Perdón por el retraso, Kontrapoder. Encantado de contestar todas las preguntas que quiera. Los artículos que ido subiendo al Foro ahondan en diferentes aspectos sobre el mismo tema. Pero si se quiere un resumen del mismo basta leer el testimonio de Douglas ante el Comité MacMillan. Y si se quiere un resumen aún mayor, basta leer los principios fundamentales enunciados ante el mismo Comité.Martin Ant, permítame formular varias críticas a las teorías económicas que viene usted sosteniendo. De antemano le pido disculpas por lo "grueso" de las críticas. No entiendo gran cosa de economía y tampoco he leído al detalle los textos que usted ha compartido con nosotros.
Lo que digo es que si la producción de bienes y servicios tomado en su conjunto dentro de una comunidad política puede realizarse sin necesidad de emplear en ella a todos sus miembros, entonces eso en sí mismo no es malo (doy por supuesto que me estoy refiriendo a población actual y potencialmente activa). Por ejemplo, en el caso particular español, somos alimentados por sólo un 3% de la población potencialmente activa (con esto no quiero decir que la situación económico-social de la mayor parte del sector primario español sea la deseable o que las formas de explotación que realicen sean las deseables, sólo constato un hecho empírico).1) Eso de que ya no va a ser necesario trabajar, porque lo van a hacer las máquinas por nosotros, me parece de las utopías más atrevidas que he escuchado. Cuando se mecaniza el trabajo algunos puestos de trabajo dejan de ser necesarios, pero, a cambio, son necesarios otros puestos para construir y mantener la máquina. De modo que no está tan claro que desaparezcan los empleos. Más bien parece que se trasladan a otro lugar y aumentan en complejidad.
El objetivo de la economía es, en este sentido, la producción de bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades humanas. Si estas necesidades pueden satisfacerse empleando menos personas o las mismas personas con menos horas de trabajo para la consecución del objetivo gracias a la implementación en el proceso productivo de bienes de capital físico, entonces mejor que mejor pues derivaremos nuestras vidas a otro tipo de actividades no productivas o económicas (dicho con otras palabras, que no sería necesario suprimir las fiestas católicas por motivos económicos como quieren hacer ahora). El hecho de que esto no ocurra así en el sistema económico actual que padecemos se debe a una cuestión estrictamente financiera: que si tú te quedas sin empleo o te reducen la jornada laboral quedas financieramente penalizado, y por tanto, no puedes aprovecharte personalmente de la capitalización física o automatización del proceso productivo.
El beneficio real que surge tanto de la asociación entre los hombres en el proceso productivo así como de la incorporación material del capital físico en el mismo (procedente de la herencia intelectual aplicada al proceso de producción) actualmente no es monetizado. No se trata de un caso particular de redistribución de renta financiera ya existente sino que se trata de una renta que se crea directamente a favor de todos los miembros de la comunidad (bien en forma de dividendo, bien en forma de rebaja general de precios).2) Nadie va aceptar que unos pocos trabajen y el resto coma de las migajas que aquéllos les dejan. Una sociedad así sería insostenible, creo yo. Los que trabajen no querrán mantener con su sudor al resto y querrán acaparar para sí todo el beneficio. E incluso los que no trabajen no querrán verse limitados al magro "sueldo" que les tocaría.
Todos salen beneficiados de la puesta en común de sus respectivas actividades. Una economía requiere de la existencia tanto de consumidores (toda la población) como de productores (una parte de la población). Esto ocurre así actualmente entre los españoles y entre los demás países occidentales. Ciertamente los perceptores de rentas financieras se quejan de que el Estado se las arrebate con las cuotas forzosas de la S.S. y con los impuestos para dárselos a otros que no trabajan. Pero si estos mismos que se quejan se les dijera que los que no trabajan percibirán una renta financiera que no provenga de la previa detracción de sus rentas, entonces no que creo que se produjera la situación de "sociedad insostenible" que usted señala.
Los productores están ansiosos de querer vender sus bienes y servicios y los consumidores-usuarios quieren comprarlos. ¿Origen del problema de que no puedan satisfacerse ambos objetivos? Una vez más, como dije antes, la cuestión financiera.
Porque olvida usted de nuevo la cuestión fundamental que distorsiona toda la economía: la cuestión financiera. El sistema productivo está directamente controlado por el sistema bancario (una empresa nacerá o se mantendrá únicamente si la línea de crédito no es cortada o las deudas con el banco no son inmediatamente exigibles), y el nivel general de precios es fijado indirectamente por el propio funcionamiento espontáneo del sistema financiero: la Economía sufre un proceso de inflación sistémico inherente al mismo por el cual se generan costes a una velocidad o ratio mayor que la distribución de ingresos necesarios para sufragarlos. Las empresas, para tener que seguir financieramente sobreviviendo, tendrán que reducir los costes financieros, y como es axioma fundamental del sistema económico actual que la deuda a favor de los bancos es sagrada y no se toca, entonces reducen costes reduciendo los sueldos de sus empleados (los cuales deben aceptarlo pues el sistema económico actual condiciona la percepción de una renta dineraria a la integración forzosa en el sistema productivo) al mismo tiempo que les exigen mayores jornadas de trabajo para obtener la empresa más beneficios financieros, para así poder la empresa sufragar su deuda sagrada con los bancos.3) Si es verdad que ya no son necesarios tantos empleos, ¿como es que la tendencia es aumentar la jornada laboral y a exprimir cada vez más al trabajador?
Todo esto se podría evitar fácilmente con la monetización del benefecio real que se produce en la Economía que antes he señalado.
Completamente de acuerdo con usted. En ningún momento he defendido un servicio universal cubierto por compañías privadas de seguros. Lo que yo defiendo es la estabilidad económica de los miembros de la comunidad con la monetización de ese beneficio real que se produce en la Economía (o si usted lo prefiere, en lugar de beneficio llámelo plusvalía, el nombre es lo de menos). Que luego alguien quiera utilizar ese beneficio monetizado y distribuido de una forma u otra ya depende de cada cual. En cuestión de Sanidad, uno podría ir a un Hospital que estuviera regentado por la Iglesia Católica, al de un seguro privado, al del seguro público o a cualquier otro sitio (en cuestiones de elección ya depende de cada cual; lo único que yo defiendo es que ese poder de elección sea real y efectivo y no meramente teórico como hacen los hipócritas liberales, lo cual se consigue con la monetización del beneficio).4) En cuanto a la Sanidad, se engaña usted si cree que puede haber un servicio universal cubierto por la iniciativa privada. Hay ciertas enfermedades cuyo tratamiento nunca puede ser rentable. Y ése es el único criterio por el que se guían las empresas privadas. De hecho, las aseguradoras realizan análisis profundos a sus asegurados, y si descubren que tienen alguna enfermedad genética o incurable, no lo admiten como asegurado o bien le suben la prima un 200% (como de vez en cuando leemos en la prensa). Resultado: de ciertas enfermedades sólo se podrán tratar los muy ricos. Y por otra parte, ¿se imagina usted lo peligroso que puede ser dejar la vida de miles de ancianos y de enfermos terminales en manos de empresas cuyo único criterio es la rentabilidad? La Iglesia en el siglo XIX podía dar un excelente servicio porque es una sociedad que no se guía por el interés económico y la demanda era limitada; pero ya no puede dar el mismo servicio, ni la oferta privada que surgiese se guiaría por los mismos criterios morales.
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