Revista FUERZA NUEVA, nº 530, 5-Mar-1977
LA IGLESIA “EN PRO DE FUERZA NUEVA”
(según la interpretación de lo que afirman los obispos españoles)
A los electores
La nota recién dada a la publicidad por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, luego de su última reunión (véanse ABC y Ya del 3-II-77), a mí me convence de que el único partido con programa conocido por el que podemos votar los católicos españoles es FUERZA NUEVA. Sin duda, habrá otros partidos, probablemente la Comunión Tradicionalista y acaso Falange Española de las JONS, que, si responden a su historial y a su denominación, podrán ser apoyados por los católicos. Pero lo que es cierto es que un católico que quiera obrar conforme a las directrices del Magisterio de la Iglesia no puede apoyar a ningún otro partido español, sea centrista, sea izquierdista, sea derechista. Veamos:
La ideología de FUERZA NUEVA coincide con la criteriología de nuestros obispos
Según la susodicha nota, “los cristianos, en su calidad de ciudadanos, son libres para optar por aquel partido político que, según su recta conciencia, es el que mejor garantiza el bien de la persona humana y de la sociedad en la totalidad de sus exigencias y de los derechos legítimos “entre los que deben enumerarse también el de poder venerar a Dios, según la recta norma de su conciencia, y profesar la religión en privado y en público” (Pacem in Terris, 14)”.
Pues bien, según su Declaración Programática, registrada en el Ministerio de la Gobernación (…) FUERZA NUEVA se propone como asociación política mantener: 1º: Los ideales del 18 de Julio, es decir, a la doctrina religiosa, política, social y económica que dio origen al Alzamiento Nacional… 2º: La Monarquía católica, tradicional, social y representativa, instaurada por el Régimen que nació de la Cruzada... FUERZA NUEVA tiene un sentido espiritual y providencialista de la Historia, y, sin ningún respeto humano, hace profesión privada y pública de catolicismo. El Estado español será confesionalmente católico, respetando el derecho civil a la libertad religiosa de los no católicos... FUERZA NUEVA cree que el hombre, portador de valores eternos, es el eje del sistema político y económico. (…) La concepción totalitaria del Sistema repugna al sentido espiritual y católico que hemos proclamado (…)
“FUERZA NUEVA postula un Estado nacional… (que) no tiene nada que ver con el Estado totalitario marxista… (ni) tampoco con el Estado que surgió del liberalismo, aséptico, puro espectador de las contiendas y disputas sociales y económicas de todo género, sin unos dogmas que lo vertebren”.
“FUERZA NUEVA quiere un Estado nacional que se sabe y se siente actor, protagonista y promotor de la justicia y del bien común”. “FUERZA NUEVA partiendo de un Estado nacional y unitario, defiende el ordenamiento de la sociedad según los principios de subsidiariedad y totalidad”.
FUERZA NUEVA sirve todo lo esencialmente católico y no pretende la exclusiva del catolicismo
Por descontado, nada hay en este programa que sea contrario a la fe y a la moral católica, antes al contrario. Consiguientemente, de acuerdo con la nota de nuestros obispos y, en defecto de mayores precisiones, el católico es “libre” para optar por FUERZA NUEVA, ya que “la recta conciencia” nada puede objetar al programa de FUERZA NUEVA.
Enseña parejamente la nota episcopal, conforme a lo reafirmado con ocasión del Concilio Vaticano II que “nadie debe pretender que su opción sea la única válida según el Evangelio”. Y, como puede verse en el programa de FUERZA NUEVA, este partido no “pretende” tener la exclusiva del Evangelio. (…) FUERZA NUEVA ni privatiza ni monopoliza el Evangelio del que la mayoría de los católicos oficiales reniegan hoy, sólo intenta promover una política que respete y aproveche, en lo posible, lo que Dios ha revelado ciertamente al hombre. (…)
Pero, ¿qué otro partido respeta las normas de la Iglesia?
Otra cosa es que, de hecho, realmente, los promotores de partidos políticos españoles no hayan querido fundar partidos políticos que respeten los artículos de la fe y de la moral cristiana, sino que, por el contrario, hayan preferido inspirarse en ideologías liberalistas y marxistas, incluso declarando que su partido es “de inspiración cristiana”. Bien podría suceder y parece que sucede, que sólo FUERZA NUEVA, y muy probablemente, además, la Comunión Tradicionalista respetan las directrices positivas y las limitaciones señaladas por los obispos en la nota arriba mentada.
Ciertamente, tienen el deber de recordarlo los obispos, que los cristianos deberán excluir todo apoyo a aquellos partidos incompatibles con la fe. (…) Es claro, porque lo ha manifestado terminantemente Pablo VI en la carta “Octogesima Adveniens”, reiterando la doctrina tradicional, que los católicos (en España como en cualquier otro país), no pueden apoyar a los partidos inspirados en liberalismo y en el marxismo, que, según Pablo VI, no deben ser “idealizados” sino considerados tal como realmente son, es decir, fundados en el lucro o basados en el totalitarismo.
La mayoría de los partidos españoles, prácticamente ateos, excluidos por los obispos.
Sean derechistas, sean centristas, sean izquierdistas, los líderes y los partidos políticos españoles, aunque se declaren de “inspiración cristiana”, propugnan un “modelo de sociedad” (…) cuyo motor es el lucro (por tanto, condenada, como hemos visto antes, por nuestros obispos), o bien propugnan un modelo de sociedad de la que (…) se suprimen los derechos fundamentales y las libertades del hombre, el otro escollo que es menester sortear, cuando el católico quiere atenerse al Magisterio de la Iglesia.
Por mucho que quieran disimularlo, todos los partidos políticos españoles prescinden de Dios, hacen abstracción de Dios, diseñan el Estado y programan su política como si Dios no existiese. Tanto la coalición de partidos que encabeza Fraga, bajo la denominación de Alianza Popular, como (…) los Areilza, los José Luis Álvarez, los “Tácito” (…) los De la Cierva, los Fernández Ordóñez (…) los otros centristas del equipo Demócrata Cristiano del Estado español (con los Gil-Robles, los Ruiz Giménez, los Cañellas, etc.), todos ellos tienen de común su liberalismo político-filosófico, su laicismo, su secularismo (…) relegan el catolicismo a la vida privada; a lo sumo declaran que sus respectivos partidos son “de inspiración cristiana”, aun cuando reniegan de las conclusiones prácticas irrenunciables que esa “inspiración cristiana” tiene en la vida civil.
Los demócratas cristianos son como los demócratas ateos. El católico tampoco puede apoyar partidos izquierdistas. Desde las orientaciones de la Iglesia, todos esos partidos son condenables
Esos católicos españoles declaran que su partido no es confesional, lo cual equivale a decir que reniega del catolicismo en lo que toca a su proyección social, para buscar su inspiración política en los mismos principios y postulados característicos de los agnósticos liberales, que carecen de fe cristiana. (…) Todos ellos tienen de común el postulado de la economía de mercado, el capitalismo privado, que no pueden subsistir en la práctica como no sea dando pábulo al lucro o beneficio como motor primordial de la economía, lo cual es incompatible con la fe católica, si hemos de creer a nuestros obispos. (…) Y si pasamos a los partidos izquierdistas, a los socialismos, (…) resultan marxistas, totalitarios, economicistas, ateos, más o menos confesadamente, nos encontramos con el otro escollo: la economía planificada o racionalizada, la cual, de hecho, siempre menoscaba no sólo la libertad de empresa, sino las legítimas libertades civiles. (…)
(…) En resolución, desde el ideal cristiano, desde la nota más reciente de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, todos los partidos políticos españoles, derechistas, centristas e izquierdistas, son repudiables y a ninguno de ellos debe apoyar un católico.
Los católicos aquí hoy solo pueden apoyar a los partidos “ultraderechistas”
Contrariamente, por definición, los católicos españoles, si son consecuentes, sólo podrán apoyar para las próximas elecciones a los partidos confesadamente católicos, que se proponen un modelo de sociedad confesadamente católica (…) y como, al parecer, sólo los partidos calificados por la prensa de “ultraderechistas” son los confesadamente católicos como FUERZA NUEVA, los católicos parece que sólo deberían apoyar a FUERZA NUEVA, único partido católico conocido, que podría llegar a ser, programática y realmente, aquello que los católicos españoles coherentes con su fe y con la tradición española quisieran que FUERZA NUEVA fuese.
Los católicos deben asociarse en partidos católicos
Es lógico y no lo ha prohibido la Iglesia, sino que lo consiente en Italia, en Alemania, etc., si la Iglesia jerárquica o docente reconoce a los católicos libertad civil, ¿por qué no habrían de asociarse entre sí los católicos, todos los católicos, los cuales, después de todo, tienen entre sí mayores afinidades y mayor comunidad de creencias, de valoraciones morales, que las afinidades y comunión que pueda haber entre un católico y un acatólico?
Por lo demás, desde la 2ª carta de San Pablo a los corintios, en donde nos advertía a los cristianos que colaboremos más entre nosotros mismos que con los paganos, puesto que no hay comunidad posible entre Cristo y Belial, entre el fiel y el infiel (…) a los católicos se nos persuade de que hay momentos -y todo hace pensar que el nuestro es uno de esos momentos- en que los católicos deben actuar políticamente unidos, unánimes, con un solo corazón y un solo espíritu, puesto que una sola es nuestra fe y uno nuestro Señor. (…)
Eulogio RAMÍREZ
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