Me ha gustado el poema de Guilty of being white porque refleja lo absurdo de las críticas de todos aquellos sectores de pueblos 'oprimidos' por algún tipo de nación 'blanca' o de un fenotipo en particular contra otra distinta que buscan en una defensa a ultranza de la discriminación positiva conformar una especie de venganza histórica absurda y que contradice sus propios principios.

Hace poco tuve la oportunidad de asistir a una Conferencia Internacional sobre Sudáfrica (enmarcado en contexto de los BRICS) y me hizo gracia cómo el representante sudafricano pintaba la situación de su país como una reconciliación, sin odios, con una economía florenciente, que ha dejado su historia más oscura detrás, cuando la realidad refleja que no es así. La propaganda como siempre va por una parte y la verdad por otra. Si realmente hubiesen pasado página, la discriminación positiva sobraría, si realmente nos fijamos en las personas y no en el color de la piel no tendría que ser golpeado ni ningún blanco ni ningún negro por lo que sus antepasados hubiesen hecho. Porque precisamente no tienen ningún papel en sus acciones pasadas. Ellos no son culpables. La historia se vuelve a manipular para construir identidades.

Esto siempre me recuerda al papel de acomplejados que algunos blancos tienen cuanto están con alguien de otra etnia, que casi siempre acaba disculpándose por lo que otros imperios europeos o sus ancestros han hecho. Creo que esto ha pasado a ser algo idiosincrático y se espera que un blanco se disculpe y pida perdón por ser blanco. Cosa que es de traca. Yo en muchas cosas ni me avergüenzo ni me enorgullezco de acontecimientos históricos hechos por gente de etnia caucásica, debido a que no me siento vinculado por sus acciones pretéritas. No me siento responsable, por lo que no tengo que pedir perdón por nada. En cambio, si considero que un tipo de personas - sin necesidad de que sean blancas - han hecho algo favorable por el ser humano y lo encuentro digno de elogio lo defiendo. Un ejemplo de esto es la evangelización de las Indias que precisamente es algo que a muchos sectores ex-pañoles les espanta y no paran de decir: Ay, qué malo era Cortés, qué malos éramos los españoles, lo siento, lo siento. Os quitamos el oro. Ay, ay, ay.

Este hilo es muy revelador en este caso, no porque yo defienda el racismo ni el apartheid, ni mucho menos. Sino porque muestra una estratégica psicológica y política que se está cargando el espíritu de los países occidentales antes llamados cristianos que les conduce a la autodestrucción y al suicidio cultural en aras a un multiculturalismo que en el fondo no es la fusión de diversas culturas (ya que de lo contrario se conformaría una cultura única, que también es objetivo de otros sectores), sino la destrucción de la propia para que otras puedan florecer en un campo que antes se les estaba negado ya que no les pertenecían. Porque como hemos podido comprobar, los islamitas no se fusionan, sino que ganan terreno en las zonas que los antiguos cristianos tenían pero que sus descendientes les han regalado.