Unas observaciones:En su locura satánica osan llamar arte a una “exposición” sacrílega con formas consagradas, dan un premio “artístico” a un padrenuestro blasfemo en Barcelona, insultan a la Santísima Virgen en una procesión en Pamplona, pretenden cerrar una Iglesia en su máximo apogeo de obras de caridad. Una desvergonzada se desnuda en una capilla universitaria quedando prácticamente impune ante la Justicia y suscitando únicamente una tibia reacción del obispado.
- En primer lugar, es evidente que ya tocaba la vuelta al anticlericalismo, tema recurrente cada treinta y tantos o cuarenta y tantos años en España; la izquierda cuando no tiene nada mejor que ocurrírsele se dedica a ello para contentar a sus masas cabreadas; es un tema barato que con poco coste les reporta satisfactorios resultados de "autenticidad" y de "lucha contra los enemigos del pueblo" etc.
- Además, las ofensas actuales son pequeñísimas, objetivamente consideradas, en comparación a lo que esta gente solía gastárselas en la II República (incendios de iglesias y conventos, muertes de religiosos, palizas, proclamas de exterminio, etc); vamos, que son corderitos en comparación con aquello... el tema es que los católicos actuales son aun más birrias ya no que aquellos católicos del 36 sino que los revoltosos anticlericales actuales, con lo cual la proporción del miedo católico se mantiene... ante unos tipos que no tienen ni media bofetada...
- Por otra parte, el bando católico ya no tiene ni falangistas, ni requetés, ni Ejército que le defienda en caso de apuro; ya se encargó la propia Jerarquía de desconectar con ellos. Pero no hay mal que por bien no venga: a diferencia de entonces, tiene un arma nueva y potente: el ecumenismo.
Acudiendo al boyante ecumenismo se pueden blindar las iglesias, los religiosos y los católicos de a pie: todo consistiría en colocar cartelones en los pórticos de cada iglesia, etc, con el rótulo 'Alá es grande' y a ser posible con letras árabes, o la famosa foto de Juan Pablo besando el Corán a tamaño gigante, etc: la izquierda anticlerical recularía aterrorizada y los edificios quedarían a salvo. Dogmáticamente no ocurriría nada, pues sería perfectamente compatible con la teología vaticano-segundista.
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