Bueno, otra vez que me toca salir a la palestra.
Perdón de antemano a los que esto ofende, pero es que para oir este tipo de tesis ya hay muchos sitios.
Es patente la intención de difundir la idea de que ....son incompatibles democracia con cristianismo.
Ya estamos con los equívocos y con los malentendidos sobre la “democracia”…
Efectivamente, la democracia tradicional (¡¡ojo!! la medieval de las ciudades-estado italianas, o la tradicional de los suizos, o la “castellana” alto-medieval… p.ej,) siempre fue compatible con el cristianismo, sí… porque era una mera forma de gobierno, tan lícita como la monarquía, en tanto que se sobreentendia que se elegían representantes católicos (o un rey católico en caso de monarquía), pero no lícita si hubiera sido para plebiscitar y representar ideologías (algo que es ajeno y contrario a la tesis católica) lo que es precisamente la “democracia” nacida de la revolución francesa
Ahora bien, la democracia “liberal”, la de la Revolución Francesa, que no es una forma de gobierno sino un régimen y una ideología, (pero que todos conocemos hoy como “democracia” a secas) y que tiraniza a los cristianos y a la Iglesia desde entonces, ¿es “compatible” con el cristianismo? Bueno, sí, …pero a costa de aplastarlo con su bota.
Otra cosa son las elucubraciones de los “teólogos” contemporáneos para hacer compatible cristianismo y liberalismo… pero eso es querer la cuadratura del círculo: los demócrata-liberales tienen siempre la sartén por el mango y siguen golpeando duro y a la cabeza a los jerarcas católicos que, estas últimas décadas, confiando en supuestas bondades “demócratas” se habían quitado el casco.
Por supuesto, los obispos parecen creer compatibles “su” idea de democracia con el cristianismo (o sea una pretendida democracia liberal sui generis, o pseudo-liberal, la que han imaginado sus jerarcas y teólogos; no la siniestra que nos envuelve, que es la única “de facto”): el problema es que a los masones eso no les gusta ni les interesa (ni tampoco les conviene, prefieren imaginar una Iglesia rival y enemiga para mantener su particular pin-pan-pun propagandístico “anti-carca”)
Aunque los obispos parezcan vanagloriarse de que sí “son compatibles”, el Magisterio condenó el liberalismo y por tanto condenó esta democracia liberal en que ese liberalismo se plasma, y que (no hay otra) es la que el obispo defiende.
Se olvida o calla que los principios que rigen la vida democrática han nacido del cristianismo, y que quienes los defienden son hijos de la tradición y de la cultura cristiana
Más de lo mismo.Es al revés.
“Los principios que rigen la vida democrática (liberal)” han nacido de la masonería, el enemigo jurado de la Iglesia: esos principios no son sino (dicho más bien teológicamente) la puesta en plural del pecado original, mediante leyes: no son sino la imposición, mediante la demagogia del número y de la cantidad, de leyes pensadas para satisfacer mejor los instintos más bajos de ese ser humano que decide endiosarse haciendo ley de sus propios caprichos y vicios. O sea el "seréis como dioses" de la serpiente en el Paraíso.
Pero tiene razón el obispo en un sentido (y sin proponérselo): que del cristianismo (accidentalmente) nacieron los revolucionarios franceses del siglo XVIII, los primeros masones de los países protestantes, así como Lamennais y su catolicismo liberal, condenado por el Magisterio,( pero “dogma de fe” actualmente en el universo católico).
Si eso es un mérito para los cristianos....
Al obispo, a los obispos, toda esa génesis “cristiana” de la democracia liberal parece como si les emocionara y les indignara su no reconocimiento.
...Pues los masones, a la vista está, no se lo creen... y, curiosamente, los Papas anteriores a Juan XXIII jamás lo hubieran imaginado.
¡¡¡Cuánta "ingenuidad" la de los obispos!!!
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