Realmente fascinante la historia de este hilo y la información aportada. Me he quedado boquiabierto.

Creo que todos los que hayamos practicado artes marciales japoneses, en todo lo tradicional que puede ser su práctica aquí, sentimos una especial admiración -fascinación?- por la cultura japonesa. La tensión entre lo tradicional y la modernidad (bien o mal entendida) explota con particular intensidad en Japón, y pervive bipolarmente en nuestros días.

De ninguna manera quisiera frivolizar lo planteado en este hilo, ni distraer el asunto, pero lo cierto es que no puedo reprimir comentar la impresión cinematográfica que me provocó la película "el último samurai". Ya sé todo lo que implica el paso por la industria hollywodiense, pero lo cierto es que me impresionó la belleza con que se describía el conflicto entre la tradición y la modernidad, incluso en su dimensión ética. Supongo que todos hemos visto muchas películas de samurais, pero debo reconocer que la película de la que os hablo me emocionó. Y creo que se pueden reconocer, admitiendo su esquematismo, elementos clave del conflicto entre la tradición y la modernidad como argumento universal.

Volviendo a lo personal, y sin ninguna pretensión categorizadora, siempre he admirado la fidelidad, respeto y liturgia de la práctica de las artes marciales tradicionales japonesas. En un momento en que el problema en nuestras aulas es la indisciplina, falta de respeto, ninguneo al maestro, etc. las artes marciales tradicionales ofrecen un ejemplo práctico de cultura, deporte y valores válidos a escala universal.