Una de las fuentes fundamentales de la creatividad litúrgica del periodo postconciliar ha sido sin duda las Comunidades Neocatecumenales. Se podría decir que casi no ha existido “novedad” litúrgica postconciliar que no procediera de los quicos. Lo curioso es que por sus formas externas (familias con muchos hijos, moral estricta…) los neocatecumenales aparecen de cara al exterior como un grupo tradicionalista, cuando de hecho son una de las fuentes más importantes de modernismo actual en la Iglesia.
Todo esto significaba una cosa: que es imposible que la actual liturgia se reconduzca hacia una ortodoxia y una tradición, que está de hecho actualmente perdida, sin que el fenómeno neocatecumenal no sea reciclado de alguna manera. Por tanto era de esperar, y muchos lo esperábamos, alguna intervención de Benedicto XVI en ese sentido.
LA ENTREVISTA DEL 19 DE NOVIEMBRE
Benedicto XVI recibió el pasado sábado 19 de noviembre en audiencia privada a Kiko Argüello, Carmen Hernández y al Padre Mario Pezzi, los tres iniciadores y actuales dirigentes del Camino Noecatecumenal. Con ocasión del reciente Sínodo de obispos sobre la Eucaristía, Kiko Argüello se encontró en diversas ocasiones con el Papa durante los trabajos del Sínodo. Pero esta era la primera vez en que Benedicto XVI recibía en audiencia privada al equipo responsable del Camino Neocatecumenal.
Según el servicio de prensa del Camino, en la audiencia “se habló de la praxis litúrgica del Camino Neocatecumenal que es muy apreciada por el Papa”.
LA CARTA DEL VATICANO DEL 1 DE DICIEMBRE
No sabemos si eso de que la liturgia del Camino es “muy apreciada por el Papa” era una ironía o el servicio de prensa del Camino se lo creían realmente, pero el caso es que, con fecha de 1 de diciembre, el Vaticano envió una carta a la dirección del Camino informándoles de los cambios que el Vaticano, o sea Benedicto XVI, deseaba se introdujera en la liturgia del Camino. La petición asumía la forma de una carta firmada por el cardenal Francis Arinze, prefecto de la Congregación para el Culto Divino.
Y los cambios ordenados por Roma realmente desmontan de hecho toda la peculiar liturgia privada entorno a la cual ha crecido el Camino. Esas peticiones de Roma ataca directamente a todos los sus centros neurálgicos de esa nueva liturgia.
LOS CAMBIOS DE ROMA, O SEA, LA CONTRAREFORMA
En resumen los cambios más importantes eran los siguientes:
1) La carta comienza sentando un principio general por el que se afirma que en la celebración de la misa se
«aceptará y seguirá todos los libros litúrgicos aprobados por la Iglesia, sin omitir ni añadir nada».
2) La Congregación recuerda que tal como indicó Juan Pablo II, «el domingo es el día del Señor» y por ello insta al Camino a «entrar en diálogo con el obispo diocesano con el fin de que se trasluzca, también en el contexto de las celebraciones litúrgicas, el testimonio de inserción en la parroquia de las comunidades del Camino». De esta forma pide que «al menos una vez al mes las comunidades del Camino Neocatecumenal deben participar en la Santa Misa de la comunidad parroquial».
Como se sabe, hasta ahora la metodología del Camino consiste en que los grupos de catequesis se crean en cada parroquia, y ese grupo de hecho se convierte en una parroquia paralela que vivia una vida, al menos litúrgica, independiente del resto de la parroquia.
3) Hasta ahora una de las cuestiones más criticadas en el Camino Neocatecumenal consistía en la introducción de los denominados «ecos», que de hecho permitía que fueran los laicos los que realizaran la homilía eucarística. El Vaticano, ahora recuerda que la homilía, «por su importancia y naturaleza, está reservada al sacerdote o al diácono», aunque reconoce la posibilidad de «intervenciones ocasionales de testimonio por parte de los fieles laicos», siempre de acuerdo con la instrucción «Ecclesia de Mysterio».
4) Otro de los aspectos en los que hace hincapié la comunicación del Vaticano es en la conveniencia de que las «eventuales moniciones previas a las lecturas deben ser breves».
5) Sobre el modo de recibir la comunión, el Vaticano da al Camino Neocatecumenal «un tiempo de transición de no más de dos años» para que pasen de la forma que actualmente utilizan, «al modo normal para toda la Iglesia». Actualmente la comunión se da en la liturgia del Camino, sentados en torno a una mesa en el centro del templo y repartiendo el pan y el vino entre los fieles, incluso, a veces, tomando los fieles mismos la comunión según un “autoservicio” eucarístico.
6) También se pide en la carta del Vaticano que se utilicen las otras plegarias eucarísticas contenidas en el misal, y no sólo una de ellas, como es costumbre actualmente.
7) El Vaticano también determina que «hasta posteriores disposiciones», que en las eucaristías neocatecumenales el rito de la paz se sitúe antes del ofertorio (como de hecho lo hacen actualmente). Esta práctica es habitual también en otros ritos de la Iglesia, como en el ambrosiano, que se utiliza en la diócesis de Milán, o en el antiguo rito mozárabe, empleado en España hasta la introducción del Canon Romano.
Y lo importante de esta disposición es la forma que adopta para expresarla, pues lo permite «hasta posteriores disposiciones», lo que da a entender que el proceso y la contrareforma del Camino no ha acabado, y que pueden existir nuevas disposiciones en el futuro.
LA REACCIÓN DEL CAMINO
La reacción oficial del Camino ha sido muy diplomática y aparentemente muy obediente.
Aparentemente porque si leemos entre líneas la cosa no está muy clara. Para empezar los portavoces del Camino manifestaron que
Lo importante es que al Papa le parece bien. Se trata de simples puntualizaciones, que son correctas y que suponen una confirmación de la renovación litúrgica llevada a cabo por el Camino Neocatecumenal.
Lo cual más que diplomático es desvergonzado. Es decir, la Carta del Vaticano es un tremendo varapalo que desmonta prácticamente el núcleo duro de la liturgia “privada” del Camino en sus elementos más “originales”, es decir, en sus elementos más estridentes. Y se necesita mucho aplomo para tras ese varapalo decir que la carta “suponen una confirmación de la renovación litúrgica llevada a cabo por el Camino”… Se necesita mucho aplomo o una voluntad decidida de seguir adelante con esa liturgia en lo esencial.
Otro comentario del portavoz del Camino tras la publicación de la carta, según Europa Press, fue la siguiente:
No hay ningún problema. Se aceptan estas puntualizaciones. Son correctas. La misiva no es más que una continuación del contenido de la audiencia privada que mantuvieron los iniciadores con el Papa el pasado mes de noviembre", indicaron fuentes del Camino Neocatecumenal.
Las expresiones tales como “Se aceptan estas puntualizaciones”, cuando se trataría simplemente de obedecer y no que se acepta y no; y la afirmación de que las puntualizaciones de Roma “son correctas”, como si el Camino tuviera autoridad suficiente para decidir que es correcto y que no es correcto frente a Roma, desde luego son todo menos tranquilizadoras.
Ahora bien, la pregunta es ¿qué pasaría si el Camino simplemente no aplica los mandatos de Roma? Hay que tener en cuenta que el camino no es el movimiento cualquiera. Con seguridad tiene más de medio millón de miembros (ellos hablan de más de 800.000 miembros), y que son capaces de convocar reuniones a las que acuden más de 100 obispos. Y para dar un punto de referencia a estas cifras hay que tener en cuenta que el OPUS DEI, otro de los movimientos más importante de la Iglesia actual, tiene unos 80.000 miembros, esto es, solo la décima parte que el Camino.
Y es que tal vez el problema numero uno de Roma no es tanto restablecer la liturgia, como restablecer la autoridad. Esta es la cuestión candente en la Iglesia desde el trágico pontificado de Pablo VI. Juan Pablo II remedio algo la situación pero desde luego no la soluciono completamente; es más, no la resolvió en su mayor parte.
OTRA DUDA: LA PROXIMA ENCICLICA
La próxima encíclica, que es la primera encíclica de Benedicto XVI, se le podía llamar la encíclica fantasma. Primero se dijo que se publicaría para preparación del sínodo a fines del verano, luego como conclusión del sínodo, luego que seria el regalo de navidad de la Iglesia y ahora se da un vago mes de enero como posible fecha de su publicación. En cualquier caso, se sabía a priori que Benedicto XVI no es muy partidario de una excesiva producción de documentos papales, inflación de papel que lleva irremediablemente a su devaluación practica, y una vez más el Papa es coherente con sus ideas.
En cualquier caso, se había dicho también que quizás en esa encíclica se contendría la completa liberalización de la misa tradicional, la misa de Pío V en latín. Pero también se ha dicho que el Papa debe jugar el papel de un cierto centrismo para no provocar una rebelión abierta. Por ejemplo, antes de recibir a las cabezas visibles de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío V, recibe en audiencia privada a ese icono de la progresía eclesial que es Kung.
Por eso, el rumor ahora es que tras los varapalos a la progresía litúrgica (al Camino concretamente) es difícil que se publique inmediatamente la liberalización total de la misa tradicional. Pero, lo cierto es que Benedicto XVI ni sabe ni quiere saber jugar al juego del centrismo. O al menos así lo vemos nosotros. Por eso creemos, o queremos creer, que el varapalo al Camino puede también ser seguido de la liberación de la misa tradicional.
El tiempo dirá.
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