La Madurez (1915-1925)
Sería durante su etapa de madurez, el estilo neorrenacentista seria el predilecto, sin dejar de lado edificios neogóticos o neomudéjar. Algo que sin embargo permaneció inalterable fueron los materiales usados, el ladrillo y la cerámica.
Sí hay un edificio que plasme la belleza de la arquitectura de este periodo es el edificio para el Marqués de Villamarta en la Avenida de la Constitución. El chapitel en ladrillo y cerámica constituye una solución de esquina en consonancia con el resto de la edificación.
Durante este periodo, la casa sevillana esta muy presente en su producción. Como obra más interesante encontramos la casa de Luis Prieto en la Plaza de los refinadores. En esta casa observamos una bella portada en ladrillo tallado, que hace de apeadero dando a un gran patio porticado. Toda una exaltación de la típica casa-patio sevillana de siglos anteriores. Otros edificio con estructura similar son la Casa para Isidoro Pérez de la calle San Vicente o la reforma de la Antigua Audiencia.
De esta etapa podemos destacar tres obras representativas: la capilla del los Luises, la capilla del Carmen y la villa para Luca de Tena que construye en la palmera. Todas estas construcciones tienen algo en común, un excelente uso del ladrillo tallado. La imponente capilla de los Luises constituye un magníficio ejemplo de arquitectura interior.
Capilla de los Luises y Capilla del Carmen
Y es que la madurez del arquitecto no se concibe sin el ladrillo, se cuentan por decenas las casas entre medianeras que construye durante estos años, algunas como la que realiza en la Cuesta del Rosario (1924), la ampliación del Circulo Mercantil (1919), donde se puede leer sin ningún tipo de desvirtuación estilística anterior el estilo más puro de Aníbal González. Obviamente estas casas no se pueden encuadrar dentro del movimiento moderno como si podemos hacer con edificaciones de otros arquitectos como la famosa casa sin ventanas de Espiau, con la que sin embargo comparte el uso del ladrillo.
Los últimos años (1925-1929)
A pesar de la ya citada desilusión de la Exposición Iberoamericana, los últimos años de Aníbal González fueron fructíferos. En ningún momento llego a traicionar su estilo. En estos últimos años realizó sobre todo casas entre medianeras y edificios en zonas de expansión de la ciudad como el que realiza en Felipe II (1927) o en Jiménez de Aranda (1925).
Vuelve a realizar proyectos fuera de la ciudad como la ampliación del Edificio ABC de Madrid o el edificio "El Gallo Azul" en Jerez. A pesar de que la Exposición por la que tanto trabajo le diera la espalda sus grandes mecenas como Luca de Tena, la Familia Domecq o Ibarra le confiaron grandes proyectos. Algunos proyectos que no llEgaron a realizarse como el Teatro Luca de Tena y otras como la estación de trenes de Jerez, el edificio de la Compañía Ibarra o la citada ampliación del ABC de Madrid. Grandes edificios para un gran arquitecto.
Estación de Jerez de la Frontera (
Flickr)
Detalle del Edificio ABC en Madrid (
Flickr)
Compañía Ibarra
Sin embargo dentro de estas grandes obras, la Basílica de la Milagrosa, de la que sólo se llegaron a realizar los basamentos, fue el más emblemático de los proyectos. Desgraciadamente la muerte le sorprendió construyéndola.
El Salón de Variedades Lido
Este maltratado edificio, abandonado durante años, es obra de Aníbal González, es un edificio interesante, por su estilo neomudéjar tardío, ya que data de 1922, fecha en la que ya Aníbal González había definido perfectamente su estilo y no recurría ya a este estilo. El edificio posee dos fachadas, una a la calle Trajano y otra a Amor de Dios, esto facilitaba la entrada de los clientes al local. La fachada se caracteriza por su simetría perfecta, al igual que en otras obras de Aníbal González como la Casa para Dolores Miravent un paño de sebka divide la fachada en dos. Este cuerpo central esta rematado por una bonita cubierta a cuatro aguas adornada con una cornisa denticulada. Los arcos polilobulados, fueron los protagonistas en la primera obra neomudéjar del arquitecto así como la cerámica. Entre este edificio y La Casa de Manuel Nogueira distan 16 años, sin embargo como hemos comentado los patrones se repiten, estamos por tanto ante una obra identificativa con la etapa de madurez del arquitecto, donde a pesar de usar modelos pasados, realiza una fachada más armónica y ordenada que en el pasado. Dado el pobre mantenimiento del inmueble aún mantiene la carpintería de las ventanas original. Su recuperación puede depender de la recuperación de su planta baja como teatro o sala cultural, ya que tras ser Cine Trajano y Sala X no ha sufrido ninguna modificación. Parece ser que la Planta baja aún esta abierta a las dos calles.
Fachada a la Calle Amor de Dios
Fachada a la Calle Trajano
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