Creo que va siendo hora de deshacer algunos equívocos con respecto al asunto de Pedro Varela y la Librería Europa. Es posible que alguien me malinterprete, me tome manía, o simplemente quede disgustado, pero me siento en la obligación de decir unas cuantas verdades que no solemos tener en cuenta.
Pues vaya decepción, Kontrapoder. De la entrevista parecía desprenderse que se trataba de un hombre sensato y razonable. Pero a la vista de la información que usted señala, en verdad de nuevo nos encontramos ante un caso en que las apariencias engañan.

De todas formas su caso podría utilizarse (siempre dejando previamente claro la no identificación con la ideología del mismo) como argumento ad hominem cuando se quiera arguir contra la democracia y su supuesta e inexistente libertad de expresión en la práctica (con lo cual ayudaría a demostrar que la democracia, en realidad, no sería diferente a cualquier otro régimen en lo que se refiere a la existencia de un cierto tipo de censura o de inquisición pública -claro que dicha censura e inquisición, en la democracia, es de tipo revolucionario anticatólico a diferencia de la que existiría en un régimen católico).