Promulgada la ley con la que Aragón se proclama «país» y «nacionalidad»

Re: Promulgada la ley con la que Aragón se proclama «país» y «nacionalidad»

Este tipo de payasadas tienen valor únicamente en la medida que están insertas en un sistema estúpido que las tolera y fomenta pero en sí no tienen ningún valor; son proclamas de cara la galería y con eso ya se cuenta.
Obviamente si el sistema político central cambiara, esas (y otras proclamas similares de otros territorios) se derrumbarían sin mayores consecuencias y nadie las echaría de menos. Y ese día forzosamente ha de llegar..

No obedecen a necesidades y voluntad reales, son solo modos de entretenerse cuatro vividores en su parlamentito "jugando a las naciones": o sea, la panda que mangonea el territorio de Aragón se auto-declara soberana y mandamás en esa zona. Muy típico de las taifas ibéricas, repetición de aquello del "cantón de Cartagena".
Vamos, valor teórico: el que se quiera; valor práctico, nulo.

Pero efectivamente esta era la consecuencia lógica a largo plazo de la puesta en marcha de las autonomías, a principios de los 80: crear problemas donde nunca los hubo, para creerse importantes y de paso "no ser menos que nadie".

Última edición por ALACRAN; 11/07/2018 a las 16:14

“España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los reyes de Taifas.

A este término vamos caminando: Todo lo malo, anárquico y desbocado de nuestro carácter se conserva ileso. No nos queda ni política nacional, ni ciencia, arte y literatura propias. Cuando nos ponemos a racionalistas lo hacemos sin originalidad, salvo en lo estrafalario y grotesco. Nuestros librepensadores son de la peor casta de impíos que se conoce, pues el español que deja de de ser católico es incapaz de creer en nada. De esta escuela utilitaria salen los aventureros políticos y salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es cenagal fétido y pestilente”. (Menéndez Pelayo)