Esa es la expresión que yo normalmente utilizo. Es mejor llamarle al pan, pan y al vino, vino... y recordarles a ellos que dejen de ser una secta y se reintegren en la única Iglesia verdadera. Yo diría que ésta es una obligación que tenemos todos los católicos, no solamente el Papa Francisco. Pero, por lo que vemos, hoy en día se prefiere encontrar una fórmula de integración basada en el relativismo y en el consenso. Y sobretodo, considerar que tienen siempre la razón los equivocados... razón por la cual, los que están en la Verdad han de actuar con prudencia frente a ellos, e incluso pedirles disculpas si se les hubiere 'ofendido'.
Es una locura.
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