Es algo inenarrable, que en una cadena de la Iglesia se haga apología de un "cierto derecho a la blasfemia, contenido en libertad de expresión"(sic) tal y como ha soltado Urdaci. Si esto se lo decimos a alguien hace 50 años sencillamente pensaría que estamos majaras. El problema es que la Europa de nuestros días, la que vemos en los medios, es un estercolero moral como no se conocía en el mundo desde la antigua Babilonia.

Puedo entender, que cualquier católico se sienta conmovido humanamente por tan brutal ataque; pero los ADOCENADOS que son la mayoría y no sabe ni entiende nada del mundo en que vivimos, se está tragando acríticamente toda la propaganda y los lemas de 1789, repetidos salerosamente en pleno siglo XXI como si fueran el catecismo. Sin ir más lejos, acabo de ver en 13tv a Isabel Sansebastián con la cara de vinagre que le caracteriza, y creyéndose el "summum" de la sensatez, soltando el trilema revolucionario como si fuera una "sans coulotte", acampañado de un "vive la Republique!" con la aquiescencia complacida de los espantapájaros presentes. Es demencial.

Asistiremos los próximos días o meses, con estupor, a un aquelarre diabólico antirreligioso con la excusa del atentado, seguido de una glorificación de los "valores laicistas" democráticos de occidente. Por ejemplo, otro sesudo "experto" del programa "La Marimorena", acaba de igualar a la "tres religiones semíticas", diciendo que todas han sido violentas; para después intentar arreglarlo diciendo que las dos más antiguas ya no matan "como hacía la Inquisición". Por supuesto, se repite machaconamente que "no todo el islamismo es así", sólo el radical, que quede claro.

Aquí, no hay nadie que recuerde donde estuvo refugiado el más famoso líder del islamismo radical, que era el Ayatollah Jomeini, cuando en Irán gobernaba el Sah de Persia; pues estuvo en FRANCIA, y más concretamente en París.... en calidad de "exiliado". Si la señora Le Pen, finalmente no se suma a la manifestación que quieren hacer todos los jerifaltes europeos, demostrará ser la única política importante con algo de criterio en este continente de locos.