No he hecho ningun revuelto. La política -sin mayúsculas- debe obedecer a la moral. Asimismo, la moral católica debe inspirar, corregir y, en resumidas, mantener a la política dentro de su justo cauce.
En tu intento de mantener política y moral extrictamente separadas declaras tu laicismo de matriz liberal, que en el fondo siempre deriva en el ateismo práctico, en el estatalismo y en el burocratismo, en la ideolatría del estado y en el abuso de poder por parte de éste, ahogando a la sociedad de "individuos libres" -sobre el papel- que los liberales decís defender.
Vamos, que tu laicismo liberal coincide, al margen de ciertas concesiones formales, con el de Zetapé. Reitero que tu pensamiento es socialista, o socialista "moderado" -en ningun caso patriótico, sino nacional-liberal; quitando tu probable apología neocon en lo económico y geopolítico, podrías ser encuadrado como socialista liberal o masonete.
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