Debido a la delicadísima situación económica de España, parte de cuya estructura es responsable de la misma, así como el riesgo de fractura nacional, cada vez son más las voces que desde los medios, ya sea en tertulias ya mediante editoriales y artículos, empiezan a cuestionar lo que se conoce como "modelo autonómico". La Constitución vigente de 1978 está claro que ha de ser derogada o bastante modificada, sin embargo, cuenta con recursos para recortar transferencias y hasta para dejar en suspensión a las autonomías si éstas representasen un peligro para España. Ahora bien: ¿quién pone ese cascabel al gato? Es obvio que ningún partido, ni la suma de la mayoría de ellos. Ese cascabel sólo lo puede poner el pueblo en un referéndum.