una jota aspirada, maravillosa, que se dejaron atrás los moros, como un sollozo de despedida, cuando se fueron de Granada.
Esto no es así. La aspiración de la " J " en árabe ( No es exactamente aspiración ) es bien distinta de la andaluza occidental. Aspiración que se agudiza mucho a finales de palabra ( El nombre femenino " Farah " por ejemplo ), en sonido, totalmente distinto. Es algo que se da por sentado pero que se quita de la cabeza en cuanto uno aprende algo de árabe. Aun así, por desgracia, hay quienes saben algo de árabe y siguen empeñados en ello.
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