Como en septiembre de 2002 afirmaban las Juventudes Tradicionalistas de España en su comunicado "Ante la amenaza del separatismo vasco: La Constitución y los estatutos, lodos de la transición":

"Denunciamos que bajo el Estatuto no hay una aspiración real del pueblo vasco, sino un instrumento opresor del nacionalismo que lo inspira del principio a fin. Los carlistas nos mostramos enemigos y beligerantes contra el nacionalismo en todas sus formas y contra todos sus cómplices. Defendemos como siempre la unidad e integridad de las Españas y rechazamos los instrumentos antitradicionales, antivascos y antiforales como el Estatuto de Autonomía, del que exigimos su abolición inmediata y la vuelta a los regímenes forales vascongados. El nacionalismo no es más que la especulación de la burguesía con la sentimentalidad del pueblo.

"Si el Gobierno del señor Aznar y los partidos constitucionalistas tienen verdaderamente intención de poner coto a ETA, a Batasuna y a su tupida red de colaboradores, deberán demostrarlo empezando por crear el clima que permita el regreso a Vizcaya, Guipúzcoa y Álava de las decenas de miles de vascos que se han visto forzados a exiliarse desde el comienzo de la Transición; a la vez que suprimen el adoctrinamiento nacionalista y el entorno del que se nutren las organizaciones separatistas. Para ello es imprescindible:

  • Suspensión del mal llamado Estatuto de Guernica.
  • Cierre de las ikastolas donde se enseña una historia falsa para justificar el separatismo; retirada de los libros de texto y programas educativos del Gobierno autónomo vasco.
  • Cierre de ETB y de las emisoras de radio y restantes medios en manos nacionalistas.
  • Retirada de toda ayuda o subvención a la llamada Academia de la Lengua Vasca, y a cualquier programa de imposición del euskera batúa, eje de la estrategia nacionalista; apoyo en cambio a las variantes tradicionales del vascuence.
  • Estatuto de autonomía para Álava, y apoyo a las iniciativas similares para Vizcaya y Guipúzcoa.
  • Fin de la tolerancia para con los defensores del separatismo terrorista. Si son extranjeros, decláreseles personae non gratae. Si obispos, solicítese a la Santa Sede su remoción, y no se dude en expulsarlos del territorio nacional.
  • Proscripción del uso oficial de la ikurriña, bandera del Partido Nacionalista Vasco, que en absoluto representa a Vasconia. Prohibición del uso de las armas de Navarra en los emblemas autonómicos vascongados.
  • Derogación de la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución de 1978; fin del hostigamiento nacionalista contra Navarra.

"Las propuestas anteriores corresponden a una política de mínimos sin la cual la lucha contra el terrorismo separatista no será eficaz ni creíble."