Y como vemos, en todos esos casos de latrocinio industrial, los pueblos afectados sí lucharon con uñas, dientes y hasta tornillazos. Y se les llamaron 'rojos peligrosos', 'energúmenos' y 'violentos' por los medios de comunicación, olvidando que no hay mayor violencia que dejar a todo un pueblo sin sustento, y no hay mayor acto de honor que luchar por mantener el pan y el trabajo. Por eso también te decía que no se le pueden echar todas las culpas al pueblo, porque simplemente no le dejaron mas alternativas.
En Cartagena, durante las revueltas obreras de 1992, para luchar contra el desmantelamiento industrial impuesto por la CEE y consentido por el gobierno traidor de Felipe González, hasta se llegó a QUEMAR EL PARLAMENTO REGIONAL. Según la TV, naturalmente, por un grupo de 'delincuentes comunes fichados por la policía'. Y me da igual si estaban o no fichados, ¡el caso ES QUE LO QUEMARON!, y con un par...
Como vemos, los pueblos de España no fueron tan acomodaticios, ni tan estúpidos por aquellos tiempos, como queremos recordar hoy en día. Muchos se convirtieron en valientes guerreros que lucharon con las armas que tenían (algunas bastante contundentes, desde luego...) por defender nuestra industria, sus puestos de trabajo y un futuro con dignidad y trabajo para sus hijos (un futuro que, hoy, ya ha llegado... y que está lleno de miseria, porque en esa guerra vencieron los traidores que vivían instalados en el gobierno).
Perdieron, perdimos los españoles, todos... es cierto. Y ganaron esa lucha, los políticos criminales, los amigos del liberalismo económico, la Comunidad Económica Europea y la terciarización forzada de nuestra economía.
Ganaron los cerdos que había en el PSOE, encabezados por el cerdo mas cerdo de todos ellos, Felipe González Márquez (ese señor al que hace tan solo unos días sus compañeros de partido le han hecho un homenaje...). Y es que los cerdos, por mucho tiempo que pase, siempre serán cerdos. Fueron cerdos y criminales durante la II República, estuvieron cuarenta años de vacaciones durante el franquismo, y volvieron a ejercer de cerdos con la llegada del régimen del 78. Y continuarán ejerciendo de cerdos hasta que, por fin, les echemos (junto a sus coleguitas del Partido Popular y compañía...).
Fueron tiempos duros, heróicos y guerreros aquellos días... Pero, aún asi, a pesar de tantísimos heroísmo, perdimos. No se le pueden echar toda las culpas al pueblo.
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