Blas Infante es un personaje controvertido: sus estudios andalucistas no informaron acerca del verdadero origen de la bandera andaluza y se sabe que pertenecía a la masonería. Sin embargo, algunas acusaciones no tienen fundamento histórico, de los cuales el principal es ser musulmán.
Blas Infante en las biografías de las redes
En todas las biografías de sitios en las redes oficiales,desde el centro de estudios andaluces hasta la mismísima Casa-Museo de Blas Infante, no hay ninguna anotación sobre la supuesta conversión de Blas Infante, ni incluso en la pro-separatista www.andalucia.cc.
Algunas de ellas incluso omiten el hecho de que estuvo en Marruecos, implicando que esto tuvo poca importancia en su vida.
Donde sí encontramos biografías que afirman que Blas Infante es musulmán es en dos tipos: webs musulmanas –como web islam, musulmanes andaluces…- y sus detractores –una gran cantidad de periodistas y otros blogs multi temáticos-. La supuesta conversión está contada en la Wikipedia en un artículo sin referencias bibliográficas en las que las únicas referencias son webs online en las que la conversión entra en lo expuesto en la clasificación anterior. Sólo el blog cultura andalusí pone esto en duda, calificándolo de rumores muy extendidos en el imaginario andaluz.
Testimonios de la época
En una entrevista con el grupo Joly, María de los Ángeles Infante, tacha de tontería su filiación islámica y comenta: Admiraba a Santa Teresa y a San Juan de la Cruz, al que pintó él mismo en un cuadro. Era benefactor del convento de las Madres Dominicas de la calle San Vicente, de Sevilla. Tenía amistad con una monja llamada Madre San Miguel. Esa religiosa escribió una carta a Queipo de Llano, pidiendo que lo dejaran libre. Queipo le contestó que no se metiera en cosas que le podían ocasionar disgustos. Una vez, en Navidad, mi padre regaló al convento un Niño Jesús, que llenó de caramelos y bombones en la confitería de Rafael Ochoa, que perteneció a las Juntas Liberalistas.
El hecho de que el himno de Andalucía (1933) está inspirado en la canción de jornaleros Santo Dios parece dar la razón a la Infante.
Otros hechos también dificultan esa conversión: primero el hecho de que se encontrara con sus descendientes moriscos, pues aún en el hipotético caso de que tras la expulsión la familia de la que desciende Infante fuera morisca y se separa durante la expulsión, el parentesco sería tan lejano que es imposible que sean descendientes; segundo, el hecho de que tras renegar del cristianismo, Infante no escribiera nada atacándolo -como suele hacer la mayoría de los conversos-; y tercero, el hecho de que Blas Infante no hubiese intentado cambiar las tradiciones de su familia –se casó más de tres años antes de su presunta conversión-. Puesto que su hija dice en la misma entrevista: Yo soy católica, debo perdonar-sobre si perdonaba a los asesinos de su padre-.
El cristianismo de Infante y el Islam en El ideal andaluz
En sus prólogos de El Ideal andaluz (máxima obra de Blas Infante) dice en el que hace referencia al Ideal: Cristo resucitará siempre de entre los muertos. Su hábito sagrado en todo tiempo levantará la pesada losa del sepulcro, arrojándola entre sus asustados guardianes. Así mismo hará referencia a los apóstoles antes y más tarde hablará del “estoicismo creyente” de los andaluces.
La prueba que esgrime la Junta de Moriscos Españoles para “demostrar” que Blas Infante era musulmán es un manuscrito en el que llama a los musulmanes “hermanos” y se comporta hacia ellos como si fuese uno de ellos. Vamos a desmontar todos los bulos que levanta esta Junta mediante estas explicaciones que dejan de manifiesto las “malinterpretaciones” que hace la Junta:
1) Una de las características de Blas Infante fue el sentido de la humanidad que tenía, no debemos olvidar que dice mi nacionalismo antes que andaluz, es humano y que en El Ideal Andaluz hace referencia al Ideal Humano.
2) En el Ideal Andaluz (9 años antes de su viaje a Marrakesh donde fue supuestamente convertido en musulmán) ya hacía alarde de conocimiento de la cultura musulmana: hizo la siguiente cita del Corán toda doctrina nueva es un extravío y todo extravío conduce a la perdición, citando una vez a Mahoma como El Profeta y mencionando “el destino de las naciones escrito en el Corán”.
Algunas dudas sobre el secesionismo de Blas Infante. El ideal Andaluz
España se desangró en el rudo batallar de los siglos, tras los fantasmas desvanecidos del ideal equivocado. A pesar de cien derrotas viven en el alma española un ansia perenne de robusta idealidad. (..) He aquí la razón de la inmortalidad de nuestra raza. No sólo damos al mundo Quijotes locos, también damos al Ideal Quijotes cuerdos.
Este es un fragmento de uno de los primeros capítulos de El Ideal Andaluz, este en concreto se llama El Ideal de España. En este capítulo afirma que el ideal último del español es la batalla final por el Progreso para compararse a las mayores naciones –único motivo en el que el autor, activo antieuropeísta, reconoce que hay que “europeizar” España-.
A este capítulo le sucede Medio de cumplir el ideal español, el cual finaliza diciendo cómo tender a la Normalidad, esto es, al imperio de la naturaleza, es tender los brazos a la vida, he aquí por qué España, para realizar su ideal próximo, ha de encontrar la fuerza necesaria para el fortalecimiento de las regiones.
De hecho, el siguiente capítulo es ideal de las regiones españolas, el cual empieza Pero ello no tendrá lugar si las regiones no aspiran al fin de fortalecer a España, en este capítulo se afirma que el alma española no será fuerte hasta que las regiones –como partes integrantes- lo sean con el principio Vivir, por sí, para España -antecedente directo del himno andaluz-. Diciendo que si una región quisiera convertirse en nación pronto languidicería, o sería incorporada a otra nación… poniendo ejemplo a Portugal, esclavo de un gran señor. Diciendo que a las regiones solo se les conocería como naciones conociendo a España como supernación.
¿Realmente decía Infante que Andalucía era una nación islámica?
En el mismo libro del apartado anterior, en el capítulo Existencia del pueblo andaluz, cita como origen de Andalucía, o demostración del reconocimiento de su existencia la creación romana de la provincia de Bética –nada raro, ya en el siglo XVIII se decía que la provincia de Andalucía, distinta a la de Granada, tenía su origen en la Bética- y la única referencia a Al-Andalus que hacía era que los árabes hicieron de Córdoba el centro de dominación de España.
En el capítulo el genio andaluz hizo referencia al Gran Capitán y al episodio de la orden del saqueo de su propia casa y afirma más tarde en esa Andalucía (medieval) más griega que árabe…, citando a los musulmanes como uno más de los pueblos que han influenciado a Andalucía. Más tarde incluso dirá que sin los andaluces –por su deserción por las tropas extranjeras islámicas- no se habría ganado Las Navas, Sevilla ni Granada. Otra prueba es que cuando se refiere a los andalusíes nunca dice los andaluces sino los árabes andaluces.
Una reinterpretación de un trabajo posterior, el Manifiesto de Córdoba y los primeros secesionistas
Se da generalmente por definitivamente mostrado el independentismo de Infante en el Manifiesto de Córdoba (1939). Sin embargo, este manifiesto hay que leerlo cuidadosamente y teniendo en nota el contexto histórico.
A continuación voy a hacer varias observaciones sobre los puntos más conflictivos de este Manifiesto:
Sentimos llegar la hora suprema en que ha de consumarse el definitivo acabamiento de la vieja España…, esta “vieja España” es probablemente la España centralista, tal y como nos muestra la parte siguiente de este manifiesto (Abolición de los poderes centralistas). Declarémonos separatistas de este Estado; ojo, Estado, no España. Debemos tener en cuenta el carácter federalista del regionalismo español. Asimismo acusa al centralismo forjar para la España y los españoles de hoy la prevención y el desprecio universales y acusará más tarde de provocar la secesión de Portugal, América del Sur y Cuba, además de atacar a Vasconia y Cataluña. (Este capítulo se llama Andalucía libre). En la parte la federación hispánica, dirá que con ello ganarán Andalucía e Hispania, (…) incluso Portugal y mencionará el acabamiento de la España centralista y el surgimiento de la España federal (la nueva España).
En 1931, a causa del fracaso a las elecciones con la República, Infante escribe la verdad sobre el complot de Tablada y el Estado Libre de Andalucía, en la que relata el boicot sufrido por su candidatura, critica la manera de actuar de la República y radicaliza sus posiciones andalucistas.
De esto –no he sido capaz de acceder a la obra- podemos distinguir tres opciones en la interpretación del “Estado Libre”: por enfado hacia la República, que aquí surgiera la vena separatista, o que fuese una radicalización de la postura federal.
La inexistencia de una edición de “el Ideal Andaluz” actualizado con la ideología secesionista hace improbable la segunda opción, por lo tanto, es más probable que sea una combinación de las dos.
Otro de los aspectos de la vida más polémicos de Blas Infante fue su visita a los representantes del galleguismo e incluso llegando a participar en la revista galleguista Nós. En realidad ha surgido una especie de “leyenda negra” en torno al galleguismo. Uno de sus ideólogos, Vicente Martínez Risco y Agüero –quién puso las bases del nacionalismo-, con quién se reunió Infante, participó durante el exilio en el periódico el español, aparentemente sin sentirse molesto por el nombre. Además durante el exilio había varias corrientes: una apolítica, una que no quería juntarse con la izquierda y otra que quería la independencia total de España. Esta última nos indica que el verdadero nacionalismo de aquella época, al igual que el de Infante, quería, en la práctica, un Estado federal en una federación española –como declararía el catalanista Lluis Companys en 1934-.
Asimismo, la revista galleguista Nós era en la práctica una revista cultural sobre la cultura gallega. Como curiosidad en el artículo el paisaje de la pintura en Galicia, afirma que si España se dividiera en dos –quedándose Portugal con una de esas mitades y quedándose Castilla con Gibraltar- no perdería ninguna de sus glorias pictóricas.
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