Re: Los epiciclos y los movimientos de los planetas
Por cierto, es perfectamente posible ver diferentes tipos de epiciclos y deferentes si en Google ponemos en búsqueda imágenes de epiciclos o imágenes de epiciclos y deferentes, indistintamente. Se muestra hasta como se puede formar con ellos la cara de un tal Hommer de cierta repelente serie de dibujos esperpénticos. Y comento todo esto debido a la inexistencia de "mitos" sobre las órbitas de los planetas y otros cuerpos del Sistema Solar. Y es que, en efecto, si se trata de elaborar tales epiciclos se superan ampliamente los 34 habituales, que en el texto se van a 40, para llegar un punto en el que resulta imposible elaborar más para explicar todas las órbitas. Este motivo, junto con el error de la circularidad de tales órbitas, es lo que llevó a la conclusión de que su hipótesis no era viable.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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