, considera que el nombre hebreo del profeta Elías, ´E·li·yáh o ´E·li·yá·hu, quiere decir: “Mi Dios es Yahu o Yahu-wah”. Igualmente, el nombre hebreo Yehoshafat (Josafat), Yeho-sha·fát, significa “Yeho ha juzgado”. La tabla siguiente muestra algunos ejemplos más de este tipo de nombres y su pronunciación en hebreo.
Nombre en Hebreo Antiguo Transliteración Transcripción Pronunciación hebraísta Pronunciación popular Significado
יהוה (solamente en este nombre se desconoce sus vocales; por lo que no se sabe su pronunciación) YHWH Yhwh Yahvé30 Jehová31 (¿? lit. “YO SOY” o “ÉL que HACE EXISTIR”)
יהּ yâhh Yah Yah Jah (forma corta del nombre divino)
יהושׁע yehôshûa‛ Yeshúa32 Josué33 יהוה es salvación
יהוסף yō·sêp̄ yehôsêph Yosef José יהוה ha añadido
יאשׁיּהו yô'shîyâh Yoshiah Josías Curado por יהּ
יהוּא yêhû' Yehú Jehú יהּ es Él
יהואשׁ yehô'âsh Yehoás Jehoás Dado por יהוה
יאזניהוּ ya'ăzanyâh Yaazaniah Jaazanías יהּ escucha
יאתרי ye'âtheray Yaterai Jeaterai Guiado por יהּ
יברכיהוּ yeberekyâhû Yeberequías Jeberequías יהּ bendice
ידידיה yedîydeyâh Yedidías Jedidías Amado por יהּ
ידיה yedâdâh Yedadías Jedadías Alabado por יהּ
ידעיה yeda'yâh Yedaías Jedaías יהּ ha sabido
יהואחז yehô'âchâz Yehoacaz Jehoacaz יהוה ha medido
יהוזבד yehôzâbâd Yehozabad Jehozabad יהוה ha provisto
יהוחנן yehôchânân Yehohanán Jehohanán יהוה ha donado
יהוידע yehôyâdâ‛ Yehoiadá Jehoiadá יהוה sabe
יהויכין yehôyâkîyn Yehoiaquín Jehoiaquín יהוה establece
יהויקים yehôyâqîym Yehoiaquim Jehoiaquim יהוה alza
יהויריב yehôyârîyb Yehoiarib Jehoiarib יהוה lucha
יהונדב yehônâdâb Yehonadab Jehonadab יהוה lo quiere
יהונתן yehônâthân Yenathán Jonathán o Yonathán יהוה ha dado
יהועדּה yehô‛addâh Yhoadá Jehoadá יהוה ha engalanado
יהועדּן yehô‛addân Yhoadán Jehoadán יהוה se alegra
יהוצדק yehôtsâdâq Yosedec Jehozadac יהוה es justo
יהורם yehôrâm Yoram Jehoram יהוה es exaltado
יהושׁבע yehôsheba‛ Yehosebá Jehosebá יהוה ha jurado
יהושׁבעת yehôshab‛ath Yehosabeat Jehosabeat יהוה es una promesa
יהושׁפט yehôshâphâṭ Yehosafat Jehosafat יהוה ha juzgado
יבחר yibchar Ibhar יהּ escoge
יבניה yibneyâh Ibneías יהּ construye
יבניּה yibnîyâh Ibnías Edificado por יהּ
יגדּליהוּ yigdalyâhû Igdalías יהּ es grande
Algunos hacen notar que en la mayoría de los casos el nombre divino incorporado en los nombre propios hebreos se pronuncia yeho- o yehu-, nunca yahvé-, pero ello es por una regla gramatical que consiste en transformar el prefijo Yah- en: yeho-, yehu, yo-, cuando el nombre propio es trisílabo. Ej. el Nombre Divino Yahweh es bisílabo, en cambio el Nombre Yehôshûa es trisílabo. Por ende algunos judíos mesiánicos en su afán de preservar la integridad exacta de la pronunciación del Tetragrámaton suelen ponunciar Yashua, en vez de Yeshu'a.
Lo más probable es que los entendidos prosigan con el debate. Los judíos dejaron de pronunciar el nombre del Dios verdadero antes de que los masoretas elaboraran el sistema de puntuación vocálica. Por ende, no hay forma concluyente de demostrar qué vocales acompañaban a las consonantes YHWH (יהוה). Con todo, los nombres de algunos personajes bíblicos —cuya pronunciación correcta nunca se perdió— constituyen una clave innegable sobre la pronunciación del nombre divino en la antigüedad. Por esta razón, al menos algunos eruditos coinciden en señalar que, al fin y al cabo, la pronunciación Jehová no debe ser considerada “equivocada” en otros idiomas tales como el español, en el que igualmente usamos frecuentemente sin problemas el cambio de Y a J al traducir otros nombres del hebreo a estos idiomas.
Por lo tanto si bien la forma Yahveh (con sus variantes) es la preferida en algunos círculos, no se tiene absoluta seguridad de que efectivamente sea la pronunciación que utilizaban los antiguos israelitas o que, además, este hecho obligue a que estas pronunciaciones deban usarse en otros idiomas. Así, la diversidad de variantes indica que no se debe considerar a alguna de ellas como una manera inexacta o errónea de verter el tetragrámaton.
Hipótesis sobre el origen del concepto[editar · editar código]
Hipótesis documental
De acuerdo a la llamada hipótesis documental, que defiende la teoría de que el texto bíblico se compone de varias fuentes independientes compiladas y ordenadas por los escribas israelíes hacia la época de Esdras y Nehemias, el uso del nombre Yahveh es característico de una de las fuentes originales, a cuyo hipotético autor o autores, se denomina «Tradición yavista»
Entre los textos cuya autoría se adscribe a la Tradición yavista se incluyen la segunda versión de la creación, en Génesis 2:4-25, la primera parte del Éxodo, la recepción de los Diez Mandamientos, así como muchas otras partes del Génesis, el Éxodo y Números.
Probablemente sean las fuentes más antiguas conservadas en el texto bíblico, aunque se conocen testimonios independientes de algunas de sus fuentes, entre ellas el poema de la bendición de Jacob (utilizado en Génesis 49:1-27 y el poema del cantar del mar, empleado en Éxodo 15:1-18.
Los fragmentos bíblicos de la Tradición yavista son sin duda los más elocuentes del texto, y el crítico literario Harold Bloom ha considerado a su autor el más capaz e influyente escritor de la literatura universal. En el texto masorético —en el cual se basan las versiones actuales de la Biblia hebrea— el tetragrámaton aparece 6.823 veces, más que cualquier otra forma alternativa; las diferencias con el texto de la Septuaginta —basado en otros manuscritos— son pequeñas.
Su nombre en textos sagrados y otras formas de cultura[editar · editar código]
Manuscritos del Tanaj o Antiguo Testamento[editar · editar código]
En los manuscritos antiguos que aún se conservan podemos ver el desarrollo de la temática del tetragrámaton a través de los tiempos. Si bien los textos en hebreo son los más influyentes haremos una referencia también a los textos griegos y de otros idiomas.
Texto hebreo
Hoy en su mayor parte el nombre divino se ha conservado en su forma original en los antiguos manuscritos hebreos, por ejemplo el Códice de Leningrado (texto conservado en Rusia), utilizado para la Biblia Hebraica Stuttgartensia (o «BHS»), el Tetragrámaton aparece 6.828 veces y está marcado con puntos equivalentes a vocales de modo que lea Yehwáh, Yehwíh y varias veces Yehowáh, como en Génesis 3:14. En la edición del texto hebreo por Ginsburg los puntos vocálicos insertados hacen que YHWH se lea Yehowáh.
Como ya se ha dicho en ocasiones anteriores a lo largo de este artículo, los judíos comenzaron a sustituir el nombre divino por los títulos Señor y Dios (Adonay y Elohim respectivamente), primero en la pronunciación y luego incluso en la escritura hay pruebas que demuestran que los soferim (escribas) judíos alteraron el texto hebreo original de YHWH a Adonay en 134 lugares.34 Una reseña sobre esta costumbre se encuentra en la obra de Ginsburg que dice:
“Hemos visto que en muchos de estos ciento treinta y cuatro casos en que el texto recibido de la actualidad dice Adonaī en conformidad con esta masora, algunos de los mejores MSS. y ediciones antiguas emplean el Tetragrámaton, y surge la pregunta: ¿Cómo predominó esta variación? No hay que ir muy lejos para hallar la explicación. Desde tiempo inmemorial los cánones judíos decretaron que el nombre incomunicable ha de pronunciarse Adonaī como si estuviera escrito ינרא [’Adho·nái] en vez de הוהי [YHWH]. Por lo tanto, nada fue más natural para los copistas que poner como sustitución la expresión que presentaba lo que se había de pronunciar en lugar del Tetragrámaton que les estaba prohibido pronunciar”.
Gins.Mas, tomo IV, p. 28, sec. 115
Según la misma obra en sus páginas 368 y 369 los Soferim cambiaron el tetragrámaton por el sustituto Elohim en 8 lugares más.
A pesar de existir, esta práctica no fue generalizada, entre los escribas hebreos y gracias a ello, aún sabemos que el Tetragrámaton existe. Por otra parte los masoretas —nombre por el que se llegó a conocer a los copistas siglos después de Cristo— se dieron cuenta de las alteraciones que habían hecho los soferim y las registraron en el margen o al final del texto hebreo. Estas notas marginales llegaron a conocerse como la masora, y han servido en muchos casos para restituir el nombre a su lugar original en todo el Antiguo Testamento.
Textos griegos y otros idiomas.
La más antigua traducción del texto hebreo de la Biblia al griego, conocida como la Septuaginta o versión de los Setenta, también nos puede dar información sobre el nombre divino. Hoy en día una parte de las copias más completas de la Septuaginta datan de los siglos III y IV después de Cristo aproximadamente. En éstas el nombre divino está reflejado por los títulos Señor (Kyrios) y Dios (Theós) así como los manuscritos del Siglo I y II, del Nuevo Testamento donde los Evangelistas, vertieron de la misma manera el Tetragramatón como “Señor” o “Dios”, se puede mencionar en relación a la Septuaginta, la colección “Chester Beatty”, algunos de los cuales se mencionan en AEB p. 1071. Los manuscritos números 961-963,965-968, cubriendo Génesis (2), Números y Deuteronomio, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Ester, Daniel, que datan del principio del segundo siglo hasta finales del tercero E.C., no contienen ningún ejemplo del tetragrámaton. Tampoco lo contienen los papiros de esta colección, P45,46,47, datando del tercer siglo E.C.35 Importante mencionar que se encuentran manuscritos de 200 años antes de la Era Cristiana que tampoco colocan el tetragramatón como el “P. Ryl. GK. 458” que se encuentran en la colección “John Rylands”,36 de la Universidad de Mánchester desde 193637
Lo mismo se puede decir de la Peshitta siríaca que utiliza el término Mar·ya (Señor).
La versión Vulgata (en latín) usa Dominus ['dominus].
Sin embargo descubrimientos posteriores han revelado un manuscrito antiguo que conserva el tetragrámaton en caracteres hebreos dentro del texto griego agregados por escribas hebreos, el problema que se presenta es que ese único manuscrito forma parte de un universo de 1500 manuscritos y 297 códices38 que no presentan el nombre de Dios en su forma hebrea sino que lo vierte como “Señor” o “Dios”.39
Nombre Divino en la Septuaginta.
Papiro P. Ryl. GK. 458 de la Colección Ryland que pertenece al Libro de Deuteronomio y no expresa a Jehová con el tetragramatón (200 años antes de Cristo)
Como se comentó anteriormente los textos más completos de la Septuaginta que se encuentran disponibles hoy, son más de 1500 manuscritos y 297 códices que se remontan algunos, a dos siglos antes de la Era Cristiana como el manuscrito P. Ryl. GK. 458,40 41 y el Papiro Fouad 266.
Pero también se han encontrado algunos fragmentos que mantienen el nombre en su forma hebrea pese a que el resto de la escritura se encuentra en Griego, dos manuscritos de 2500 para ser exactos, aunque hay una excepción en el papiro P. Ryl. GK. 458, que a pesar de no tener el Tetragrámaton, no coloca el título “Señor” o “Dios” sino que deja espacios vacíos; el escriba no se atrevió a escribir el nombre de Dios, probablemente por supersticiones, y el que se encuentra en mejor estado es el correspondiente a Deuteronomio. A continuación se señala el único papiro donde se encuentra:
Papiro Fouad 26642 (por su número de inventario) Este papiro, hallado en Egipto, fue fechado del primer siglo antes de Cristo. Vierte el nombre divino por el Tetragrámaton escrito en caracteres hebreos cuadrados en los siguientes lugares: Dt 18:5, 5, 7, 15, 16; 19:8, 14; 20:4, 13, 18; 21:1, 8; 23:5; 24:4, 9; 25:15, 16; 26:2,7, 8, 14; 27:2, 3, 7, 10, 15; 28:1, 1, 7, 8, 9, 13, 61, 62, 64, 65; 29:4, 10, 20, 29; 30:9, 20; 31:3, 26,27, 29; 32:3, 6, 19. Por lo tanto de 266 fragmentos hallados,de esta colección el Tetragrámaton aparece 49 veces en lugares identificados de Deuteronomio. Además, en esta colección el Tetragrámaton aparece tres veces en fragmentos no identificados, a saber, en los fragmentos 116, 117 y 123.
Al comentar sobre este papiro, Paul Kahle escribió en Studia Evangelica, editado por Kurt Aland, F. L. Cross, Jean Daniélou, Harald Riesenfeld y W. C. van Unnik
“Una característica del papiro es el hecho de que el nombre de Dios se vierte mediante el Tetragrámaton en caracteres hebreos cuadrados. Un examen de los fragmentos del papiro que se han publicado, emprendido a petición de mí por Pater Vaccari, resultó en que él llegara a la conclusión de que el papiro, que debe haberse escrito aproximadamente 400 años antes del Códice B, contiene quizás el texto más perfecto que nos ha llegado de Deuteronomio como lo presenta la Septuaguinta”.
Berlín, 1959, p. 614
Existe otro manuscrito que se encuentra en la Biblioteca John Rylands,36 de la Universidad de Mánchester desde 1936 y datado a mediados del segundo siglo antes de la Era Cristiana, que no contiene el tetragrámaton perteneciente también al Libro de Deuteronomio (con referencia P. Ryl. GK. 458).37 43 La edición AEB de estudios Bíblicos de la Watchtower, considera a este manuscrito “digno de mención especial”44 pese a que este manuscrito no sirve de sustento a su hipótesis de que en el 200 a.E.C. se referían a Jehová a través del Tetragramatón. Además, Josh McDowell llega a afirmar que:45
La LXX y las citas textuales de las Escrituras que se encuentran en los libros apócrifos de Eclesiástico, el Libro de Jubileo y otros dan evidencias de que el texto hebreo que tenemos hoy es esencialmente el mismo texto que se tenía cerca del año 300 a. de C.
Es importante mencionar los Rollos de Qumrán, que vierten el nombre de Dios en la forma “IAO”; pero, además, los documentos que se encontraron de las actividades en las sinagogas y la vida cotidiana dan muestra del desuso (por parte de los judíos de dicha región) del nombre Dios, siendo este sustituido por el título de “Señor”.46
Nombre Divino en el Nuevo Testamento.
A diferencia del Antiguo testamento escrito preferentemente en hebreo con porciones en arameo, el Nuevo Testamento fue escrito originalmente en griego koiné o común. En los manuscritos más antiguos encontrados, los cuales datan preferentemente del siglo III en adelante, el tetragrámaton como tal no existe, sólo encontramos los términos Kyrios (Señor) y Theos (Dios). Esto ha llevado a muchos a la conclusión que los cristianos desecharon el tetragrámaton. Algunas razones para ello serían:
Los cristianos hicieron citas bíblicas no de los manuscritos hebreos sino de la septuaginta en donde el nombre ya había sido reemplazado.47
Los manuscritos hallados durante los siglos I y II son consistentes con el Antiguo Testamento de la Septuaginta y son fiables las escrituras.48
Los cristianos dejaron de usar el nombre divino por que en su época no se usaba ni se entendía, de hechos los padres de la Iglesia Cristiana Primitiva citan a partir de la Septuaginta.49
Se dejó de usar el nombre tal como el judaísmo tradicional en sus escrituras hebreas colocaba, en Alejandría de habla griega después de la dispersión o diáspora se encontraban buena parte de los judíos que se convirtieron al Cristianismo y sus escrituras no refelajaban ya 200 años antes de la Era Cristiana, el tetragramatón.
Los seguidores de la doctrina de la trinidad aseguran a partir de la evidencia recabada, más de 5000 manuscritos del N.T., que la ausencia del tetragramatón era sinónimo de que los cristianos adoraban a Jesús (el Señor).
Sin embargo, no todos están de acuerdo con los puntos anteriores, para muchos parece por lo demás extraño la súbita desaparición de un nombre que tiene tanta preponderancia en todo el Antiguo Testamento. Con respecto a ello, R. B. Girdlestone, anterior director del Wycliffe Hall (Oxford), presentó la siguiente premisa:
“Si aquella versión [la Septuaginta] hubiera retenido el término [Jehová], o siquiera hubiera utilizado una palabra griega para Jehová y otra para ’Ădônây, es indudable que tal uso se habría retenido en los discursos y argumentaciones del Nuevo Testamento. Así nuestro Señor, al citar el Salmo 110, en lugar de decir, ‘Dijo el Señor a mi Señor’, hubiera podido decir ‘Jehová dijo a ’Ădônîy’”.
y siguiendo con la misma línea de argumentación continúa:
“Supongamos que un erudito cristiano estuviera dedicado a traducir el Nuevo Testamento al hebreo, y que tuviera que considerar, cada vez que apareciera la palabra Κύριος, si había algo en el contexto que diera indicación de su verdadera representante hebrea. Esta es la dificultad que surgiría en la traducción del Nuevo Testamento a todos los lenguajes si se hubiera dejado que el título Yahveh se mantuviera en el Antiguo Testamento de la Septuaginta. Las Escrituras hebreas serían una guía en muchos pasajes. Así, allí donde aparece la expresión ‘el ángel del Señor’, sabemos que el término ‘Señor’ representa a Yahveh. A una conclusión similar es a la que se llegaría con la expresión ‘la palabra del Señor’ si se siguiera el precedente establecido por el Antiguo Testamento. Lo mismo también en el caso del título ‘el Señor de los ejércitos’. Pero allí donde aparece la expresión ‘mi Señor’ o ‘nuestro Señor’ sabríamos que el término Yahveh sería inadmisible, y que el término a utilizar debería ser ’Ădônây o ’Ădônîy”.
Sinónimos del Antiguo Testamento, traducción y adaptación de Santiago Escuain, 1986, pág. 51
Como se ha considerado anteriormente, se han descubierto dos fragmentos que conservan el nombre divino en su forma hebrea en el texto de la septuaginta que datan en un Universo de 1500 manuscritos y 297 códices.
De todas formas los expertos no ponen en duda la autenticidad de los manuscritos del Nuevo Testamento, la posición de la Sociedad Watchtower en este particular es la siguiente (pese a que creen que los escribas Cristianos borraron el nombre de Dios y este debe ser “restaurado” para “evitar confusión entre Jesús y Jehová”50 ):
“Que se sepa, en la actualidad no hay en existencia ningún manuscrito original o autógrafo de la Biblia. Sin embargo, la Biblia se ha conservado de forma exacta y confiable debido a que los copistas bíblicos en general aceptaron las Escrituras como inspiradas divinamente y buscaron perfección en su ardua labor de producir copias manuscritas de la Palabra de Dios”.
Ayuda para entender la Biblia AEB (p.1070).
Por ello en cuanto al nombre divino en el nuevo testamento ( al igual que con el antiguo) encontramos dos opiniones muy diferenciadas:
Los que piensan que es erróneo utilizar el nombre divino, ya que no hay manuscritos que lo respalden (5000 manuscritos del N.T. desde el Siglo I dan fe de la transmisión por lo menos de un 40% del N.T. puede verificarse hasta fechas tempranas del Cristianismo)51 52
La mayoría de los traductores siguen esta premisa, por lo que los términos Señor y Dios son los únicos que aparecen.
Los que consideran importante e imprescindible hacer una “restauración” del nombre al lugar que “le corresponde”.
En esta línea podemos notar la traducción de Mateo al hebreo por Shem-Tob ben Isaac Ibn Shaprut, y que incorpora su obra ’É·ven bó·jan realizada en el Siglo XIV, donde usa el tetragrama siguiendo la tradición en todas las escrituras hebreas de usar el tetragramatón a diferencia de la Septuaginta escrita en Griego, en las citas del antiguo testamento realizadas en esta traducción hebrea, hechas en este evangelio se cita con el tetragramatón. En tiempos modernos La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, editada por los Testigos de Jehová, se ha hecho conocida y muchas veces criticada por incorporar el tetragrámaton, bajo la forma Jehová, 237 veces en el nuevo testamento sin evidencia arqueológica que lo sustente.
Uso del Tetragrámaton en diferentes versiones de la Biblia.
Como ya se ha señalado, en la actualidad existe incertidumbre sobre la verdadera pronunciación del nombre del dios judío y eso ha repercutido directamente en su uso. Muchas personas se asombran al encontrar el nombre del dios judío en su ejemplar bíblico, algunas lo incluyen algunas veces, otras lo omiten por completo o lo sustituyen por títulos, otras lo colocan. Hoy en día existen dos posiciones más o menos definidas en cuanto a ello:
1.- Aquellos que no consideran apropiado usar el nombre, y lo sustituyen por expresiones y/o títulos como “Señor” o “Dios”
Por ejemplo: Cuando J. M. Powis Smith y Edgar J. Goodspeed produjeron una traducción moderna de la Biblia al inglés en 1935, los lectores hallaron que en la mayoría de los lugares se habían usado SEÑOR y DIOS como sustitutivos para el YHWH. La razón se explicó en un prólogo:
“En esta traducción hemos seguido la tradición judía ortodoxa y sustituido el nombre ‘Yahweh’ por ‘el Señor’ y la frase ‘el Señor Yahweh’ por la frase ‘el Señor Dios’. En todos los casos en que ‘Señor’ o ‘Dios’ representa un ‘Yahweh’ original empleamos letras mayúsculas de tamaño pequeño”.
Entonces, aconsejando un proceder que varía en gran manera del de la tradición de los judíos que leían YHWH pero lo pronunciaban “Señor”, el prólogo dice:
“Por tanto, basta con que el que desee retener el sabor del texto original lea ‘Yahweh’ dondequiera que vea SEÑOR o DIOS”!
En 1952 se publicó en inglés la Revised Standard Version (Versión Normal Revisada) de las Escrituras Hebreas, y en esta Biblia, también, se pusieron sustitutivos para el nombre YHWH. Esto fue notable, porque la American Standard Version, (Versión Normal Americana) original, de la cual ésta fue una revisión, usó el nombre Jehová (en su forma Jehovah) por toda la Biblia Hebrea. Por eso, la omisión del tetragrámaton fue un sobresaliente cambio de proceder. ¿A qué se debió esto?
En el prólogo de la Revised Standard Version, leemos:
“Por dos razones el Comité ha vuelto al uso más familiar empleado por la Versión del Rey Jaime [es decir, omitir el nombre de Dios]: 1) La palabra ‘Jehovah’ no representa con exactitud ninguna forma del Nombre que se haya usado en hebreo; y 2) el uso de cualquier nombre propio para el Dios que es uno y único, como si hubiera otros dioses de los cuales él tuviera que ser distinguido, fue descontinuado en el judaísmo antes de la era cristiana y es enteramente inapropiado para la fe universal de la Iglesia cristiana”.
Los editores de la Biblia de las Américas dan la siguiente explicación sobre la forma de traducir el tetragrámaton en su versión:
EL NOMBRE DE DIOS. Para el nombre de Dios hay varias palabras en hebreo: uno de los más comunes es “Elohim”, traducido ‘Dios’; otro es “Adonai”, traducido ‘Señor’; pero el nombre asignado a Dios como su nombre especial o su nombre propio, tiene en hebreo estas cuatro letras: “YHWH”. Este no era pronunciado por los hebreos debido a la reverencia que tenían a lo sagrado de este nombre de la divinidad, y lo sustituían por otro de los nombres de Dios. La versión griega del Antiguo Testamento, conocida como la Septuaginta (LXX), o versión de los Setenta, traduce “YHWH” generalmente por “Kurios” (‘Señor’), y la Vulgata Latina, que tuvo también una gran influencia en la traducción de la Biblia a muchos idiomas, lo traduce por “Dominus” (‘Señor’). En La Biblia de las Américas® hemos usado el nombre de “SEÑOR” (todo en mayúsculas) para traducir el tetragrámaton. Cuando este nombre ocurre junto al nombre hebreo “Adonai” (‘Señor’) entonces “YHWH” es traducido “DIOS” (todo en mayúsculas) con la nota correspondiente. Algunas versiones traducen este nombre por “Jehová” (o “Jehovah”) y otras por “Yahvé” (o “Yahveh”).
La Biblia de las Américas Nueva Biblia de los Hispanos The Lockman Foundation
En 2008, la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos de la Iglesia católica solicitó a todas las conferencias episcopales que modificaran las traducciones de la Biblia que usan en la liturgia de manera tal que se evite la expresión Yahveh y se sustituya por “Señor” o “el Señor”.53
La Santa Sede, siguiendo una directiva de Benedicto XVI, pide omitir el término «Yahvé» en la Liturgia, oraciones y cantos (septiembre de 2008). El texto explica que este término debe traducirse de acuerdo al equivalente hebreo «Adonai» o del griego «Kyrios».54
2.- Aquellos que utilizan alguna forma conocida en el idioma local (en el caso del español Yahveh o Jehová) solo en el Antiguo Testamento.
Éste es el comentario de los traductores de la American Standard Version (Versión Normal Americana) de 1901:
“[Los traductores] llegaron a la convicción unánime de que una superstición judía, que consideraba al Nombre Divino como demasiado sagrado para pronunciarlo, ya no debe dominar en la versión en inglés del Antiguo Testamento, ni en ninguna otra [...] Este Nombre Conmemorativo, explicado en Éx. III, 14, 15, y enfatizado vez tras vez como tal en el texto original del Antiguo Testamento, designa a Dios como el Dios personal, como el Dios del pacto, el Dios de la revelación, el Libertador, el Amigo de su pueblo [...] Este nombre personal, con su caudal de asociaciones sagradas, se restaura ahora al lugar a que tiene derecho indiscutible en el texto sagrado”.
De modo similar, en el prólogo de la Elberfelder Bibel original alemana leemos:
“Jehová. Hemos retenido este nombre del Dios del Pacto de Israel porque el lector ha estado acostumbrado a él por años”.
Steven T. Byington, traductor de The Bible in Living English (La Biblia en inglés vivo), explica por qué usa el nombre de Dios:
“La grafía y la pronunciación no son de gran importancia. Lo que es de gran importancia es mantener claro el punto de que éste es un nombre personal. Hay varios textos que no pueden ser entendidos debidamente si traducimos este nombre por un sustantivo común como ‘Señor’ o, mucho peor, un adjetivo sustantivado [por ejemplo: el Eterno]”.
El caso de otra traducción, por J. B. Rotherham, es interesante. Él usó el nombre de Dios en su traducción, pero prefirió la forma Yahweh. Sin embargo, en una obra posterior, Studies in the Psalms (Estudios sobre los Salmos), publicada en 1911, regresó a la forma JeHoVaH. ¿Por qué? Explica:
“JEHOVAH.— El empleo de esta forma inglesa del nombre Conmemorativo (Éxo. 3:18) en la actual versión del Salterio no brota de duda alguna en cuanto a que la pronunciación más correcta sea Yahweh; más bien, únicamente de evidencia práctica, seleccionada personalmente, de lo deseable que es mantener la comunicación con el oído y el ojo públicos en un asunto de esta clase, en que lo principal es la intención de que se reconozca fácilmente el nombre Divino”.
La Versión Reina-Valera, publicada por las Sociedades Bíblicas Unidas, de 1909, 1960 y 1995, utiliza Jehová en su texto principal por todo el Antiguo Testamento. La Reina Valera Contemporánea -RVC- (2009, 2011) reemplaza el nombre Jehová por “Señor”.
La Versión Torres Félix Amat (Católica), utiliza Jehová en Salmos 82:19 [83:18] e Isaías 42:8.
La Versión Latinoamericana (Católica), usa Yavé en algunas ocasiones y “Señor” en otras.
La Versión Reina-Valera 1990, publicada por la Sociedad Bíblica Emanuel, utiliza El Eterno en la mayoría de las ocasiones, pero en otras, lo sustituye por Señor.
La Versión Reina-Valera 2009, publicada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, utiliza Jehová en su texto principal por todo el Antiguo
Testamento.
3.- Aquellos que utilizan alguna forma conocida en el idioma local (en este caso solo Jehová) tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento.
En la introducción de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con Referencias), en español, edición de 1987,editada por los Testigos de Jehová se da la siguiente razón para el uso del nombre divino también en el Nuevo Testamento orginalmente escrito en su totalidad en griego:
MÉTODO: Puesto que la Biblia expone la sagrada voluntad del Señor Soberano del universo, sería una gran ofensa —en realidad, una afrenta a su majestad y autoridad— eliminar o esconder su singular nombre divino, que aparece claramente en el texto hebreo casi 7.000 veces como יהוה (YHWH). Por lo tanto, la característica principal de esta traducción es que restituye el nombre divino al lugar que legítimamente le corresponde en el texto en español. Esto se ha realizado empleando 6.973 veces en las Escrituras Hebreas y 237 veces en las Escrituras Griegas Cristianas la intercalación “JeHoVá”, de aceptación general en español
La restitución del nombre divino lo hacen basándose en 28 traducciones de Biblias, las cuales no son manuscritos originales, sino otras traducciones, hechas entre los años 1385 y 1986 d.C, para lectores hebreos de nuestra era.55
Nombre divino fuera de la Biblia
La pronunciación y el uso del nombre divino no siempre estuvo prohibido u oculto, la propia Biblia da fe del extenso uso dado al tetragrámaton por parte del pueblo judío y otras naciones en el pasado.
De fuentes extrabíblicas también hay prueba del uso extenso que se daba al nombre divino en la antigüedad.
En 1961 se descubrió una cueva sepulcral antigua a poca distancia al sudoeste de Jerusalén. En las paredes de esta cueva había inscripciones hebreas que aparentemente datan de la segunda mitad del siglo octavo a.de C. Las inscripciones contienen declaraciones por el estilo de “YHWH es el Dios de toda la tierra”.56
En 1966,se publicó un informe acerca de pedazos de vasijas de barro con escritos hebreos hallados en Arad, en la parte sur de Israel. Esta escritura se efectuó en la segunda mitad del siglo séptimo a. de C. Uno de los escritos era una carta particular a un hombre llamado Eliasib. La carta empieza así: “A mi señor Eliasib: Que YHWH inquiera por tu paz”. Y termina: “Él mora en la casa de Jehová”.57
En 1975 y 1976, arqueólogos que trabajaban en el Néguev descubrieron una colección de inscripciones hebreas y fenicias sobre paredes de yeso, grandes jarros de almacenaje y vasijas de piedra. Entre las inscripciones se hallaba la palabra hebrea para Dios, así como el nombre de Dios, YHWH, en letras hebreas.
En Jerusalén misma recientemente se descubrió una tirilla enrollada de plata que aparentemente databa de antes del destierro en Babilonia. Los investigadores dicen que, al desenrollarla, se encontró escrito en la tira de plata el nombre de YHWH en hebreo.58
El documento de la figura es una carta procedente de Tell ed Duweir, Lakís; contiene seis líneas de texto y la lectura de las cinco primeras es como sigue: ['l 'dny y'ws ysm yhwh 't 'dny sm't sl m 't kym 't kym my 'bd k klb ky zkr 'dny 't (')bdh y'(ob,)kr yhwh 't] A mi señor Yaosh: Que YHWH sea propicio a mi señor sobre las nuevas de paz en este mismo día, en este mismo día. Y tu siervo, un perro, porqué mi señor se acuerda de su siervo? Que YHWH entristezca...
Otro ejemplo del uso del nombre de Dios se halla en las llamadas Cartas de Laquis. Estas cartas, escritas en tiestos, fueron halladas entre los años 1935 y 1938 en las ruinas de Laquis, una ciudad fortificada que figuró prominentemente en la historia de Israel. Parece que fueron escritas por un oficial de una avanzada de Judá a su superior, llamado Yaos, que se hallaba en Laquis, aparentemente durante la guerra entre Israel y Babilonia hacia el fin del siglo séptimo a. de la E.C.
De los ocho tiestos leíbles, siete comienzan su mensaje con un saludo como éste: “¡Que YHWH haga que mi señor vea esta temporada con buena salud!”. En total, el nombre de Dios aparece 11 veces en los siete mensajes, lo cual indica claramente que el nombre de YHWH se empleaba cotidianamente para fines del séptimo siglo a.C.59
La estela moabita como se fotografió alrededor de 1891.
Incluso algunos gobernantes paganos conocían y usaban el nombre divino al referirse al Dios de los israelitas. Así, en la estela de Mesa, el rey Mesa de Moab se jacta de sus hazañas militares contra Israel y, entre otras cosas, declara:
“Kemos me dijo: ‘¡Ve, priva de Nebo a Israel!’ De modo que fui de noche y peleé contra él desde rayar el alba hasta el mediodía, y lo tomé, y los maté a todos [...] Y tomé de allí los vasos de YHWH, y los arrastré delante de Kemos”
.60
Fuera de la Biblia, éste es probablemente el registro más antiguo del uso del nombre divino.
Con referencia a estos usos no bíblicos del nombre de Dios, cabe señalar que quienes apoyan el término Jehová como pronunciación original, indican que el Theologisches Wörterbuch zum Alten Testament (Diccionario teológico del Antiguo Testamento), en el tomo 3, columna 538, dice:
“Así, unas 19 pruebas documentales del Tetragrámaton en la forma jhwh testifican a este respecto en cuanto a lo confiable del T[exto] M[asorético]; se puede esperar más, sobre todo de los Archivos de Arad”.
(Traducción del alemán.)
; aunque hay que tener en consideración que esta última referencia realmente es muy discutida y la gran mayoría de eruditos acepta como original el Tetragrámaton YHWH.
También la etapa de ocultamiento o de no pronunciación sobrepasó el uso bíblico.
En el sistema de numeración hebreo se otorga a cada letra un significado numérico, según su orden en el alfabeto. Los números 15 y 16 deberían escribirse como “10 + 5” (yohdh + he') y “10 + 6” (yohdh + waw), respectivamente. Como estas dos expresiones son abreviaturas del Tetragrámaton, en su lugar escriben “9 + 6” y “9 + 7”.
Referencias
Ir a ↑ Catholic encyclopedia On line.
Ir a ↑ Génesis, 1835, p. civ.
Ir a ↑ Theol. Briefe, I, 1862, pp 524-27.
Ir a ↑ El Pentateuco, V, 1865, pp 269-84
Ir a ↑ "De Godsdienst van a Israel", I, Haarlem, 1869 , pp 379-401
Ir a ↑ Studien, I, pp 213-18
Ir a ↑ Josefo, historiador judío, Antigüedades Judías, libro II, cap. XII, sec. 4.
Ir a ↑ El libro del pueblo de Dios, la Biblia, por Levoratti-Trusso
Ir a ↑ Diario Nieuwsblad van het Noorden
Ir a ↑ Países Bajos, Nicolaas Goetzee, 1762 la Biblia Staten (autorizada por el Estado), Portada
Ir a ↑ Benedicto XVI, en su libro: Jesús de Nazaret .
Ir a ↑ The New International Dictionary of New Testament Theology (El nuevo diccionario internacional de teología del Nuevo Testamento), tomo 2, página 649
Ir a ↑ The Imperial Bible-Dictionary (edición de P. Fairbairn, Londres, 1874, vol. 1, pág. 856).
Ir a ↑ The Catholic Encyclopedia, 1913, tomo VIII, pág. 329
Ir a ↑ Diccionario ilustrado de la Biblia (página 455)
Ir a ↑ Éxodo 3:15
↑ Saltar a: a b EnciclopediaCatolica.com/J/Jehovah.htm (Enciclopedia Católica en línea).
Ir a ↑ Si recurrimos al uso de la palabra Elohim en el estudio de su significado, encontramos que en su sentido propio denota el verdadero Dios o falsos dioses, y que metafóricamente se aplica a jueces, ángeles y reyes.(Enciclopedia Católica) Elohim es el plural de El (dios), o sea, dioses. Elohim es plural, y también significa Dios, ya que a pesar de significar Dios en singular, hablamos de un Dios con todas sus atributos y cualidades, el cual lo haría plural, como el Dios todo poderoso, ominisciente, omnipresente, omnibenevolente, etc., diferente a todos los dioses que no lo son. Solo en la Biblia de los testigos de Jehová, Elohim se traduce como dioses o Jehová, también dependiendo del contexto.
Ir a ↑ "evidencia indica, o mejor, casi prueba que la pronunciación verdadera del Tetragrámaton no era Jãhwéh [...] El nombre mismo probablemente era Jãhôh" Canónico D. D. Williams de Cambridge (Zeitschift für die Altestamentliche Wissenschaft, 1936, volumen 54, página 269)
Ir a ↑ YeHũàH o YaHũàH Doctor M. Reisel, The Misterious Name of Y.H.W.H., página 74.
Ir a ↑ Gertoux.Online.fr/DivineName/FAQ/A09.htm (sitio de Gérard Gertoux. Respuesta a la pregunta n.º 9: Today, is the pronunciation Yahweh widely accepted? [La pronunciación Yahweh, ¿es ampliamente aceptada en la actualidad?]).
Ir a ↑ “Jehová: pronunciación falsa de Yahweh. Al parecer la introdujeron hacia el año 1100 los masoretas, los cuales vocalizaron con las vocales de Adonaí el nombre de Dios, YHWH, hasta entonces transcrito sin vocales”. (Diccionario Enciclopédico Salvat)
Ir a ↑ “[...] con el transcurso del tiempo el mismísimo idioma hebreo antiguo cesó de usarse en la conversación diaria, [...]”//“Para impedir que se perdiera la pronunciación del lenguaje hebreo en general, eruditos judíos de la mitad posterior del primer milenio E.C. inventaron un sistema de puntos para representar las vocales que faltaban, y colocaron los puntos alrededor de las consonantes en la Biblia hebrea. Así ambas cosas, vocales y consonantes, se escribieron, y se conservó la pronunciación como se efectuaba en aquel tiempo.”//“En lo referente al nombre de Dios, en vez de colocar los signos vocálicos apropiados alrededor de él, en la mayoría de los casos pusieron otros signos vocálicos para recordar al lector que debería decir 'Adhonaí. De esto vino la grafía Iehouah, y, con el tiempo, la pronunciación aceptada del nombre divino en español llegó a ser Jehová.” (The Divine Name Will Endure Forever/El Nombre Divino que durará para siempre, Spanish (na-S), 1984, Watchtower Bible and tract Society of New York, Inc, International Bible Students Association, Brooklyn, New York, U.S.A, página 8)
Ir a ↑ “Jehová: nombre propio de Dios en el antiguo testamento, según una falsa vocalización de las consonantes del hebreo YHWH, que los judíos pronunciaban por reverencia, añadiendo las vocales de la palabra Adonaí (Señor). De aquí resultó entre los cristianos la forma híbrida de Jehovah, usada probablemente desde el siglo XI, en vez de la pronunciación de Yahweh, según las normas masoréticas de vocalización.” (Gran Diccionario Plaza & Janes)
Ir a ↑ Niebla. Miguel de Unamuno. Ediciones Orbis, S.A. Barcelona. 1982 ISBN 84-7530-062-6 págs. 27 y 28
Ir a ↑ La Atalaya anunciando el Reino de Jehová 1 de septiembre de 2007. Artículo: El nombre de Dios en la música rusa.
Ir a ↑ DivineName.net (sitio web de Gérard Gertoux).
Ir a ↑ Gertoux.Online.fr/DivineName/FAQ/A14.htm (artículo en inglés: «Are the two names Yah and Yahu, which are found at the end of some Hebrew proper names, abbreviations of the Tetragram?», ‘Los dos nombres Iah y Iahu, que se encuentran al final de algunos nombres propios hebreos, ¿son abreviaturas del tetragrama?’).
Ir a ↑ Salmo 83:18, Palabra de Dios para Todos.
Ir a ↑ Salmo 83:18, Reina Valera Antigua.
Ir a ↑ Yoshua 1:1 On line Bible Hebrew.
Ir a ↑ Josué 1:1, Reina Valera (1960).
Ir a ↑ Stanley S. Seidner,"HaShem: Uses through the Ages." Unpublished paper, Rabbinical Society Seminar, Los Angeles, CA,1987.
Ir a ↑ Ayuda para Entender la Biblia (AEB), pp.1092-1093 (“Mateo”), pp.1069-1073 (“Manuscritos”) y 847-860 (“Jehová”),
↑ Saltar a: a b A Wandering Armenian: Collected Aramaic Essays Escrito por Joseph A. Fitzmyer
↑ Saltar a: a b Two Biblical papyri in the John Rylands library, Manchester Escrito por Colin Henderson Roberts,John Rylands Library
Ir a ↑ The text of the Old Testament: an introduction to the Biblia Hebraica Escrito por Ernst Würthwein
Ir a ↑ Kingdom Interlinear Translation (KIT) pp. 11-23
Ir a ↑ Bulletin of the John Rylands Library, Volumen 20 Escrito por John Rylands Library,Henry Guppy
Ir a ↑ Universidad de Manchester, Galería Elctronica de la Colección Ryland
Ir a ↑ Un total de 117 fragmentos de LXXP. Fouad Inv. 266 se publicaron en Études de Papyrologie, vol. 9, El Cairo, 1971, pp. 81-150, 227, 228. Zaki Aly y Ludwig Koenen publicaron una edición fotográfica de todos los fragmentos de este papiro bajo el título Three Rolls of the Early Septuagint: Genesis and Deuteronomy, en la serie “Papyrologische Texte und Abhandlungen”, tomo 27, Bonn, 1980.
Ir a ↑ Revue biblique,Volumen 46 Escrito por Ecole pratique d'études bibliques
Ir a ↑ Ayuda para entender la Biblia: Escrito por Watchtower Bible and Tract Society of New York,International Bible Student 1987 (pagina.1071)
Ir a ↑ Nueva Evidencia que demanda un veredicto por Josh Mcdowell
Ir a ↑ Fundamentos teológicos de la fe cristiana Escrito por José María Martínez
Ir a ↑ Comentario exhaustivo al Antiguo Testamento por Samuel Pérez Millos pp 239
Ir a ↑ Biblia de Estudio Ryrie-RV Escrito por Charles C. Ryrie
Ir a ↑ Mateo Escrito por James Bartley,Ariel Lemos,José Bruce
Ir a ↑ TNM con Referencias (TNM p.1563)
Ir a ↑ Biblia de Estudio Ryrie Escrito por Charles C. Ryrie pp1849
Ir a ↑ Biblia de Estudio Ryrie Escrito por Charles C. Ryrie pp1850
Ir a ↑ Noticia en Zenit.org.
Ir a ↑ El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Francis Arinze, envió una carta a las conferencias episcopales del mundo en la que solicita no utilizar el término «Yahvé» en las liturgias, siguiendo una directiva de Benedicto XVI. [1] [2]
Ir a ↑ J1 Mateo, heb., publicado por J. du Tillet, con una traducción lat. por J. Mercier, París, 1555. J2 Mateo, heb., incorporado como capítulo separado en ’É·ven bó·chan [“Piedra Probada”], de Shem-Tob ben Isaac Ibn Shaprut, 1385. Mss de los siglos XVI y XVII, Jewish Theological Seminary, Nueva York. J3 Mateo y Hebreos, heb. y lat., por Sebastian Münster, Basilea, 1537 y 1557 respectivamente. J4 Mateo, heb., por J. Quinquarboreus, París, 1551. J5 Evangelios litúrgicos, heb., por F. Petri, Wittemberg, 1573. J6 Evangelios litúrgicos, en alemán, lat., gr. y heb., por Johann Clajus, Leipzig, 1576. J7 Escrituras Griegas Cristianas en 12 idiomas, entre ellos heb., por Elias Hutter, Nuremberg, 1599. J8 Escrituras Griegas Cristianas, heb., por William Robertson, Londres, 1661. J9 Evangelios, heb. y lat., por Giovanni Battista Jona, Roma, 1668. J10 The New Testament [...] in Hebrew and English, por Richard Caddick, tomos I-III, de Mateo a 1 Corintios, Londres, 1798-1805. J11 Escrituras Griegas Cristianas, heb., por Thomas Fry y otros, Londres, 1817. J12 Escrituras Griegas Cristianas, heb., por William Greenfield, Londres, 1831. J13 Escrituras Griegas Cristianas, heb., por A. McCaul, M. S. Alexander, J. C. Reichardt y S. Hoga, Londres, 1838. J14 Escrituras Griegas Cristianas, heb., por J. C. Reichardt, Londres, 1846. J15 Lucas, Hechos, Romanos y Hebreos, heb., por J. H. R. Biesenthal, Berlín, 1855, 1867, 1853 y 1858 respectivamente. J16 Escrituras Griegas Cristianas, heb., por J. C. Reichardt y J. H. R. Biesenthal, Londres, 1866. J17 Escrituras Griegas Cristianas, heb., por Franz Delitzsch, Londres, ed. de 1981. J18 Escrituras Griegas Cristianas, heb., por Isaac Salkinson y C. D. Ginsburg, Londres. J19 Juan, heb., por Moshe I. Ben Maeir, Denver, Colorado, 1957. J20 A Concordance to the Greek Testament, por W. F. Moulton y A. S. Geden, cuarta ed., Edimburgo, 1963. J21 The Emphatic Diaglott (interlineal griego-inglés), por Benjamin Wilson, Nueva York, 1864, reimpresión por Watch Tower Bible and Tract Society, Brooklyn, 1942. J22 Escrituras Griegas Cristianas, heb., por United Bible Societies, Jerusalén, 1979. J23 Escrituras Griegas Cristianas, heb., por J. Bauchet, Roma, 1975. J24 A Literal Translation of the New Testament [...] From the Text of the Vatican Manuscript, por Herman Heinfetter, Londres, 1863. J25 St. Paul’s Epistle to the Romans, por W. G. Rutherford, Londres, 1900. J26 Salmos y Mateo 1:1–3:6, heb., por Anton Margaritha, Leipzig, 1533. J27 Die heilige Schrift des neuen Testaments, por Dominik von Brentano, tercera ed., Viena y Praga, 1796. J28 The New Covenant Commonly Called The New Testament—Peshitta Aramaic Text With a Hebrew Translation, publicado por The Bible Society, Jerusalén, 1986.
Ir a ↑ conforme a un informe en el Israel Exploration Journal (Periódico sobre exploraciones en Israel), volumen 13, núm.
Ir a ↑ Israel Exploration Journal (volumen 16, núm. 1)
Ir a ↑ (Biblical Archaeology Review [Revista de arqueología bíblica], marzo/abril de 1983, página 18.)
Ir a ↑ Óstracon IV de Lakiš,La Sabiduría del Antiguo Oriente, pág. 252
Ir a ↑ En 1873 se restauró la Estela Moabita, cuando se le añadieron vaciados en yeso de porciones del texto que faltaban, y se expuso en el Museo del Louvre, en París, donde ha permanecido. Se puede ver un facsímil de ella en el Museo Británico, en Londres
www.es.wikipedia.org/wiki/Yahveh
Última edición por Valmadian; 19/01/2014 a las 22:23
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores