Ciertamente no pueden ser embajadas en el sentido diplomático, de eso no cabe duda, y no me refería a eso. Pero igual que hay "reinas de belleza" puede haber "embajadas culturales" sin que ése término sea mas que una decoración simbólica inconsecuente. Si La Rioja, por ejemplo, abriese una "Embajada Viñícola" en San Juan, nadie objetaría, pues se entendería que es una estrategia de "marketing". Claro, el gobierno vasco de entonces no estaba usando esa palabra de manera simbólica, si no como una estrategia política.
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