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  • 1 Mensaje de Litus

Tema: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

Vista híbrida

  1. #1
    Avatar de FACON
    FACON está desconectado Miembro Respetado
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    Re: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    Que buen artículo Hyeronimus, ya me lo copié .
    Yo había visto un documental hace un tiempo sobre esto mismo, y me pareció raro que no se tenga tanta veneración o no sea tan conocido Valencia por esto mismo del Santo Grial, como es conocido Santiago Compostela, no sé. Pero claro al parecer hay demasiada confusión sobre el tema y para esclarecerla deben leer lo anterior
    El noble es aquel:
    que tiene alma para sí y para otros.
    Son los nacidos para mandar.
    Son los capaces de castigarse y castigar.
    Son los que en su conducta han puesto estilo.
    Son los que no piden libertad sino jerarquía.
    Son los que sienten el honor como la vida.
    Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...

    ("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)

  2. #2
    Avatar de Litus
    Litus está desconectado "El nombre de España, que hoy
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    Re: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    El patriotismo Hispánico necesita de toda una liturgia nacional.

    Santiago de Compostela, Covadonga, El Santo Grial en Valencia, San Juan de la Peña, y el Pilar han de ser junto a los combatientes caidos en combate y heroes nacionales, mas que unos "mitos" en donde las vanguardias patrioticas rindan continuos homenajes, puntos de exaltación fanatica donde el pueblo rinde pleitesia a los que nos han precedido en el combate, y lugares Santos de peregrinación.

    Un "patriotismo" constitucional como el que pretenden las fuerzas cipallas constitucionalistas arrastrará a los jovenes a defender posturas separatistas estilo batasuna.
    ReynoDeGranada dio el Víctor.
    "El nombre de España, que hoy abusivamente aplicamos al reino unido de Castilla, Aragón y Navarra, es un nombre de región, un nombre geografico, y Portugal es y será tierra española, aunque permanezca independiente por edades infinitas; es más, aunque Dios la desgaje del territorio peninsular, y la haga andar errante, como a Délos, en medio de las olas. No es posible romper los lazos de la historia y de la raza, no vuelven atrás los hechos ni se altera el curso de la civilización por divisiones políticas (siquiera eternamente), ni por voluntades humanas.
    Todavía en este siglo ha dicho Almeida-Garret, el poeta portugués por excelencia."Españoles somos y de españoles nos debemos preciar cuantos habitamos la península ibérica" .España y Portugal es tan absurdo como si dijéramos España y Catalunya. A tal extremo nos han traído los que llaman lengua española al castellano e incurren en otras aberraciones por el estilo."
    Marcelino Menéndez Pelayo.

  3. #3
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
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    Re: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    Piden que la UNESCO declare el Santo Cáliz Patrimonio de la Humanidad


    El I Congreso Internacional 'Valencia , la ciudad del Santo Grial', instó hoy "a las autoridades correspondientes a que promuevan ante la UNESCO la declaración de Patrimonio de la Humanidad" para el Santo Cáliz que se venera en la Catedral de la capital valenciana, informaron fuentes del Arzobispado en un comunicado.
    La petición forma parte de las conclusiones que han sido hecho públicas esta mañana en la sesión de clausura del congreso, que se ha celebrado desde el pasado viernes en Valencia , indicaron.
    Asimismo, explicaron que el congreso ha fundamentado su propuesta en "el conjunto de los argumentos presentados en este simposio y dado que, al menos, se puede demostrar que el Santo Cáliz de Valencia , fue el inspirador de las narraciones medievales que dieron lugar al nacimiento de la literatura épica europea".
    El congreso también ha propuesto que se realice una nueva investigación, con los medios actuales, de "todas las piezas" que componen el Santo Cáliz para poder precisar más la datación y el origen de la reliquia.
    No obstante, el simposio consideró en sus conclusiones que la investigación desarrollada hace cincuenta años por el catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza Antonio Beltrán "continua siendo válida".
    Igualmente, el congreso invitó a que se desarrollen las "nuevas vías de investigación que se han abierto a consecuencia de este simposio". Una de ellas es el análisis de los frescos medievales de la Virgen con el Santo Grial encontrados en iglesias pirenaicas, que "podrían tener relación con la estancia del Santo Cáliz en aquellas tierras".
    Asimismo, la tradición que identifica el Santo Cáliz de Valencia con el que empleó Jesús en la Ultima Cena es "coherente desde el punto de vista lógico e histórico" y cuenta con "profusión de datos confluyentes". De hecho, el congreso subrayó que "no se ha encontrado ningún argumento en contra y considera admisible que pueda seguir manteniéndose esta tradición multisecular".
    En este sentido, "frente a la costumbre muy extendida de mencionar como 'competidores' del Santo Grial de Valencia otros objetos de diversa entidad", el congreso ha afirmado en sus conclusiones que "ninguna otra pieza reúne unas credenciales semejantes que puedan convertirlo en alternativa real del Santo Cáliz".
    Además, el estudio presentado por primera vez en el congreso sobre la plegaria eucarística denominada "Canon Romano" que identifica el cáliz de los papas de los primeros siglos con el de Jesús "supone un avance enorme en orden a documentar la estancia del cáliz de la Ultima Cena en Roma en los primeros años del cristianismo, presupuesto necesario para dar validez a la tradición que explica su traslado a España".
    Sobre la tradición que relata el envío de la reliquia a Huesca en el siglo III, "si no es posible documentarla plenamente por ahora, mantiene en lo esencial una coherencia suficiente para otorgarle la necesaria credibilidad", han precisado las conclusiones.
    El congreso concluyó que "ha quedado suficientemente probada la relación indisoluble" entre las leyendas griálicas y el Santo Cáliz de Valencia . El simposio ha considerado "indudable" que las narraciones que "se originaron en los pirineos aragoneses, y que se extendieron por el mundo, están inspiradas por la presencia de esta copa en aquellas tierras y hacen referencia a personajes y hechos reales vinculados al Santo Cáliz" que se venera en Valencia .
    El congreso sobre el Santo Cáliz ha sido organizado por el Arzobispado de Valencia , el Cabildo Metropolitano de la Catedral, la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, el Centro Español de Sindonología, la Real Hermandad y la Cofradía del Santo Cáliz.

    http://www.lasprovincias.es/valencia...811091803.html

  4. #4
    Avatar de Hyeronimus
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    Re: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    [IMG]file:///C:/DOCUME%7E1/EZEQUI%7E1/LOCALS%7E1/Temp/moz-screenshot.jpg[/IMG][IMG]file:///C:/DOCUME%7E1/EZEQUI%7E1/LOCALS%7E1/Temp/moz-screenshot-1.jpg[/IMG]

    San Lorenzo y el Santo Grial No es leyenda Autor: Janice Bennett Editorial: Ciudadela Número de páginas: 344 Fecha publicación: 01/12/2008 Duración: No es leyenda Las antiguas tradiciones tienden a confundirse con leyendas cuando quienes las reciben se han distanciado del espíritu de sus antepasados. De esa manera acaba por acusarse a quienes nos pretejieron de oscuros, crédulos e ignorantes. Y nos imaginamos que inventaron historias, que se transmitieron por fuentes que ahora catalogamos de poco fiables, como los trovadores, las canciones populares o las leyendas. Sin embargo, conforme los estudios se vuelven rigurosos (muchas veces a fuerza de ensayo y error) y la tenacidad de algunos o el inmenso presupuesto de otros, que permite incluso algún trabajo serio lo permite, se descubre que lo narrado por lo que se consideraban fábulas de vieja o invenciones piadosas para momentos de desolación, tiene un trasfondo histórico y, en ocasiones, que éste es muy sólido.
    Esto es lo que sucede con el Santo Grial, que se venera en la Catedral de Valencia y que, en España, no es justamente considerado. Cierto que hay algunos trabajos muy serios de autores nacionales y otros han dedicado un considerable empeño a darlo a conocer. Aún así hay que saludar este libro de Janice Bennett, que aúna investigación y divulgación y de nuevo vuelve nuestra atención sobre la Copa que Jesucristo utilizó en la Última Cena.
    Lejos de las invenciones a las que sn dadas las mentes sin esperanza en el intento de perderse en un mundo que se les antoja mejor dispuesto que el que habitan, Bennett recopila los datos que nos han llegado en torno al venerable Cáliz y, como si de una historia se tratara, nos lo relata para nuestra información y alegría. Parece que el Grial estuvo en Roma y que, en tiempos de persecución, cuando San Lorenzo fue martirizado, este dispuso, antes de su muerte, que la preciada reliquia fuese puesta a salvo. Así, llegó a España. Aquí siguió un peligroso periplo, pasando por tres monasterios de los Pirineos (entre ellos San Juan de la Peña), y teniendo que ser escondido en diversas ocasiones para evitar su profanación (la última vez durante la Guerra Civil). Finalmente se encuentra en Valencia, donde es custodiado con respeto y veneración de los fieles.
    Cuando uno piensa en el deseo de algunos por destruirlos y en el celo de otros por impedirlo, aun con grave riesgo, no deja de pensar en la verdad de lo que algunos llaman “leyenda”. Si, además, la arqueología indica que la forma de la copa y los materiales son los propios de la época de Cristo, aumenta la perplejidad, el asombro o la convicción, según el lugar dónde nos encontremos. A la vista de esta historia, narrada minuciosamente por la autora, se comprende también que la leyenda artúrica, o el Pársifal, no son las fuentes originarias de la tradición sobre el Grial, sino los últimos eslabones que, para quien ande desorientado, llevan a pensar que todo es falso, cuando no son más que el eco remoto y algo apagado de lo que se tuvo por cierto.
    Libro interesante, y recomendable para ahondar en una importante reliquia que tenemos en nuestro país y que no es justamente apreciada.
    El libro puede adquirirse en www.ciudadela.es

  5. #5
    Stephen está desconectado Miembro graduado
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    Re: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    Con mucha probabilidad es el verdadero caliz de Cristo. Saludos

  6. #6
    Avatar de juan vergara
    juan vergara está desconectado Miembro Respetado
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    Respuesta: Re: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    Estimado Hyeronimos:
    Acabo de descubrir este hilo imperdible. Gracias por tu esfuerzo al trasladarlo a este foro.
    Hace pocos días terminé de leer el libro de Janice Benntt que mencionas, el que por cierto se encuentra muy bien documentado y completo.
    Sin duda esta temática es apasionante.
    Otra vez gracias.
    Un abrazo.

  7. #7
    Gothico está desconectado Miembro Respetado
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    Respuesta: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    Ojo!!
    Debe distinguirse entre literatura medieval, leyenda y mito artúrico del Grial, por una parte (de carácter esotérico), y por otra parte que en Valencia haya un cáliz de la Última Cena que se venere con el nombre de “Grial”, al que se puedan aplicar componentes poco católicos o míticos "catoliquizados" de la última Cena; son dos cosas muy distintas y que no tienen nada que ver, más que accidentalmente.

    Otra cosa es que Valencia o el clero valenciano haya aprovechado desde hace siglos el tirón mítico-esotérico del nombre “Grial”. Ahí es donde parece radicar el equívoco.
    - En el ámbito del esoterismo no es correcta la teoría de identificar el Grial, (el artúrico, el medieval, el esotérico…) con el Cáliz de la Ultima Cena; esto escribe Julius Evola:

    …Sin embargo, en su misma forma cristianizada, esta búsqueda es igualmente desconocida en los primeros textos del cristianismo ortodoxo, y la tradición del Grial tiene visiblemente muy poco en común con la apostólico-romana. Sobre el segundo punto, hemos visto ya que el jefe de la estirpe regia del Grial, José de Arimatea, recibe directamente la investidura de manos de Cristo, y su dinastía, esencialmente real, no guarda relación con la Iglesia de Roma, sino que conduce directamente al reino nórdico del rey Arturo, y una de sus ramificaciones, según Wolfram von Eschenbach, desemboca en el reino simbólico del preste Juan, «rey de reyes». En cuanto al primer punto, si bien la literatura eclesiástica conocía ya el personaje de José de Arimatea y su encarcelamiento, no sabe nada del Grial, ni hay antiguos textos bretones (con excepción de uno, y en un solo pasaje, que parece intercalado) en los que José aparezca como apóstol cristiano de Inglaterra.

    El cronista Elinando, que fue el primero en referir la historia del Grial haciendo aparecer en ella a José de Arimatea, escribe: Gradalis autem vel gradale dicitur Gallice scutella lata et aliquantulum profunda in quia preciosas dapes, cum suo jure divitibus solent apponi, et dicitur nomine Graal... Hanc historiam latine scriptam (entiéndase: en los escritos de la Iglesia) invenire non potui, sed tantum Gallice scripta habentur a quibusdam proceribus, nec facile, ut aiunt, tota inveniri potest. En 1260, Jakob van Maerlant desmentirá la historia del Grial, precisamente basándose en el hecho de que hasta entonces la Iglesia todavía no sabía nada o, mejor dicho, no quería saber nada de ella.

    Si bien en algunos textos el cáliz de José de Arimatea se identifica con el de la última Cena, en ninguna tradición cristiana se encuentran rastros de tal asociación. Por otra parte, aunque en los textos más posteriores y de fuerte tendencia cristiana el Grial adoptará, en este sentido, una función análoga a la del cáliz eucarístico en el misterio de la Misa, la repugnancia de un Robert de Boron, por ejemplo, a hablar de la naturaleza del Grial y la alusión a palabras secretas que a él se refieren, que nadie debe repetir y que sólo habían sido transmitidas a José de Arimatea, hacen pensar que se trata de un misterio diferente al del rito católico, y que en cualquier caso aparece celebrado por otros, no por el clero ortodoxo, junto a un simbolismo y a un esoterismo totalmente ajenos al cristianismo . Y cuando algunos textos identifican el Grial como copa con el cáliz de Jesús y la lanza con la lanza de la crucifixión, quien sigue la lógica interna y advierte el tono fundamental del conjunto no puede dejar de preguntarse si se trata de algo más que de imágenes de la conciencia religiosa predominante tomadas a modo de préstamo como medio para expresar un contenido distinto.
    Que ese contenido arranca de tradiciones ajenas al cristianismo y refleja un clima bastante poco reducible a la religiosidad cristiana resulta bastante claro para todo aquel que considere en su conjunto las leyendas del Grial.

    Wolfram von Eschenbach hace remontar las fuentes de su narración a un «Kyot el Provenzal», que a su vez había encontrado la leyenda de Parsifal y del Grial en textos paganos, descifrados por él gracias a su conocimiento de los caracteres mágicos. Flegetanis, de la estirpe de Salomón, había escrito en tiempos antiquísimos la historia del Grial contenida en esos textos, basándose en su ciencia astrológica, al haber leído el nombre del Grial en las estrellas. «Examinando las estrellas, descubrió secretos profundos de los que no hablaba sin estremecerse».
    De modo que la leyenda del Grial presenta en general caracteres sobrenaturales, secretos e iniciáticos. Robert de Boron atribuye las verdaderas fuentes de esta historia a un «gran libro» que él no pudo leer, «donde están escritos los grandes misterios que son llamados del Grial», y en el Percevalli Gallois se añade: «Esta historia es muy valiosa y no se cuenta a gente que no pueda comprenderla, ya que una cosa buena divulgada entre hombres malvados nunca será aprendida por ellos.» Y Robert de Boron: «La gran historia del Grial nunca había sido tratada por un hombre mortal: unque retreite este n'avoit – la grant estoire dou Graal - par nul homme qui fust mortal.» Las metamorfosis que se despliegan en la visión del Grial son para él inexpresables, «ya que los secretos del sacramento no deben revelarse más que a aquel a quien Dios ha dado la fuerza para tanto»...
    Leyéndolo, se producen apariciones, el espíritu es raptado por los ángeles y llevado a contemplar directamente la Trinidad. Abrir el estuche que contiene el Grial significa entrar directamente en contacto con Cristo. Sin embargo, aun junto a esos caracteres, a causa de las heridas, de la obcecación o de la sed ardiente de que ese mismo texto hablará en relación con quienes desean acercarse demasiado al Grial, permanece el antiguo y más originario significado de un mysterium tremendum que poco tiene que ver con el pathos cristiano.
    http://juliusevola.blogia.com/2006/0...-del-grial.php


    - Pero desde la perspectiva católica, también se incide en que el tema legendario del Grial siempre fue ajeno al cristianismo. Esto se lee en la Enciclopedia Católica:


    Quienes sostienen la teoría de un origen puramente cristiano consideran fundamental el elemento religioso de la historia, y relacionan las motivaciones principales de sus personajes con ideas y conceptos cristianos. Se deriva del evangelio apócrifo de Nicodemo, el cual estuvo muy en boga en el siglo XII, sobre todo en Inglaterra. En dicha historia, leemos como José, a quien los judíos habían hecho prisionero, es alimentado milagrosamente por Cristo mismo. Otros rasgos fueron extraídos de "Vindicta Salvatoris", el legendario relato de la destrucción de Jerusalén. Además, a José se le confundió con el historiador judío Josefo, cuya liberación por parte del emperador Tito es narrada por Suetonio. Las propiedades de producción de alimentos del recipiente pueden explicarse, sin recurrir a las historias paralelas celtas, mediante la relación del Grial con el Sacramento de la Eucaristía, el cual alimenta espiritualmente a los fieles. La leyenda puramente cristiana así surgida entró en contacto con la evangelización tradicional de Inglaterra; luego se desarrolló en suelo británico, en Gales, lo cual explica el sello celta que indudablemente porta. Con respecto a la conversión legendaria de Inglaterra, cabe mencionar que los relatos literarios acerca del hecho están relacionados con la famosa Abadía de Glastonbury, la cual está también íntimamente relacionada con la leyenda de Arturo. En el relato de William de Malmesbury, Glastonbury es identificado como el mítico Avalon. Por ello, los eruditos se inclinan a relacionar este santuario británico con el origen de los cuentos caballerescos sobre el Grial. Probablemente Walter Map, quien murió como arcediano de Oxford en 1210, y a quien se le atribuye la autoría de un ciclo sobre el Grial y Lancelot, obtuvo su información en dicha abadía. Por lo tanto, las primeras historias caballerescas sobre el Grial pudieron haber sido escritas en latín y convertirse en la base de la obra de Robert de Boron, un caballero inglés súbdito de Enrique II, y contemporáneo de Chrétien y de Map.
    Más tarde, la leyenda del Grial ya totalmente desarrollada entró en contacto con otras leyendas; como la Lohengrin, el caballero cisne, en el poema de Wolfram, o la de Prestor John, el legendario monarca cristiano del este. En este punto también se agregó la historia de Klinschor, el mago. Después del renacimiento, la leyenda del Grial cayó en el olvido junto con la mayoría de las leyendas medievales, de donde fue rescatada al establecerse el romanticismo (principios del siglo XIX). Las versiones modernas más famosas son la de Tennyson, "Santo Grial" en los "Idilios del Rey" (1869), y el drama musical de Wagner, "Parsifal", producido originalmente en la ciudad alemana de Bayreuth en 1882.

    Unas palabras sobre la actitud de la iglesia hacia la leyenda. Parecería que por tener tantas referencias cristianas debería haberle caído en gracia a la comunidad eclesial; sin embargo, no fue así. Con excepción de Helinandus, los escritores eclesiásticos no mencionaron el Grial, y la iglesia ignoró la leyenda por completo. Después de todo, la historia contenía elementos que no podían ser aprobados por iglesia. Por ejemplo, sus fuentes son libros apócrifos, no canónicos, y las pretensiones acerca de la santidad del Grial fueron refutadas por su misma extravagancia. Además, la leyenda reclamaba para la iglesia Británica un origen casi tan ilustre como el de la iglesia Romana, e independiente de ésta. Así que tenía el propósito de fomentar cualquier tendencia separatista que pudiera existir en Inglaterra. Como hemos visto, toda la tradición relacionada con el Grial es de origen tardío y en muchos puntos no concuerda con la verdad histórica.

    http://ec.aciprensa.com/g/grial.htm

    Por último decir que nada de lo anterior impide que el Cáliz de la catedral de Valencia sea el auténtico Cáliz de la Última cena (aunque no tenga nada que ver con el Grial mítico y sea llamado "Grial").
    Última edición por Gothico; 21/04/2009 a las 22:26

  8. #8
    Avatar de Hyeronimus
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    Respuesta: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    Exactamente. Parece que está bastante documentado que el Santo Cáliz de Valencia es el de la Última Cena. Pero lo del Grial es una asociación posterior. Yo siempre lo he tenido bien claro.

  9. #9
    Avatar de Rodericus
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    Respuesta: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    Hay un magnífico video documental que os recomiendo vivamente. En su día lo pusieron en TVE La 2.

    Lo podeis pedir en:

    www.goyaproducciones.com


    Además de desarrollar la autenticidad del santo caliz de Valencia (y el espaldarazo que la han dado los dos últimos Papas al celebrar misa con tan venerada reliquia) profundiza el las leyendas medievales artúricas del Grial, y su situación en San Juan de la Peña (tanto por parte de von Esembach como de Cretienne de Troyes).

    Muy recomendable el video para lo que compartan una filosofía caballeresca. Y muy recomendable también para el Jueves santo.

  10. #10
    Avatar de Godofredo de Bouillo
    Godofredo de Bouillo está desconectado Miembro Respetado
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    Respuesta: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    Para los que gustan de las ensaladas, aquí tenéis brujas, cartas astrales, videntes, ovnis, energías, yyyyyyyyyyyyy !!!!!El Santo Grial!!. Enun solo combo y todo por dos euros!!
    exclusivo: Adelanto del libro de hernán brienza
    Los buscadores del Santo Grial en la Argentina

    ¿Es posible que la copa que usó Jesús en la última cena esté escondida en Córdoba o la Patagonia? Los protagonistas de este libro aseguran que sí, por eso la persiguen sin descanso. Una trama que incluye brujos, neonazis, místicos y templarios. En síntesis: una historia bien argentina.












    31.05.2009





    La bruja abrió los ojos y fijó sus pupilas negras en mí. Se hizo un espeso silencio y luego dijo:

    –Tal vez estés menos equivocado de lo que pensás.

    Yo sonreí, como quien se hace cómplice de una broma. Ella se llamaba Hilda Evelia, era retacona, morruda y morocha. De pelo corto, encrespado, había alcanzado su pico de fama a principios de los noventa cuando la revista Somos hizo una tapa con su rostro y tituló la nota como “La Bruja de Menem”. Ahora, estaba frente a mí. Yo tenía 26 años –corría septiembre de 1997– y trabajaba para una revista cuyos reportajes centrales eran entrevistas a tarotistas, hechiceras, videntes, brujos y otras especies dignas de aquelarres.

    Con Hilda la conversación había durado más de una hora. Y en ese lapso ella había lanzado todo tipo de anuncios y pronosticado el Apocalipsis político de la Argentina, vaticinado una buena perfomance de la selección para el Mundial de Francia y, sobre todo, explicado los vericuetos de su arte: el tarotismo y la astrología.

    Amable, enigmática, de conversación abundante, Hilda estaba sentada a una mesa pequeña de paño verde iluminada por una lámpara que caía del cielo y dejaba los rostros entre sombras. Era la típica escena de videntes de las películas. Ella manejaba las cartas y yo le hice un par de preguntas personales. Lo hacía siempre. Me divertía ver cómo, semana a semana, muchos de los brujos y de las sibilas se equivocaban con los pronósticos que hacían sobre mi vida, mi pasado, mi futuro. Esta vez, ella se negó a realizar prodigios. Dijo que lo suyo era conocimiento esotérico, ciencia y no magia. Y que lo máximo que podía hacer conmigo era realizarme una carta astral. Y anunció que no me la iba a cobrar. Acepté, claro. Y le di mis datos personales.

    Cuando terminó la entrevista, Hilda invitó a pasar a los sillones para hablar con mayor comodidad. El departamento quedaba en planta baja de un edificio de Barrio Norte, si la memoria no me falla. Estaba oscuro y la luz natural bajaba por un patio interno. En ese momento llegó su marido. Era un hombre canoso, de barba gris y cabello blanco, que saludó amable y se dirigió a una de las habitaciones. Seguimos hablando de algunos misterios, y en ese momento reparé en una cruz dorada que llevaba colgada: “Es de los rosacruces”, dijo enigmática.

    Me preguntó, entonces, sobre mí, sobre qué estaba haciendo, cuáles eran mis proyectos, sobre qué escribía. Por alguna razón extraña, Hilda me había generado cierta confianza. Llevábamos un rato largo conversando sobre espiritualidad y se me hacía dificil mantener la guardia en alto. Le comenté, como al pasar, mis deseos de escribir una novela cuyo tema central fuera la búsqueda del Santo Grial, y que quería escribir esa historia con la hipótesis de que la copa con al sangre de Cristo estaba efectivamente en algún lugar oculto de la Argentina. Ella, entonces, pronunció la frase: “Tal vez estés menos equivocado de lo que pensás”. Yo, entonces, sonreí socarrón, pero ella no devolvió mi invitación. Su marido, entonces, apareció desde las sombras del pasillo y me semblanteó. Hilda lo marcó con los ojos rápidamente. Entrecruzaron nuevamente sus miradas y el hombre, de quien nunca supe cómo se llamaba, afirmó categórico:

    –El Santo Grial está en la Argentina.

    II

    Cruzamos un par de frases más y él se despidió. Me desearon suerte con la novela y me dijeron que volviera a buscar la carta astral. Salí del departamento divertido y entusiasmado. Tenía a algunos de mis personajes de la novela. Tomé el colectivo que me llevaba a Barracas –donde quedaba la revista– y en el camino fui repasando los pocos datos que me había dado del Grial. Que la copa existía realmente, que estaba escondida en algún lugar de la Argentina, que había un grupo de custodios, que tuviera cuidado con lo que escribiera.

    El colectivo apuraba las calles que se iban depreciando a medida que se dirigía al sur. Pensé en mi novela. El proyecto original consistía en una mala copia de las historias marechalianas como las de Adán Buenosayres o Megafón o la guerra. Un grupo, una entidad colectiva, que buscaba el Grial como objeto político, algo así como un vellocino de oro que permitiera traer el reino a la tierra. El libro debía tener un claro tono zumbón y debía trabajar bien los personajes para no caer en lo grotesco. No sería otra cosa que una novela de acción, filosofía barata y un poco de suspenso, algo así como una aventura “criolli-malevi-fúnebri-putani-arrabalera”, en palabras de Leopoldo Marechal.

    Divagaba a bordo del colectivo, que ahora bordeaba el Parque Lezama, fantaseaba con el libro, me divertía la idea de un grupo de estultos que intentaban reivindicar la literatura argentina apropiándose de los mitos del enemigo, robándoles a los británicos su mito fundacional de los caballeros del rey Arturo y de la búsqueda del Santo Grial. Se trataba, en mi imaginación, de una novela de caballería moderna, de una pequeña broma esotérica. Aún no tenía conocimiento de la fuerte tradición del medievalismo griálico en la literatura argentina ni de cómo se relacionaban René Guénon, Leopoldo Lugones y Marechal en torno a estos misterios.

    III

    A la semana siguiente volví a la casa de Hilda a buscar mi carta astral. No estaban ellos. Me atendió una mucama que me entregó la carpeta y no me dio más detalles. Ésa fue la última noticia que tuve de Hilda Evelia y su marido, los primeros que me anunciaron la noticia de que el San Grial estaba en la Argentina.

    V

    Córdoba es la provincia de los mitos vivos. Es cierto que Capilla del Monte es la capital de los ovnis, algo así como un Martelandia criollo. Pero el avistaje de ovnis es sólo una de las tantas facetas de ese pueblo serrano. Allí fui en mayo de 2003 a realizar una de las típicas notas de cazamarcianos para la revista TXT que dirigía Adolfo Castelo. Allí, también, tuve la segunda noticia de que el Santo Grial estaba en la Argentina.

    Capilla del Monte es, obviamente, un lugar misterioso. El pueblo que, según aseguran los nativos, en el próximo censo, seguro alcanzará el estatus de ciudad de Córdoba. Ocho de cada diez habitantes aseguran haber visto luces misteriosas surcando el cielo y la mitad de ellos aseguran que se trata, sin lugar a dudas, de naves alienígenas. Los que creen que en la base del cerro se encuentra la puerta secreta de entrada a ERKS, una ciudad mitológica intraterrena construida por seres de otro planeta, se cuentan de a cientos y hay por lo menos una decena de guías que ofrecen sus servicios para distintos tipos de contactos con los “grises”, los “blancos” o “los seres pequeños”, como llaman a los extraterrestres. Y si uno indaga puede no sólo encontrar gente que haya visto la ciudad en las entrañas de la tierra sino también algún aducido, es decir un secuestrado por los ETC.

    Pero hay más. Tarotistas, astrólogos, místicos, brujos y parapsicólogos –la mayoría, importados desde Buenos Aires– eligieron esta villa para construir su paraíso paranormal. Y, como no puede ser de otra manera, tampoco faltan los seguidores del Santo Grial, los neotemplarios que sueñan con dominar el mundo con el bastón de mando de los indios comechingones, los que creen que la energía del lugar favorece el crecimiento espiritual y los que por dos pesos con cincuenta le limpian el aura al solicitante con sólo rociar con un spray armonizador milagroso.

    Capilla tiene la única calle techada de la Argentina. Y, aunque no se sabe muy bien cuál es el mérito, para los habitantes del lugar es un orgullo. Allí se pueden conseguir los libros más extraños de espiritualidad y ciencias ocultas en la librería Nagual, de Eli Kundler, comprar discos compactos de música reiki, Feng Shui o celta en la disquería Uritorco o adquirir distribuidores de energía, duendes de la suerte, imágenes católicas, velas para magia negra y hasta biromes con forma de marcianitos.

    Todo indicaría que Capilla es un lugar bucólico donde la naturaleza, los paisajes imponentes como los terrones, los paredones o las cuevas de Ongamira y el alto grado de desarrollo espiritual de sus habitantes se conjugan para construir una sociedad de otro planeta. Algo así como una “Martelandia de armonía” como la denominó con cierta ironía el periodista Fernando Diz. Pero no. Debajo de las aguas quietas hay una sórdida batalla entre dos grupos bien diferenciados: el CIO y el GIU. Las siglas pertenecen al Centro de Investigaciones Uritorco, manejado por el astrólogo peruano Félix Novella. El combate de fondo, irónicamente, es similar al de los grupos de izquierda que se pelean para tutelar a los grandes de la filosofía marxista: ¿Quién interpreta mejor el fenómeno de los ovnis? ¿Quién tiene la prueba más contundente de que los ET existen? Y se corren unos a otros con chicanas en debates y conferencias públicas.

    Jorge Suárez tiene su centro al pie del cerro Uritorco. Llegó a Capilla en los setenta escapando dela violencia política de su Adrogué natal. En 1986 estaba a cargo de la estratégica Secretaría de Gobierno y Turismo de la Municipalidad. Ese año, exactamente el 9 de enero, apareció en la loma del cerro de Los Pajarillos una misteriosa huella redonda de 120 metros de ancho. El pasto estaba quemado y las explicaciones esotéricas no se hicieron esperar. “Yo vi la huella y me impresionó. No tuve dudas de que se trataba de un fenómeno extraterrestre”, recordó Suárez en el centro que pretenciosamente llama Museo de los Ovnis, la tarde en que lo entrevisté.

    Apenas diecisiete días después del hecho, el por entonces intendente radical de Capilla Diego Sez decretó que se trataba de la huella de un ovni. La publicidad del hecho no se hizo esperar y a aquexos años pertenecen los recuerdos del célebre “Seguime, Chango, seguime”, con que José de Zer animaba a su camarógrafo y al mismo tiempo se adelantaba casi 15 años a la estética del Proyecto Blair Witch.

    Anochecía en Capilla y Suárez me aconsejó no andar muy de noche a campo abierto “por las dudas”. Y, antes de saludarme, intentó una última explicación científica de las cosas: “En la base del cerro está probado que hay material radioactivo, que hay enormes cantidades de cuarzo, granate y otros minerales que despiden grandes cantidades de energía. Eso es como un imán. Pero hay algo más interesante. ¿Conocen la historia del bastón de Mando de los Comechingones?”.

    Un periodista multifacético

    Hernán Brienza nació el 11 de febrero de 1971. Es politólogo y periodista. Es autor de los libros Maldito tú eres. El caso Christian Von Wernich y de El loco Dorrego. Además, escribió las biografías de Alfredo Palacios, Mario Santucho, John W. Cooke, Silvio Frondizi, Nahuel Moreno, Ernesto Guevara, Farabundo Martí, Camilo Torres y Emiliano Zapata. Trabaja en periodismo desde 1992 y es el actual subeditor de Cultura de Crítica de la Argentina.

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    Respuesta: El Santo Grial de Valencia es el cáliz de la Última Cena

    LA VERDAD Y EL SIMBOLO DEL SANTO GRIAL
    Revelaciones en torno al Santo Cáliz de Valencia

    MADRID, 5 ago 1999 (ZENIT).- «El Misterio del Santo Grial. Tradición y leyenda
    del Santo Cáliz», es el título del último libro publicado sobre la reliquia
    a la que se le atribuye su utilización por Jesucristo en la Ultima Cena y
    que se conserva en la Catedral de Valencia. El autor de la obra, es
    Salvador Antuñano Alea, de 33 años, profesor de Ética y Sagrada Escritura
    en el Centro Universitario Francisco de Vitoria en Madrid.
    «Si Indiana Jones hubiera visitado Valencia, no hubiera hecho caso de
    vetustas leyendas medievales, y se hubiera ahorrado todos los peligros de
    "la Ultima Cruzada"», asegura Antuñano con humor en las primeras palabras
    del libro. A través de 220 páginas realiza un recorrido por la tradición
    que envuelve el Santo Cáliz, con las averiguaciones arqueológicas sobre su
    utilización en la Ultima Cena, el uso que de él hicieron los primeros Papas
    de la cristiandad, su traslado a España, las leyendas medievales, su
    estancia en el monasterio oscense de San Juan de la Peña y su primera
    entrada en la historia documentada a finales del siglo XIV.
    Recoge finalmente los «empeños, quebrantos y persecuciones» de que fue
    objeto desde entonces, y su utilización por Juan Pablo II durante la misa
    que presidió en Valencia en noviembre de 1992.
    Según la tradición, el Grial fue el cáliz del que bebieron Jesús y sus
    discípulos en la Ultima Cena. Se trata de una copa propiamente dicha, a la
    que se le ha añadido una estructura de oro con dos asas que los une. El
    conjunto mide 17 centímetros de altura. La copa es de forma semiesférica,
    con un diámetro de 9 centímetros y constituida por ágata, de color rojo
    obscuro, cuyo estudio arqueológico muestra que fue labrada en su taller de
    Palestina o Egipto entre el siglo IV a.c. y el primero de nuestra era.
    En los albores del cristianismo
    Este vaso de suma trascendencia no pudo ser olvidado tras la muerte del
    Redentor, tanto más cuanto los discípulos se reunieron varias veces en el
    Cenáculo. Así se explica el que el Santo Cáliz apareciese en Roma, llevado
    según la tradición desde Jerusalén por san Pedro. Transcurrieron, pues, dos
    siglos y medio en los que existen claros indicios de que el cáliz fue
    utilizado por los pontífices para celebrar la Eucaristía. Según ha indicado
    Antuñano, «lo que más impresiona al investigador es que el canon litúrgico
    romano de los primeros Papas, en el momento de la consagración, decía
    textualmente: "tomando este glorioso cáliz", refiriéndose a "este" solamente».
    La historia del Cáliz cuenta que, en la persecución del emperador Valeriano
    antes de morir, el Papa Sixto II entregó las reliquias, las alhajas y el
    dinero a su diácono Lorenzo, natural de Huesca (España), quien también fue
    martirizado, no sin que antes enviara a la ciudad natal el Cáliz de la
    Eucaristía acompañado de una carta suya. Ocurría todo ello el año 258 o,
    según algunos autores, el 261.
    La copa permaneció en Huesca hasta la invasión musulmana. El obispo de la
    ciudad, Audeberto abandonó con el Santo Caliz su tierra en el 713 para
    refugiarse en la cueva del monte Pano donde vivía el ermitaño Juan de
    Atarés; lugar en el que posteriormente se fundó y se desarrolló el
    monasterio de San Juan de la Peña; del que surgió un núcleo de hombres
    esforzados que acometieron la reconquista contra los mahometanos. Tuvo esta
    lucha caracteres épicos, que no dejaron de ser aprovechados por la creación
    literaria, ya que, según historiadores de la literatura, constituyen el
    origen o la fuente de poemas tan célebres como los de Cristián de Troyes o
    Wolfram de Eschenbach, con su héroe Parceval o Parzival, que es
    posteriormente al Parsifal de Ricardo Wagner. En todos estos poemas hay un
    Vaso maravilloso, al que se denomina «Graal» o «Grial» y cuya relación con
    el Santo Cáliz es fácil comprender.
    La presencia del Santo Caliz en San Juan de la Peña está testificada por un
    documento del 14 de diciembre de 1134. El 26 de septiembre de 1399 el Cáliz
    pasó a ser custodiado en Zaragoza, a petición del rey de Aragón, don Martín
    el Humano. En el texto de entrega, que se conserva en Barcelona, se hace
    constar que el Santo Cáliz fue remitido desde Roma con una carta de San
    Lorenzo. Durante el reinado de don Alfonso el Magnánimo la reliquia fue
    trasladada a Valencia. Desde el 18 de marzo de 1437 se conserva en la
    catedral de esa ciudad, según un documento en el que se refiere al «Cáliz
    en que Jesucristo consagró la sangre el jueves de la Cena».
    La historia más dramática y sublime de la humanidad
    «El Santo Cáliz no se conoce suficientemente ni dentro ni fuera de España»,
    asegura Antuñano, mexicano residente en España, que considera que «su
    valor no está en un rigor científico plenamente demostrado, por más que la
    arqueología misma no tenga nada que objetar contra su autenticidad, sino
    por el simbolismo que tiene con la Cena del Señor: vale porque es signo y
    figura de la institución de la Eucaristía y esto es mucho más grande que
    cualquier vestigio histórico». Según Antuñano, «cuando se desvela el
    misterio del Grial, uno se da cuenta de que no tiene nada de enigma
    esotérico, aunque lo que encierra es la historia más dramática, romántica y
    sublime que la humanidad ha vivido: la historia del Verbo hecho Hombre y
    Eucaristía». La obra, editada por EDICEP, ha sido prologada por el arzobispo de
    Valencia, monseñor Agustín García Gasco, quien considera su lectura
    «sumamente recomendable porque resalta que el valor y el sentido del Santo
    Grial adquiere en la Eucaristía toda su relevancia».

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