Hace unos días una forista afirmó que era preferible la huida (caso de Mahoma saliendo de La Meca para refugiarse en Medina) que someterse a una especie de "suicidio indirecto" al que se entregó Cristo. A continuación, en el fragor de la discusión excesivamente larga e inoportuna, otro miembro de este ilustre sitio, el señor "Ennego Ximenis" echaba el guante del citado disparate teológico por si alguien quería recogerlo. Desde luego, en aquel momento un servidor no estaba fresco, sino bastante cansado de darle a la tecla a causa de una discusión absurda, así como de un humor cada vez peor. Sin embargo, el asunto me pareció muy grave como para olvidarlo y que se quedase así como así en el tintero. Hoy estoy más fresco y mi humor rebosa salud por el momento.
Realmente lo que me preocupa no es la opinión de una persona, pues no pasa de ahí, de algo puramente particular y que por muy molesto que resulte, no tiene mayor importancia. Lo preocupante es que sea algo asó como el juicio de valor de otros muchos de los que nada sabemos. A lo largo del tiempo, en el ejercicio de mi trabajo, me he encontrado con tantas barbaridades que hasta podría haber escrito una nueva versión completa de aquella famosa, en su día, Antología del Disparate. Tengo pleno convencimiento, basado en experiencias reales constatables, es decir, en datos empíricos, de que el sistema educativo español es una total calamidad, representando un esfuerzo inútil y un gasto enorme que podría ser disminuido sin que sus efectos nocivos se notasen demasiado.
La educación empieza en el seno familiar, en el mismo instante en el cual el bebé es depositado en brazos de su madre comienza su educación, que no es otra cosa que la transmisión de los valores de la sociedad y de la familia, valores que se enseñaban ya en la antigua República romana. Posteriormente, cuando la criaturita ya tiene un cierto desarrollo físico y psíquico, a través del cual su pequeño universo se ha ampliado lo suficiente para adquirir un cierto grado de autonomía, es cuando se le envía al colegio. En este proceso de socialización se supone que se la va a ir dotando de los recursos y herramientas intelectivas y manuales acordes con el desarrollo de su edad biológica y mental, así como con sus capacidades cognitivas. En resumen, va a ir siendo formado en diversos conocimientos y disciplinas. Pero la educación seguirá, o al menos así debería de ser, estando en manos de sus padres.
Viene al caso esta larga introducción por estar justificada ante el pasmo que deja la tremenda ignorancia imperante en todo, absolutamente todo. Y es que se da la paradoja de que cuanto más se enseña, menos se aprende. Me pregunto ¿qué dificultad habrá en aprender a conocer los verdaderos significados de las cosas, de los términos que usamos cotidianamente? Siempre he recomendado y sostenido, que junto con un libro hay que tener un diccionario, pero es que sin libro también. Un rasgo que define a las personas cultas no es tener una pared llena de diplomas enmarcados, ya que no son "transportables", pero si estar en posesión de un vocabulario rico y variado, pleno de sentido y correctamente aplicado a cada momento. Así, cuando alguien sugiere, insinúa o le parece que Jesucristo se suicidó, primero debería saber qué es un suicidio.
El suicidio (en latín: suicidium, de sui o sí mismo, y caedĕre, matar) es el acto por el que una persona, deliberadamente, se provoca la muerte. Por lo general es consecuencia de desesperación, derivada o atribuible a una enfermedad mental, como la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno límite de la personalidad, el alcoholismo o abuso de sustancias. A menudo influyen en él diversos factores estresantes como dificultades financieras o problemas en las relaciones interpersonales."
(FUENTE: Wikipedia)
Pero, si alguien no dispone de un ordenador con ADSL, también puede recurrir a un diccionario, en todos los que son generales está la entrada. Así, pues no hay justificación alguna para hacer afirmaciones gratuitas y sin sentido.
Ahora la cuestión es ¿en cuál de las situaciones descritas en esa definición se encontraba Cristo cuando se inició su Pasión y Muerte? Todos, bueno, al parecer casi todos, sabemos que en ninguna. Sin embargo si dejó que lo prendiesen, juzgasen, condenasen, torturasen y crucificasen, por lo que pueden darse casos de personas que lleguen a creer que se entregó a una especie de "suicidio indirecto", o "inducido" diríamos nosotros.
Pero la cuestión es que tales personas tampoco discriminan entre "suicidio" y "sacrificio". Lo que le pasó a Cristo es que fue entregado al sacrificio por nosotros, por nuestras culpas o pecados, maldades y perversiones. Naturalmente, también hay que conocer qué es un sacrificio.
En el Diccionario del Estudiante SANTILLANA/REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Madrid 2010, página 1240 se dice:
Sacrificar: "Ofrecer a una divinidad como muestra de reconocimiento, alguien o algo a los que generalmente se mata o destruye."
Pero hay más acepciones, y así en la misma entrada de la misma obra, en la acepción nº 3, se puede leer:
"Exponer a una persona o cosa, a daño o destrucción en provecho de otra que se considera más importante.
Pero el problema no creo que esté en entender y diferenciar ambos conceptos, ambas ideas, sino en la posición personal de quien las confunde. Así, alguien que duda, o que intenta acercarse a la fe pero no termina de lograrlo, es alguien que está abierto a recibir una explicación. Pero cuando ese alguien está completamente cerrado a no aceptar más realidad que la que le parezca personalmente, no habrá nada que hacer, será como predicar en el desierto.
Y es que para entender el sacrificio de Jesucristo hay que empezar por creer en Dios. Si no hay aceptación de su existencia, es imposible comprender que Cristo se sometiese a semejante cúmulo de barbaridades, a semejante tipo de crimen, y que lo hiciese por voluntad propia, en lugar de atender a la natural tendencia de poner los pides en polvorosa, como hizo Mahoma. Sólo en esto ya tenemos una fiel demostración de donde se encuentra la Verdad. Mahoma salió por pies y volvió ocho años después al frente de un ejército a pasar por las armas a sus enemigos. Cristo murió por nosotros y resucitando al tercer día venció a la muerte, nos dio muestras de que Él es la Verdad, la Vida y la Esperanza. Enviando a los discípulos de su primera comunidad a extender el Evangelio, la "Buena Nueva", la "Palabra" que el "Verbo", Dios mismo encarnado en un ser humano, estableció un nuevo pacto, esta vez de Salvación eterna, con el hombre. Y todo ello sin olvidar la naturaleza dual de Cristo, como Persona de la Santa Trinidad, Dios-Hijo, y su encarnación como Hijo del hombre para dar lugar al hombre nuevo. Estamos ante un misterio, pues no hay nada más sublime que entregar a un hijo al sacrificio, y hacerlo por otros, no cabe mayor muestra de amor por los demás. Lo menos que se puede exigir es respeto.
Si alguien no quiere creer, es su problema. Si ese alguien no quiere aceptar el acontecimiento más sublime y extraordinario de toda la Historia, también es su problema. Obviamente no puede pretender que quienes si reconocemos a Cristo Nuestro Señor, callemos para "no molestar" a unos y otros. También eso es su problema. Nosotros estamos asistidos del derecho, y de la obligación moral, de manifestarnos, de expresar y dar a conocer el Evangelio, sin más pretensión que ese conocimiento, lo que haga cada cual, también es su problema. (Recuérdese la parábola del sembrador)
Última edición por Valmadian; 22/11/2015 a las 21:11
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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