Respuesta: En recuerdo de Dresden
El bombardeo de Dresde fue otra versión del mismo genocidio que se cometió en Nagasaki e Hirosima, sólo que sin bombas atómicas, aunque la potencia de destrucción medida en Tn de TNT debió ser similar.
Este crimen de los aliados nunca ha sido juzgado. Yo tampoco simpatizo con los nazis, pero me parece lógico que mantengan vivo el recuerdo de aquella barbarie. Recordemos que fue una acción específicamente dirigida contra la población civil, un castigo contra los indefensos, lo que demuestra la cobardía de los atacantes. ¡Qué exitazo! ¿verdad?
¿La habitual presencia de los guarros a qué obedece? Pues siempre igual, tapar su propio GENOCIDIO GLOBAL: 150.000.000 de asesinados en el mundo, heridos y víctimas morales aparte... y continúan sin ser juzgados.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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