No nos venga con cuentos chinos. ¿Escritos reales sobre Jesús que fueron destruidos? Vamos, se conservan unos 6000 manuscritos de la Biblia en las lenguas originales (hebreo y griego), más unos 40.000 en versiones antiquísimas en copto, latín, arameo, armenio y otras lenguas, mientras que de la Ilíada y la Odisea o de los escritos de Aristóteles y Platón no se conservan más de algunas decenas y en la mayoría de los casos son copias de copias que datan de la edad media. ¿Ha oído hablar de la cueva número siete de Qumran? Allí se han encontrado fragmentos de textos neotestamentarios que solo pueden ser anteriores al año 80, porque están en papiro, no en códice, que todavía no existía. Y hay detalles que revelan que el Evangelio de S. Marcos, por ejemplo, data de aproximadamente el año 40. Podría enumerarle una larga lista de descubrimientos arqueológicos que a lo largo del siglo XX han ido confirmando las Escrituras y desmintiendo a Welhausen, Bultman y demás propagadores de la Formgeschichte y otras escuelas de la crítica textual. ¿Que la Iglesia destruyó escritos sobre Jesús? Pero si ni siquiera destruyó los libros apócrifos y los textos de los gnósticos. Por eso los ha podido leer usted.

¿Que Jesús no murió en la cruz? Usted misma dice que estuvo tres horas en ella. ¿Sabe usted lo que era el suplicio de la crucifixión, sin contar todo lo que había pasado previamente (latigazos, corona de espinas...). ¿Cómo no iba a morir? Y aunque no hubiera pasado antes por eso, es una muerte atroz por asfixia. Pregúntele a cualquier médico o sindonólogo.

¿Que usted ha estado en la Biblioteca del Vaticano? Ahí no entra cualquiera, y menos anticatólicos como usted? ¿Sabía usted que allí se conserva una carta de Pilatos en que habla de Jesús?

¿Así que Santa Teresa era drogadicta? Lo único que faltaba por oír, después de otras barbaridades que se han dicho, como que los éxtasis que tenía eran por su frustración sexual. Sí, claro, en el siglo XVI había drogadicción.

Háganos un favor, deje de dar el coñazo. No estamos interesado en su asqueroso partido ni en ningún otro. Váyase a hacer propaganda a otro sitio.