Memento mori.
Todavía no tengo tiempo para redactar un buen mensaje, pero más tarde si podré ponerme a ello. Para dar interés al tema y para dar información lo más completa posible trancribiré, si Dios quiere, 15 páginas del ensayo de Zacarías de Vizcarra y Arana relativas a las relaciones filológicas latino-vasco-castellanas. Me llevará un tiempo hacerlo, pero mañana no tengo que madrugar, así que, caballeros, afilen sus aceros.![]()
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Sigo sin entender las derivaciones.
Creo que se ha dejado claro que el un vasco que no hable euskera o un catalán que no hable catalán no son menos de su región, así como tantos catalanes o vascos que se hayan expresado o se expresen en castellano con dificultad o ni se expresen no son menos españoles.
Y es que precisamente el libro defiende el vascuence empezando por considerar una aberración que se intente prohibir la educación en castellano en las Vascongadas. En este libro se desmontan muchos mitos y tópicos, y sí, claro que se defiende el vascuence. Es que sigo sin ver dónde está el problema. Y sigo sin entender " distingos entre españolidad " cuando se ha reaccionado así desde primera hora por defender el vascuence, y que precisamente las malas políticas y las desidias de muchos de sus hablantes lo puede llevar a la extinción, cosa que repito, no me alegraría en absoluto, ni creo que a ningún español que ame la riqueza de su patria. Sigo sin ver que sean casos excluyentes, precisamente el libro enseña contra esas exclusiones.
En las contestaciones, unos y otros estamos mezclando parámetros distintos.
Lizcano y yo NO nos estamos refiriendo a que VOSOTROS neguéis el hecho de que por hablar exclusivamente castellano en esas zonas periféricas no se sea vasco o catalán, o a que Valmadian se considere vasquísimo sin hablar euskera: SINO al AMBIENTE GENERAL contra “el hecho español”, que en esas zonas periféricas se ha venido creando desde que aparecieron allí los nacionalismos regionales y el uso de las lenguas regionales como armas políticas antiespañolas.
Deberíamos distinguir en el embrollo tres fases:
Primera fase: (Botella llena)
Antiguamente, pongamos en el Siglo de Oro o bajo Carlos III y casi todo el siglo XIX, las proposiciones: el “euskera es españolísimo” o “la lengua castellana es vasquísima” eran intercambiables y no tenían ninguna connotación crítica ni política. Sobre esa época no tenemos nada que discutir.
Segunda fase; (Botella medio llena, o medio vacía)
Desde que ha mutado el entorno regionalista a finales del XIX, el uso mayoritariamente ideológico de las lenguas regionales ha degenerado en una cuestión socio-política contra nuestra lengua común (español-castellano).
Desde entonces, en la práctica, esas lenguas regionales no han ayudado nada, respecto a defender la idea de España en esas zonas.
Intento referir mis apreciaciones a una REALIDAD SOCIAL constatable entonces, no a ninguna “teoría sobre España” o al sentir particular de foristas (con perspectiva carlista, generalmente).
Tercera fase: (Botella vacía)
Actualmente, desde la llegada de J.C. y sus compinches, año 75.
El problema políticosocial de esas regiones de lengua propia ya es descaradamente separatista.
En ese entorno incendiario y desesperado, (al que nos referimos Lizcano y yo) llamar intencionadamente (y con fines curativos) español al catalán pretendiendo conjurar el avance separatista, se queda cortísimo. Que no decimos que no lo sea, sino que se queda en nada.
Ya sabemos que algunos creen que el incendio antiespañol se produjo precisamente por lo contrario que lo que se observa históricamente: dicen que por haber restringido aquellas lenguas y no considerarlas españolas, y considerar español solo al castellano (que nunca fue así, además). La historia demuestra lo contrario.
¿Alguien cree que solo con llamar españoles o españolísimos al euskera o al catalán HOY DÍA, el problema quedaría resuelto?
Una vez asumida la nefasta parcelación política de España en función de las lenguas regionales, el único contrapeso, sería HOY DÍA potenciar el castellano y replicar (con la misma ¿ironía? que encierra lo de “euskera es españolísimo”): “el castellano es lengua vasquísima”.
Hombre, el problema no quedaría resuelto Gothico. No obstante, creo que en la obra de La agonía del vascuence sí se dan propuestas y apuestas muy buenas en ese sentido.
Con todo, es una aberración que se intente coartar la educación/difusión del castellano en cualquier región de España, así como es otra aberración el querer prohibir la educación/difusión de otras lenguas españolas en su territorio.
Un ejemplo: Es un absurdo que en una zona de las Vascongadas o Navarra donde nadie habla vascuence se quiera por cojones imponer la enseñanza en vascuence. Pero no es en absoluto un absurdo que en una zona euskalduna los padres reclamen esa lengua para sus hijos en la enseñanza, ni que esos padres quieran transmitirle la lengua más antigua de España a sus hijos para que estos la desarrollen y difundan en el futuro.
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