Tema: Incendian caserío de etarras

Antes de comentar hay que darse cuenta de que todos sabemos lo que pensamos y no son necesarias declaraciones inconvenientes. Que el caserío es "de los padres" es falso: era la residencia de los dos etarras y ahora mismo es la de el animal de abajo. El Sistema a lo suyo.

Unos desconocidos incendian el caserío de los padres (sic) de dos etarras en Guecho

"Zigor Goikoetxea delante de las pintadas...". El careto que se le ha quedado a esta mala bestia es de antología.

Unos desconocidos han prendido fuego este viernes con líquido inflamable el caserío en Guecho (Vizcaya) de los padres de Zigor y Arkaitz Goikoetxea, este último líder del 'comando Vizcaya' de ETA, mientras que Zigor ha sido condenado a dos años por amenazar de muerte a la concejal del PP en la localidad, Marisa Arrúe.

El fuego ha sido extinguido "rápidamente", y ha añadido que los desconocidos también han realizado en el lugar pintadas en contra de los hermanos Goikoetxea.

El propio Zigor Goikoetxea ha explicado los daños causados en el ataque, localizados en su mayoría en el exterior del caserío de sus padres. En concreto, las llamas han afectado al portal de la casa, a una silla y a parte del sofá ubicado en este punto y a las plantas colocadas en uno de los laterales del edificio.

Además, los atacantes -"más de uno", según Goikoetxea- han realizado las siguientes pintadas: "Zigor asesino", "Estás muerto", "Terroristas moríos", "Viva España" y "Goikoetxea, hijo de puta".

En libertad desde el miércoles

El hermano del líder del 'comando Vizcaya' ha sostenidoe que los autores del ataque "tenían controlada" a su familia, ya que sus padres "comen todos los días en casa" y han cometido el ataque "cuando hemos salido".

Zigor Goikoetxea, que cumplía condena en la prisión de Topas (Salamanca) quedó en libertad el pasado miércoles tras depositar la fianza de 6.000 euros que le impuso la Audiencia Nacional.

Acciones provenientes de la sociedad civil, algo más contundentes que esta, sí que hacen falta para erradicar la impunidad con la que se mueven estos desalmados.