Respuesta: ¿Futura embajada vasca?
Aunque el asunto no sea nada fiable, lo cierto es que no se trata de una legación diplomática, nombre técnico de las "embajadas". En realidad se acerca más al concepto de "consulado" o legación consular, pero le separa una enorme distancia legal. Y es que la política exterior es competencia directa del Gobierno central, así queda recogido en esta lamentable Constitución vigente. Por tanto, todas las legaciones diplomáticas de cualquier clase (hay varias opciones posibles) y todas las legaciones consulares dependen única y exclusivamente del Mº de Asuntos Exteriores.
Incluso no tienen validez legal alguna las que se instauren como legaciones comerciales o legaciones culturales si el personal asignado goza de inmudidad diplomática o consular, pues tal condición se otorga por el Estado enviante y ha de ser reconocido por el Estado receptor. Por tanto, tiene aspecto de que su condición real es de que se trate de oficinas para facilitar ciertas relaciones comerciales, culturales y deportivas, entre vascos residentes en Argentina, vascos españoles, argentinos descendientes de vascos..., así como otras personas con ciertos intereses. Y todo ello financiado por esa Comunidad Autónoma. Pero a la hora de expedir cualquier documentación legal, en cualquier sentido, toda la tramitación deberá pasar por la legación consular correspondiente abierta por España o por Argentina en las ciudades que sean.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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