Bueno, pero, ése era precisamente el punto que quería señalar. Una vez enunciadas sucintamente las contradicciones económicas que el sistema financiero (que está en la base del capitalismo) provoca en la comunidad política, pasar a señalar la correspondiente medida técnica que la corrija de manera sencilla (y todo ello con independencia de quién esté actualmente en el gobierno español, pues la cuestión económica es una cuestión autónoma o al margen).Señor Martin Ant. No hace falta que me explique cómo funciona el sistema capitalista y el actual sistema autonómico español. Mi pregunta se orientaba más hacia un escenario que no fuera capitalista. Sé perfectamente cómo funciona España y su ralea de chupóptero y sé cuántos impuestos tenemos que pagar para seguir manteniéndolos.
Yo siempre me refiero a otro tipo de Economía que no sea la capitalista. Un tipo de Economía más humana en el que ésta sirva al ser humano y no al revés
En ningún momento me he movido en mi planteamiento fuera de la finalidad u objetivo real propio que tiene (o debería tener) la economía: la producción y distribución de los bienes y servicios deseables (o con demanda real) a la población. O como usted bien dice: al servicio del ser humano. Pero lo que pasa es que el sistema financiero (y los que lo manejan) manipulan convenientemente el crédito financiero, es decir, el dinero de la comunidad política, de tal forma que la lucha por la adquisición de una parte del mismo se convierta socialmente en el objetivo (artificialmente provocado, recalco) fundamental y primario de la población (ya sean administraciones públicas, empresas, trabajadores, etc..., a todos nos mueve el mismo objetivo: la seguridad financiera), dejando el aspecto de servicio real o material de la economía como un aspecto secundario, colateral o de añadidura, que provoca los malos efectos sociales que todos conocemos (el gobierno y los impuestos, a pesar de sus importantes implicaciones sociales, es un aspecto meramente subordinado al sistema financiero).
Precisamente uno de los elementos de confusión cuando se habla de estas cosas es la de confundir inconscientemente los distintos planos: financiero, por un lado, y ecónomico real o material, por otro; así como la dificultad de comprender la necesaria relación que debería existir entre ambos (y sus consiguientes consecuencias en materia de poder adquisitivo, precios e impuestos -plano financiero- y de distribución y adquisición real de bienes y servicios o aumento del bienestar social -plano económico real-material).
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