tú mismo afirmas que:No creo que el gobierno republicano colaborara demasiado en aspectos logísticos con el ejército de Euskadi. Durante toda la guerra, Agirre protestó por la falta de artillería (12 a 1 frente a los nacionales) y carencia absoluta de aviación (1 sólo caza en 1937).
Exacto.Si esto fue así, como no podía ser de otra manera, y en lo que todo el mundo coincide...no hubiera sido muy lógico que la República no hiciera todo lo que pudiera, ¿verdad? Lo cierto es que, fuera mucho o poco, los republicanos hicieron todo lo que pudieron dado el aislamiento de la franja cantábrica y su propia desorganización.Sólo tenían dos vías reales -la aérea no lo era por razones evidentes- para hacer llegar armas, pertrechos y personal al frente norte:la marítima y la terrestre a través de Francia.Ésta última fue prontísimamente cerrada con la toma de Irún por los combativos requetés, acción que, es justo reconocerlo, se vio favorecida por la escasez de municiones de los milicianos -izquierdistas, no pneuveros-.Éstos esperaban un convoy de camiones con municiones que nunca llegaría, ya que se vio detenido en la frontera francesa, y que enviaban las autoridades republicanas de urgencia desde Cataluña.Evidentemente, la República era -tras el PNV- la gran interesada en que no cayera Vasconia, donde se concentraba una parte muy importante de la industria de guerra y siderometalúrgica. No organizaron esas ofensivas sólo por contentar a Agirre, sino por un interés indudable desde un punto de vista militar e industrial.
En cuanto a la marítima ésta fue explotada todo lo que pudieron o supieron, dada la efectividad en el bloqueo y el corso por parte de la Armada nacional, y la baja operatividad de la republicana a pesar de su superioridad numérica -por razones que no vienen al caso y que son objeto de polémicas -.De hecho, los puertos de Gijón y Bilbao fueron dos de los principales puertos receptores de envíos de armas hacia la República , junto con los de Barcelona, Valencia y Alicante, mientras estuvieron en su poder.
El PNV, al igual que intentó establecer sus propios canales de comunicación internacionales, en lo que tuvo un éxito apreciable, también intentó levantar mecanismos propios de abastecimiento de armas, pero éstos fueron prácticamente inexistentes o plenamente nulos.Precisamente este doble empeño se enmarcaba en sus proyectos de 'secesión/negociación por libre con Franco' (según fueran las cosas).Dado que esto fue así, ¿qué armas tenían los combatientes republicanos del norte que no fueran, en su inmensísima mayoría, las gestionadas, compradas y pagadas por el gobierno de la República, o las que lograron hacer llegar desde el resto del territorio que controlaban?Fueran pocas o muchas - ahora diré algo sobre eso- eran las que la República les proporcionaba.
Por tanto, colaboró cubriendo la mayor parte del esfuerzo de guerra logístico republicano en este frente, fuera éste mayor o menor.Desde este punto de vista no es serio sostener que la República no colaboró demasiado con el que era su propio ejército del norte -por mucho que hiciese lo que le diese la gana gracias a Aguirre y los suyos -.Y en cuanto a la oficialidad, tres cuartos de lo mismo.La única oficialidad de valía que hubo en las líneas republicanas, salvo alguna excepción, se correspondía con los militares de carrera enviados por la República desde otros territorios, que para eso eran profesionales.Si eso no es colaborar, que venga Dios y lo vea.A esto, como ya hemos mencionado, hay que sumarle los batallones de milicianos montañeses -7- y asturianos -12-, así como elementos regulares que lograron desplazar.Pero los asturianos, que tenían un frente interno gracias a la numantina resistencia de Oviedo, que intentaron tomar una y otra vez, y que además tenían que asegurar sus propias fronteras, según Aguirre (el mismo que ordenó no combatir primero y rendirse después -secuestrando para ello a algunas tropas republicanas-), no supieron coordinarse con él.Qué desfachatez la de este señor.
Decía Aguirre que la proporción artillera era de 12 a 1 en su contra.En fin.Veamos algunos datos sobre el ejército republicano que se reagrupó en Cantabria:
Bien, si contaban en aquel momento con 68 piezas de artillería - y tengamos en cuenta que estamos hablando de un ejército en retirada, es decir, que hubieron de dejarse atrás o perder en combate gran cantidad de su material -, y si damos por buena la proporción inverosímil de Aguirre (12 a 1), resultaría que por aquel entonces, con una guerra todavía 'joven', los nacionales, tan sólo en el frente norte en su vertiente vizcaína, disponían de más de ochocientos cañones.Sólo allí.
Tras la caída de Bilbao el 19 de junio, el Ejército republicano se replegó a Cantabria. El 6 de agosto, ya en Cantabria, el denominado Ejército de Euzkadi pasa a llamarse XIV Cuerpo de Ejército, y sus Divisiones toman los números 48, 49, 50 y 51; al frente del mismo se encontraba el coronel Adolfo Prado, llegado de la zona Centro. Un estadillo del 10 de este mes registra la existencia en sus filas de 36.159 hombres, con 269 fusiles ametralladores, 293 ametralladoras, 312 morteros y 68 piezas de artillería. En Cantabria no sólo se concentraron los batallones nacionalistas, sino otros pertenecientes a otras organizaciones del Frente Popular, todas ellas bajo el mando del Gobierno vasco que Agirre presidía. Sólo una tercera parte correspondían a las fuerzas nacionalistas [...]
(tomado de una fuente filoanarquista, no sospechosa por tanto)Eso no se lo cree ni Aguirre.Sea como fuere, esos 68 cañones eran esfuerzo de guerra republicano, no material sacado por él de su chistera.
Y para qué hablar del mito del caza solitario.Ése mito proviene de un famoso telegrama de Aguirre al gobierno de la República informándole de que 'para mañana sólo nos queda un caza' [operativo], cosa que tampoco era cierta.Es verdad que la República pudo concentrar en el norte muy poca aviación y bastante heterogénea además.También que fue rápidamente anulada.Pero lo del caza solateras es un chiste de Lecube.Y también es cierto que las autoridades de Valencia intentaron por todos sus medios hacer llegar más aviones hasta el norte, cosa nada fácil.Pero claro, no colaboraban y dejaron al pobre y heroico Aguirre tirado - ¡y fue justo lo contrario, encima! -.Aquí dejo alguna información sobre estos particulares, tomada de la Red, pero bastante fiable:
Pero no, todos estos aviones - entre ellos, multitud de cazas:chatos, moscas, letov, bulldog... - no provenían de la aviación que había quedado en manos republicanas (Breguet XIX, p. ej.) desplazados allí y de las adquisiciones gestionadas por la República y allí destinadas, no.Se los sacaba Lecube de la manga.Aguirre, y todos los suyos, eran (y son) unos mentirosos.Es tan simple como eso.Algo más sobre los esfuerzos aéreos republicanos para apoyar al norte (escrito desde una perspectiva pro-republicana):EL CIRCO KRONE (formación de bombardeo y ataque)
Se conoció con este nombre a la formación aérea que agrupaba a los aviones más variopintos que la Fuerza Aérea Republicana reunió en el sector cántabro.
Estaba integrado por varios CASA/Breguet19, y un Hispano -Nieuport 52 destacados por la Escuadrilla Alas Rojas de Sariñena; dos Monospart ST-4, dos Miles (Falcon y Hawk); algunos Caudron, un DH Dragon Rapide, tres Fokker VIIB, un Farman 231 y un Vickers Vildebeest, además de ocho Potez 25, ocho Gourdou-Leseurre GL-32, once Bristol-Bulldog II y siete cazas Letov S-231 comprados a Estonia.
Además llegaron a Santander, a finales de septiembre de 1936 ,cuatro hidroaviones Savoia S-62 que habían volado desde Rosas, por la vertiente norte de los Pirineos ,sobre territorio francés, pilotados por los miembros de la Aeronáutica Naval, Fernando Benito López, Enrique Pereira Basanta , Angel Orté Abad y Sebastián Baró. También llegaron al puerto de Bilbao, a comienzos del 37, dos Koolhoven FK-51, y desde Cataluña, en vuelo, otros ocho aparatos bajo el mando de José Rivera Llorente. Igualmente llegaron al norte un Beech 17 y dos Lockheed (Vega y Orion).
Sus misiones fueron generalmente de bombardeo en dicho frente protegidos ocasionalmente por cazas tipo Chato.El día 11 de diciembre del 36 una formación compuesta por un CASA/Breguet 19 del voluntario americano Fred Lord, dos M0iles, un Farman 231 y dos Monospart St-4, sin esperar la cobertura de Chatos, bombardearon el aeródromo de Villareal, alcanzando y, al parecer, destruyendo dos Ju-52 estacionados en el mismo antes de la reacción de los He-51 de Vitoria, los cuales derribaron el Monospart ST-4 tripulado por el británico Sidney Holland, el cabo Gumersindo Gutiérrez Merino y un piloto soviético, y mal lo hubieran pasado el resto de los aviones republicanos si no llegan a aparecer los Chatos, que hicieron frente a los He-51, alcanzando a dos con sus disparos.El 28 de enero del 37, los CASA/Breguet 19, que Alas Rojas tenía destacados, atacaron sin éxito al acorazado España, en misión de bloqueo de los puertos gubernamentales del Cantábrico.
El 3 de abril, cerca del aeródromo de Carreño, el piloto Juan Olmos Genovés es derribado y hecho prisionero cuando volaba al frente de tres cazas Letov-S231. El 10 del mismo mes los Chatos dieron proteccion a parte del Circo Krone en el ataque llevado a cabo sobre Vergara, y el 17 se repitió la operación sobre objetivos en Álava.
El 30 de abril, los pilotos Lamba y Carrasco Martínez, de la extinta Aeronáutica Naval, volando los Gourdou Leseurre 32 atacaron las avanzadas nacionales de Vizcaya, que presionaban el cinturon de hierro.
El 15 de junio se produjo el ataque de aparatos del Krone contra un buque nacional frente a la costa vizcaína.El 17 de junio se pierden en el aeródromo de Lamiaco un Potez 25 y un Bristol Bulldog, capturados por las tropas nacionales.A primeros de junio se suceden los ataques a los reductos nacionales de Oviedo. El 17, atacan a los barcos nacionales Ciudad de Palma y Ciudad de Valencia, que abandonan la zona.El 6 de agosto el Krone bombardea Pravia, que ya había sido hostigada con anterioridad. El 26 de agosto es ocupado el aeródromo de La Albericia, donde, entre otro material aéreo, fueron capturados por los nacionales dos CASA/Berguet 19, un DH-84 Dragon, un Monospar ST-4 y un Potez 25, todos ellos averiados, causa por la cual no habían podido ser evacuados.El 21 de octubre de 1937 finaliza la campaña del norte con la toma de Gijón, y se ocupa el aeródromo de Carreño, donde, además de cuatro Chatos y otros tantos Chatos, los nacionales capturan tres Gourdou-Leseurre GL-32, un Letov S-231, un Koolhoven FK-51, un Potez 21, un Hispano-Nieuport 52 y dos CASA/Berguet 19, todos ellos con averías de distinto signo.
Por último, unas interesantes reflexiones de un vasco que escribe además desde una perspectiva pro-republicana y semi-aguirrerista (leed entre líneas):
AYUDA AÉREA AL NORTE.
El avance de las tropas nacionales en el Norte de España durante los meses de mayo y parte de junio de 1937 puso en grave peligro a Bilbao. En un forzado intento de aliviar la fuerte presión que la aviación nacional ejercía debido a su superioridad numérica, sobre los defensores de Bilbao, se decide el envío de un primer refuerzo aéreo.
Así el 8 de mayo de 1937 despega un grupo de aviones del aeródromo de Reus. Estaba formado por nueve aviones I-15 de caza y 6 aviones Polikarpov RZ, apodados "Natacha" de bombardeo ligero. Acompañaba un avión de transporte "Douglas DC-2" con el personal de tierra: armeros y mecánicos. Se hicieron cargo de las escuadrillas, y Alfonso Jiménez Bruguet y el capitán José María Valle.
Aterrizan en Toulouse el mismo día 8 de mayo poco antes de las 8 de la mañana, capotando uno de los Natachas en su aterrizaje. Todo el personal francés de tierra les ayuda a cargar combustible dando toda clase de facilidades. Pero antes de que pudieran remontar vuelo, con destino a Bilbao, se presenta un oficial francés acompañado del coronel holandés Lunn, perteneciente al tristemente famoso Comité de No Intervención.
A partir de éste momento cambió completamente la situación. Ordenó colocar centinelas vigilando los aviones, prohibiendo a los españoles acercarse a sus aviones y concentrándolos en un lugar del aeródromo. La pretensión de estos oficiales era la de no permitir salir a nadie hasta el final de la guerra. Tras arduas negociaciones entre el cónsul español y el capitán Valle, por un lado y por el otro, los miembros del Comité de No Intervención, consiguieron demostrar los primeros la razón del Derecho Internacional a permanecer 24 horas refugiados y recibir asistencia y aprovisionamiento en territorio de Francia.
Después de consultar en Toulouse, los miembros del citado comité deciden dejar despegar a los españoles pero con la necesidad de hacerlo antes de una hora, pues, según ellos, ya habían transcurrido 23 de las 24 horas a las que tenían derecho. Obviando que si esto había sido así fue debido a la actitud del mismo comité, y no por culpa de los españoles, que estaban prestos a salir desde hacía muchas horas antes. La decisión del comité se acompañaba con la orden terminante de hacerlo por Cataluña, con la "razón" de que tenían que ir hacia Valencia, sede del Gobierno Republicano. Serían escoltados por una escuadrilla de caza francesa y les quitarían los percutores de las ametralladoras.
La premura de tiempo, nerviosos por la perspectiva de tener que quedarse en Francia el resto de la guerra y la carencia de un sistema de arranque automático de los aviones provocaron el accidente de un mecánico, que fue golpeado por la hélice de un avión que se resistía a girar. A Francisco Luís García, mecánico de la aviación de la República le costó un brazo su desesperado intento de arrancar el motor de un avión. Una vez más el Comité de No Intervención había intervenido.
Pocos días después de éste y fracasado intento de enviar ayuda al norte de España, ante la gravedad de las noticias recibidas, se envió otra expedición, la cual debido al pésimo tiempo reinante se vió obligada a tomar tierra en el aeródromo de Pau. Ésta nueva escuadrilla estaba compuesta por una escuadrilla de cazas biplanos I-15 de la escuadrilla Lacalle, más dos aviones de transporte "Douglas" con el personal de tierra y material complementario.
Desdichadamente el aeródromo de Pau carecía de medios para reabastecer de gasolina a los aviones, y se vieron obligados a demorar su salida, con lo que dieron tiempo para que se presentasen los representantes del Comité de No Intervención, quienes ordenaron, nuevamente, desarmar a los aviones y obligaron a regresar a España por la región catalana. En los últimos días del mes de mayo y mandados por el teniente Riverola, despegaron los nueve biplanos de caza I-15,desde su campo de Algete y, en vuelo directo, llegaron al norte de España.
Cabe señalar que, al margen de las dificultades que implicaba el vuelo desde la Zona Centro a la Norte, no disponía la aviación de la República, por razón de la difícil orografía y del clima, no menos desfavorable, de aeródromos que permitieran el necesario apoyo a las tropas de tierra.
¿Cómo iba a querer Aguirre que se le quitase el mando?¿Y que se sustituyese su 'Ministerio de Defensa' particular por un Estado Mayor de verdad?No habían cesado las demandas de Aguirre pidiendo un general a su amigo y confidente Indalecio Prieto. Por eso, una vez éste en el Ministerio de Defensa, envía a Bilbao a don Mariano Gámir Ulibarri [general vasco profesional] para enderezar lo ya excesivamente torcido.
El Lehendakari Aguirre recibe, como es lógico, al general Gámir con buena disposición de ánimo, pero no sin recelos. ¿Tratará aquel de organizar las fuerzas de “Euskadi” según las normas del Ejército Popular de la República? Aguirre está dispuesto a entregar el mando de las Divisiones, pero no su particular Consejería. “El querer sustituir el Departamento de Defensa por el Estado Mayor lo reputó de medida equivocada”, escribirá a Prieto.
vamos, que la República no colaboraba...será porque lo decía Aguirre, ese personaje tan fiable.Los batallones son ya 85 (66 vascos. 12 asturianos y 7 santanderinos); las brigadas 24 (18, 4 y 2 respectivamente); las divisiones 5, mas 1 de enlace con el Cuerpo de Ejército santanderino. Las mandan, respectivamente, el comandante de Carabineros. don Ricardo Gómez García, el coronel de Infantería, don Joaquín Vidal Munárriz; el comandante de la Guardia Nacional Republicana, antes Guardia Civil, don Juan Ibarrola Orueta; el coronel de Infantería. don Daniel Irezábal Goti; un Oficial de Complemento, Beldarrain y el comandante de Infantería. Hernández del Castillo.
Respecto a esto que pones:¿Qué pasaba con la aviación tan deseada, reclamada y necesaria para el combate?
El mando no siempre disponía de los aviones necesarios, los envíos desde Rusia eran intermitentes lo cual restaba efectividad en cuanto a la concentración necesaria de este material que por ende llegaba despiezado con lo cual se perdía un tiempo a veces precioso en su montaje. De qué magnitud eran las dificultades en general que, cuando Largo Caballero recabó apoyo aéreo a primeros de mayo para su proyectada ofensiva en Extremadura, Prieto le dijo en el Consejo Superior de Guerra que sólo podía ofre-cerle ocho aviones.
Pero no era esto sólo: estratégicamente, hablando y en términos de estricta profesionalidad militar, es muy discutible el envío de escuadrillas relativamente di-seminadas que, sin conseguir resultados eficaces frente a la gran masa de aviación adversaria, mermaban el potencial aé-reo básico de la República. Parecía locura enviar al Norte la mayoría de la aviación, ni tan siquiera la mitad, con lo cual sólo se habría conseguido presentar dos fuerzas débiles a la flota aérea enemiga que actuaba desde el Centro sin necesi-dad de dispersarse. Esto era más grave que las evidentes difi-cultades que tenían los cazas para hacer un vuelo directo de 260 kilómetros atravesando todo el espacio aéreo del adver-sario.
Prieto consigue enviar el 8 de mayo una escuadrilla de quince "Chatos", que debía aprovisionarse en Toulousse burlando la vigilancia del control del Comité de No Intervención; pero descubiertos por los servicios del coronel Lunns, de este control, tuvieron que regresar a Valencia. Era el mismo día que el bombardeo de la Legión Cóndor llegaba a remover el relieve orográfico en los altos del Sollube.
El 17 de mayo, cuando Prieto ya era ministro de Defensa. salió una gran expedición —entre cazas y bombarderos Natacha— hacia Euzkadi. Corrieron la misma desventura que los anteriores: parte debió retornar a causa de un tem-poral y el resto, 17 aparatos, fue descubierto por los agentes franquistas, que los denunciaron al Comité de No Interven-ción, en el aeródromo de Pau-Pont Long.
Tras estos dos fracasos, Prieto y el nuevo Estado Mayor Central comprendieron que debían arriesgarse al vuelo di-recto. Tras hacer algunas modificaciones técnicas a los cazas. el 22 de mayo salieron seis aparatos, que alcanzaron Santander.
A partir de aquí las fuentes son más confusas en cuanto a fechas, número de aviones enviados y suerte que corrieron, unos en vuelo directo y otros a través de Francia. J. y R. Sa-las hablan hasta de 45 aviones que llegaron a su destino, pe-ro sin precisar las fechas (¿desde 27 de mayo hasta finales de junio?), pero las fuentes republicanas de muy distinta orientación (desde Ciutat hasta el Gobierno vasco) se refie-ren sólo al envió de tres escuadrillas, una, son sólo los restos de la Jover. que sale de la Zona centro el 27 de mayo, de la cual llegan siete aviones a Bilbao; el 12 de junio, 12 cazas. Mandados por el soviético Gregori Tjor. llegan en vuelo di-recto a Lamiaco. pero cuatro días después seis chatos son destrozados en un ametrallamiento del indefenso aeródro-mo de San Martín de Somorrostro.
En fin, otra escuadrilla que despega el 17 de junio ya no puede tomar tierra cerca de Bilbao, a punto de caer, sino que lo hace en La Albericia (Santander). Demasiado tarde para defender el País Vasco.
Los defensores de éste apenas tuvieron nunca una fuerza aérea suficiente que oponer a la masa de la Cóndor y la Le-gionaria. que los superaba cuando menos en una proporción 10/1. No hubo en ello la menor mala voluntad por parte de los organismos centrales, como parece colegirse de algunos documentos de origen nacionalista vasco.
El propio Estado Mayor Central una vez reorganizado ba-jo la dirección de! entonces coronel Rojo, se preocupaba por esta ayuda, como lo muestra, por ejemplo, el acta de su reu-nión del 31 de mayo que hemos podido consultar. Se señaló —dice el texto en cuestión— la forma de hacerlo (el apoyo a Bilbao) en forma (sic) material más intensa. Sobre ese tema intervino e! general de las Fuerzas Armadas Aéreas (Hidalgo de Cisneros) para decir que dentro de poco tiempo se ten-drían más aparatos Douglas. Esto y el hecho de que se acor-dase proponer al ministro la designación de una persona pa-ra encargarse del paso de material clandestino desde Francia, parecen indicar que los allí reunidos no se habían dado cuenta de la extrema gravedad de la situación en las proximidades de Bilbao.
De las cartas de Ciutat a Rojo entresacamos extensos párrafos dedicados al asunto de la carencia de aviación.
En la del 24 de mayo de 1937, de observar que con las catorce quintas movilizadas (en el Norte), además del contingente inicial del voluntariado se ha agotado casi el filón humano y de señalar la escasez alarmante de armas automáticas, entra de lleno en el problema de la aviación: "Tenemos necesidad absoluta de contar en plazo brevísimo con aviación suficiente para conquistar el aire: esto es fun-damental para detener y frustrar la ofensiva enemiga... ¡Necesitamos neutralizar a la aviación enemiga antes de que el enemigo nos quite el Bizcargui y nos lleve al cinturón.... esto puede ser cuestión de diez días todo lo más... Con menos de 45 cazas no hacemos nada y conste que doy cifras míninas. Actualmente tenemos 15 cazas en vuelo y cinco en reparación."
Cuatro días después, el 27 de mayo. Ciutat escribe a Rojo, una extensa carta dominada por el tema de la aviación, con interesantes elementos descriptivos: Objetivamente debo decir que no obstante la enorme resistencia que ofrecen nuestros hombres, el enemigo termina, apoderándose de parte de Bilbao, si no podemos neutralizar su aviación.
Posiblemente Aguirre podía haber tenido una mejor idea de los errores del Estado Mayor si llega a tener conocimiento del telegrama que el general Martínez Cabrera envió a Prieto y que los servicios de inteligencia franquistas interceptaron el 31 de mayo:
“Situación en Vizcaya grave. Asturias y Santander tienen allí dieciocho batallones. Insisto informes escritos necesidad dotar al Ejército de un Estado Mayor del que carece”.
Ya Ciutat, en “Relatos y reflexiones de la guerra de España” reconocía el problema del ejército:
“Fue siempre un Estado Mayor sumamente reducido, casi embrionario, que se apoyaba en el trabajo de los Estados Mayores de los Cuerpos del Ejército, ya que el Mando del Ejército carecía de recursos propios y en realidad se limitaba a señalar las normas de reorganización, confirmar los nombramientos, planear y dirigir las principales operaciones militares. La Aviación y la Marina, siempre fueron muy escasas, se subordinaban al mando del Ejército, pero tenían que conseguir sus recursos de las Juntas de defensa o del Gobierno Vasco, según los casos. Todo lo que enviaba el Gobierno Central era a través de estos órganos, sin intervención del Mando del Ejército. Esta situación dificultaba considerablemente la función del mando del Ejército del Norte y no contribuía a aumentar su autoridad.”
¡Cómo no iban a tener problemas los militares profesionales con él y los suyos!Con unas gentes y estructuras de cuya lealtad no se podían fiar y que no hacían sino ponerles zancadillas y socavar su autoridad.Y en cuanto a lo de que no se le enviaron 'jefes inteligentes'...sin comentarios.Es que todos los que le enviaron, que no fueron pocos, eran idiotas, no como él, que era un genial estratega, émulo vasco de Napoleón
Problemas con Llano de la Encomienda y el resto de jefes militares republicanos con el Estado Mayor del ejército de Euskadi.
- Negativa al envío de jefes inteligentes (sic) como el General Asensio para ayudar al inexperto Estado Mayor de Euskadi.
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Respecto a esto:
Seguramente se le olvidó citar cómo había dado órdenes a los suyos de replegarse sin pegar un tiro.Todo esto seguro que no lo citó:Agirre, en su memorandum tras la caída de Bilbao, citó como puntos que explicaban la derrota...
(de nuevo de fuente filoanarquista, de ahí el lenguaje)
Todo esto ha sido confirmado por historiadores solventes de diferentes tendencias ideológicas, y por los testimonios de los propios PNVeros.Pero, qué curioso, a Aguirre, tan íntegro, se le olvidó mencionar todo esto a la hora de explicar la liberación de Bilbao...Aguirre no era más que un mentiroso desvergonzado que con su patético memorando lo único que hacía era cubrir su rastro de inmundicia....el 8 de mayo el cardenal Pacelli, futuro Pío XII, envió un telegrama a Agirre exponiendo las condiciones de la capitulación:
Tengo el honor de comunicar a vuestra excelencia que los generales Franco y Mola, interrogados expresamente acerca del asunto, han hecho conocer ahora a la Santa Sede las condiciones de una eventual rendición inmediata de Bilbao. 1: se empeñan en conservar intacto Bilbao. 2: facilitarán la salida de todos los dirigentes. 3: completa garantía de que el ejército de Franco respetará personas y cosas. 4: libertad absoluta para los milicianos soldados que se rindan con las armas. 5: serán sometidos a los tribunales los culpables contra el derecho común devastaciones y destrucciones. 6: será respetada la vida y los bienes de aquellos que se rindieren de buena fe, aún para los jefes. 7: en el orden político, descentralización administrativa en la misma forma que la disfruten otras regiones. 8; en el orden social, justicia progresiva, teniendo en cuenta los medios de la hacienda nacional, según los principios de la encíclica Rerum Novarum.El telegrama fue a parar al Gobierno de la República y no fue conocido por el Gobierno vasco. Largo Caballero, entonces presidente del Gobierno central, encubrió la traición que estaban fraguando los nacionalistas [...]
Cardenal Pacelli.
Hasta el 26 de agosto se siguieron celebrando conversaciones secretas sucesivas entre dirigentes del PNV con los fascistas italianos en Biarritz, San Juan de Luz y Roma. Su principal artífice es el dirigente nacionalista vasco Juan Ajuriagerra y en ellas participaron también Alberto Onaindía y José María Lasarte, por parte nacionalista, y Cavalletti, el conde Galeazzo Ciano (ministro italiano de Asuntos Exteriores) y el general Mario Roatta, por parte italiana.
El cura Alberto Onaindía vivía en San Juan de Luz y su función era asegurar el intercambio de notas entre los italianos de la Brigada Flechas Negras y la delegación del PNV en San Juan de Luz. Escribió luego un libro acerca de su contribución a la traición nacionalista. [...]
El 16 de junio, en víspera de la caída de Bilbao, los nacionalistas vascos se comprometieron a estar a la cabeza del Ejército del Norte hasta el último momento para que nadie pudiera rebelarse contra la traición. Además Ajuriagerra ofreció a los italianos, a través de Onaindía, la entrega intacta de la ciudad. Ponían a disposición del enemigo toda la industria pesada de la Margen Izquierda, de inestimable valor bélico. Por ello mismo el Frente Popular y el Gobierno de la República exigían resistir a todo trance y extremar la defensa de Bilbao. De cara a la población, el gobierno vasco estaba de acuerdo y llamaba a una resistencia heroica y ejemplar. Agirre dijo:
En estos momentos de intensa y dramática emoción me dirijo a vosotros con el alma henchida de una fe que es patrimonio de los vascos. El Gobierno está en medio del pueblo, y su acuerdo firme es resistir con ímpetu y fe. Yo confío en este pueblo maravilloso. Yo sé que aquí registrará la historia páginas de gloria. Estoy seguro de que vosotros, al conjuro de mis palabras, débil pero sincero y honrado, sabréis responder como un solo hombre evocando todas aquellas heroicidades que hicieron grande a nuestro pueblo. Aquí el pueblo vasco, ante el mundo entero, ante el asombro de todos, quiere escribir una página más de su gloriosa historia.También era todo mentira. Bilbao fue entregado sin combatir. El gobierno vasco ordenó la evacuación, incluyendo a la población civil.
Ante esta primera traición, los comunistas planificaron la destrucción de las fábricas más importantes, sobre todo de Altos Hornos. Las unidades del PNV, encuadradas ya por oficiales enemigos, lo impidieron. Así lo reconoció el coronel Passoni en Barakaldo: cuatro batallones nacionalistas armados asumieron papeles represivos a las órdenes de los fascistas, pasando a las filas de los prisioneros de guerra sólo después de cumplida su misión de entregar Bilbao con toda su industria intacta. Las mayores fábricas de materia de guerra se ponían en manos de los fascistas para seguir la lucha contra la República.
Eso es muy cierto, y lo relata bien J.A.Vaca de Osma en su 'Los Vascos en la Historia de España', por ejemplo.El problema de la fe de los nacionalistas es que la mayoría de ellos son unos hipócritas:si tienen que elegir entre la FE y su fe nacionalista, terminan escogiendo la segunda.Ejemplo: los curas tipo Setién que, siendo sacerdotes, anteponen su nacionalismo a la caridad cristiana para con las víctimas, ocupándose sólo de los verdugos.Hay muchos datos que muestran como el PNV dudó de apoyar a los nacionales en un principio -guste o no, el PNV no era ateo ni anticatólico- aunque es cierto que al final optó por ellos y vendió su fé por un miserable estatuto.
Una última reflexión: los nacionalistas siempre han intentado santificar a Aguirre y acusar al gobierno republicano de dejadez o abandono.¿Por qué?Para ocultar sus planes secesionistas, sus traiciones a sus compañeros de armas, su cobardía en el frente, para salvar la memoria del tótem Aguirre y para, de paso, hacer algo de propaganda antiespañola: ''los asquerosos españoles 'rojos', tan antivascos como los 'blancos', nos dejaron tirados porque en el fondo nos odiaban.Nosotros, que fuimos tan duros y tan valientes, perdimos por su culpa''.Ése es el mensaje que propalan.Se les ve el plumero.Y ya basta de sahumerios a un tipo como Aguirre, ¡menudo fue!
Un saludo.(¡Y no te creas a los pnveros amigo, que son engañadores expertos!)![]()
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