BILBAO: NIDO DE CORSARIOS NORTEAMERICANOS
Los barcos norteamericanos dedicados al contrabando de bacalao, armas, dinero…, compaginaban esta actividad con el corso. Bilbao era el puerto de escala preferido de estos corsarios, cruciales para el esfuerzo de guerra norteamericanos. El coste fue terrible, ya que de los 1.697 barcos armados en corso a lo largo de la guerra, el 68% acabaron hundidos o apresados por la armada británica. Entre los corsarios norteamericanos más famosos cabe destacar al capitán Johathan Haraden, que de niño trabajó para el comerciante George Cabbot de Salem.
En abril de 1780, zarpó hacia Bilbao con un cargamento de azúcar al mando de la modesta fragata General Pickering, de 14 cañones de pequeño calibre y 45 tripulantes. Al anochecer del día 3 de junio se encontró en el golfo de Vizcaya con el buque corsario británico Golden Eagle, de 22 cañones y 60 tripulantes. Valiéndose de la poca visibilidad y del temor que los ingleses sentían de los corsarios norteamericanos, Haraden le conminó, bajo amenaza, a que se rindiera. Así, el corsario británico fue apresado sin un solo disparo.
Yendo hacia Bilbao, Haraden de nuevo se topó con otro corsario británico, la Aquiles, equipada con 42 cañones y 140 tripulantes, y Haraden tuvo que abandonar su presa, el Golden Eagle.
Al día siguiente, miles de espectadores se fueron congregando en el Abra de Bilbao, muchos de ellos en pequeñas embarcaciones de pesca, botes y chalupas, para ver en directo el combate entre Haraden y la Aquiles, que resultó uno de los más dramáticos de toda la guerra. Haraden maniobró con gran pericia entre las barras de arena del Abra.
Tras un enfrentamiento artillero de tres horas, Haraden derrotó ampliamente la Aquiles que acabó huyendo. Entre los vítores de los miles de espectadores, represó a la Golden Eagle y la condujo a Bilbao, escoltada por la flotilla de pequeñas embarcaciones.

LA INDUSTRIA VASCA Y LAS PRINCIPALES EMPRESAS A FAVOR DE LA INDEPENDENCIA
La Real Fábrica de Armas de Soraluze (Placencia de las Armas) centralizaban desde el siglo XVI toda la producción de armas que se fabricaban en distintas localidades de Guipúzcoa, la mayoría situadas en el valle del río Deva (Placencia, Eibar, Elgoibar…) y especializadas en la elaboración de armas de fuego, y otras en torno a Tolosa en el valle del Oria, dedicadas a la fabricación de armas blancas.
En 1735, la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas firmó un acuerdo con la Real Fábrica de Armas de Soraluze (Placencia). En virtud de ese acuerdo, en adelante, la Compañía de Caracas sería la encargada de comercializar toda esa producción de armas.

FERRERÍA
Representación del mazo de la ferrería de Agorregi, del siglo XVIII. Las ferrerías vascas elaboraban el hierro para la fabricación de las armas que fueron transportadas por los barcos de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas."Las armas que se fabrican son fusiles y bayonetas de guardias de infantería; fusil y bayonetas de la infantería del ejército; fusil, bayoneta y pistola de Dragones; fusil, bayoneta y pistola de Marina; carabina y pistola de los Guardias de Corps; carabina y pistola de caballería, y todo género de escopetas de caza y pistolas de particulares de singular primor y seguridad. Y por ser tan acreditadas, los Príncipes y la nobleza de Francia, Inglaterra, Alemania y Escandinavia se precian de tener los cañones que se fabrican en la Real Fábrica de Armas de Placencia."

REAL FÁBRICA DE ARMAS DE PLACENCIA, POR FLORENCIO JOSEPH LAMOT (1755)

Grabado de la Real Fábrica de Armas, donde se fabricaron la mayoría de las armas enviadas desde las provincias Vascongadas a América.

FUSILES DE AVANCARGA DEL AÑO 1777 Y PISTOLA DE CHISPA DE 1756
Patriotas Vascongados: Exposición La aportación vasca a la Independencia de EE.UU.
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