Todo el género profético es de aviso, por lo que no necesariamente ha de suceder lo que se vaticina siempre que haya cambios significativos, es algo así como "qué pasará si no...". Sin embargo, ese listado aleatorio no es más que una muestra de la variedad de señales que se dan en el AT y especialmente en Los Evangelios. El día y la hora sólo los sabe el Padre, pero los indicios son demasiado numerosos como para ignorarlos. El hombre está enfermo, si no se reconocen los síntomas, no habrá curación posible.