Respuesta: Caseríos
Precioso tema, de los caseríos de mis dos ramas familiares ya no nos quedan más que los recuerdos y algunas fotos muy antiguas. A mi madre, particularmente, la he escuchado hablar del caserío de Zaldibia (Guipúzcoa) no sé cuantas veces, y lo hace como recuerdos de su niñez y juventud. Lamentablemente yo no llegué a conocerlo, ni disfrutar correteando por el huerto de los manzanos que sé que tenía.
De mi padre también tengo noticia de los de la familia por su parte, estaban situados en Zalduendo y en Salvatierra (Álava). El único que he visto en fotografías recientes es el que era cuna y origen de la línea agnaticia. Está en Gaztelu-Elexabeitia (Vizcaya) y hoy está restaurado y en su interior hay 6 viviendas "modernas". De todos modos, este caserío ya no lo habitaba ni mi bisabuelo en línea directa paterna.
Gracias DON COSME por tu excelente saber hacer.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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