No hace mucho ya di cuenta en un hilo de una numerosa colonia de rumanos que tenían invadida toda una manzana de casas en Sevilla, causando numerosos trastornos a los vecinos, robando las cañerías, sacrificando animales en la vía pública y otras barbaridades por el estilo. Al cabo de un tiempo, por fin los expulsaron, pero siguen llegando, acampando hasta en las calles y haciendo lo que les da la gana. Adjunto a continuación una nota de prensa de hace como un par de días. Y así por toda España. Como se ve en la foto, hasta lavan la ropa en las fuentes públicas.
«Usted puede ir a Rumanía y nadie lo detiene. Somos ciudadanos europeos»
Una de las rumanas lava la ropa en la fuente del parque de Los Perdigones a mediodía de ayer./RAÚL DOBLADO
EDUARDO BARBA.SEVILLA
Desde el pasado 1 de enero, Bulgaria y Rumanía forman parte de la Unión Europea. Adiós frontera. Pero la eliminación de la aduana no conlleva la de las diferencias sociales y de estilo de vida, y ahí empiezan los problemas. El caso rumano es paradigmático ya que buena parte de sus emigrantes son de etnia gitana y sus costumbres nómadas chocan frontalmente con el estilo de vida occidental. Así está ocurriendo con los que se han instalado en la zona del parque de Los Perdigones, en pleno barrio de La Macarena. Acampan en los jardines, comen allí, lavan la ropa, duermen la siesta... y provocan la queja de los vecinos y comerciantes.
El Ayuntamiento ha alegado que no se trata de un asentamiento como tal y que, por ello, nada pueden disolver, ya que no se delinque por estar tumbado en el césped y no se trata de ilegales dada la nueva coyuntura fronteriza. Miembros de los servicios sociales municipales han visitado a este grupo de rumanos, se han entrevistado con ellos y les han informado de sus alternativas, pero poco han cambiado las cosas.
Desalojo... y vuelta a empezar
Con todo, en la mañana de ayer efectivos de la Policía Local, contradiciendo las tesis oficiales del Ayuntamiento, se personaron en los jardines por la mañana y echaron del recinto a estas personas. No hay delito, no hay chabolas... pero fuera. Varias horas después, eso sí, muchos estaban de nuevo allí, tumbados, comiendo o lavando la ropa. Piden por la zona y, sobre todo, actúan como guardacoches alrededor de esa manzana, básicamente en la zona de bares de Nueva Torneo. también descansan junto al río, en los bajos del Puente de La Barqueta. Unos llevan varios meses y otros varios años en España. Proceden de Castilla, de Murcia, del Levante...
Uno de ellos accede a responder algunas preguntas, aunque con muchas reticencias y absolutamente a la defensiva. Dice que está solo, sin familia, que nació en el extrarradio de Bucarest, que tiene «más de 40 años» y que lleva unos meses en España, aunque su manejo del castellano hace pensar lo contrario. Especialmente cuando reivindica su «derecho a estar en Sevilla» y a sentarse «en un banco del parque, que no está prohibido». «Usted puede ir a Rumanía y nadie lo detiene -inquiere al periodista-. Ya somos ciudadanos europeos, ¿no?, así es que no entiendo por qué tienen que echarnos o detenernos».
Algunos de sus compañeros, no obstante, lavan la ropa en la fuente que está a unos metros. «No tienen otro sitio. El que tenga dinero tendrá su casa y su lavadora, pero nosotros no y por eso tenemos que movernos y buscarnos la vida. Cualquiera puede ganarse la vida si no hace nada malo, ¿no? Aquí, aparcando coches o pidiendo, se gana más dinero que trabajando en mi país. Usted también se marcharía así».
¿Y por qué precisamente Sevilla? «Donde yo estaba antes, en la zona de Valencia, una familia de rumanos me dijeron que era mejor venir al sur o a la parte de Sevilla, porque te dejan más tranquilo y la Policía no te da palos para echarte de los sitios, no es tan dura. Aquí se puede estar mejor y también me dijeron que si estás un tiempo te buscan una casa. De todas formas, a lo mejor voy a Madrid dentro de poco».
«Nosotros nos movemos para buscarnos la vida, como todo el mundo, como usted. Y las leyes permiten venir a España. ¿Que molestamos? Cada uno tiene su forma de vivir, pero si no robamos ni matamos a nadie... A algunos les han dicho que en el albergue no hay sitio, pero es que hay hasta embarazadas y algo hay que hacer. Han venido del Ayuntamiento a contarnos historias de buscar trabajo y eso, pero ¿quién va a contratarme a mí?».
http://sevilla.abc.es/20070810/sevil...708100312.html
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