La Policía achaca al éxodo de rumanos de Italia el repunte de los asaltos en Centro
CARLOS HIDALGO. MADRID
«Éstas están siendo las peores Navidades de la historia». Así de categóricas son las declaraciones de funcionarios de la Policía Nacional que trabajan en el centro de la capital. Dicen que el repunte de la delincuencia en el distrito, ya de por sí una constante en estas fechas prenavideñas, está siendo aún mayor este diciembre. Cada vez hay más bandas de ladrones y, lo que es peor, muchas de ellas son de menores, especialmente rumanos.
En el centro, la Policía tiene controladas de diez a quince bandas de menores rumanos. Buena parte de los robos que se cometen en esa zona de la capital se deben a ellos. Muchos no llegan, ni siquiera, a adolescentes. Son niños, procedentes de los poblados de Peñagrande (Fuencarral-El Pardo) y la Cañada Real (Villa de Vallecas), así como de la zona más degradada de Valdemingómez. Y, en Navidad, con las bullas, las compras, el tránsito de turistas y el trajín diario, redoblan sus «fuerzas».
Leyes débiles
Pero las fuentes consultadas tienen muy clara otra razón, no menos importante: el endurecimiento de las leyes contra la inmigración rumana en Italia. «Y la debilidad de las españolas», añaden. Consideran que se está produciendo un éxodo de delincuentes rumanos a nuestro país y que eso se está notando en el día a día, desde hace no mucho. «Hay niños de estas bandas que no habíamos visto nunca». Han variado sus horarios y casi multiplicado por dos, para poder ser más efectivos.
Tan sólo los robos en cajeros automáticos han crecido un 1.000 por cien. Los suelen cometer estos menores, que han sido instruidos para ellos por sus propios padres. La técnica es sencilla, pero efectiva: los niños van un grupo de tres o cuatro. Se acercan a alguien que esté sacando dinero del cajero.
Cuando el usuario ha introducido su número secreto y ha oprimido la opción sacar dinero, uno de los menores se acerca y le distrae, bien propinándole un puntapié, haciendo amago de que le roba el bolso o mareándole con la venta de un periódico. Es en ese momento cuando otro menor teclea la cantidad que debe expedir el cajero. Lo que suelen hacer es pedir 300 euros, que es uno de los topes que han marcado algunos bancos, a raíz de los numerosos robos que se están produciendo. Cuando la víctima se percata, los menores ya están huyendo con el dinero.
«Hay un niño de unos 11 años que suma 19 robos», comentan en la Policía, y recuerdan uno de los últimos casos, de hace apenas unos días, cuando atraparon a un niño de 8 años con dos teléfonos móviles escondidos en los calzoncillos.
Con semejante panorama, la comisaría de Centro, la de mayor carga de trabajo de Europa y la segunda del mundo, espera batir su propio récord de detenciones al finalizar este año, con un total de 7.000. El 93% son extranjeros.
Pero los mayores de edad procedentes de Rumanía tampoco le van a la zaga. Tienen residencia legal en España desde el pasado 1 de enero, pero no por ello libertad para trabajar como cualquier otro comunitario, hasta que no se elimine la moratoria que pesa sobre ellos. Y eso provoca situaciones de exclusión social, que deriva en muchos casos en delincuencia
Los grupos de delincuentes adultos van en grupos más reducidos y se dedican, sobre todo, a robar en perfumerías y tiendas de moda del centro. Buena parte de las colonias y fragancias las mandan por correo a su país, donde triplican el valor. El «modus operandi» es antiguo: forrar con papel de aluminio el interior de bolsos y meter ahí los productos robados, burlando los detectores de seguridad de los comercios. El destino de la ropa robada es variado. Parte de las prendas se las quedan los propios ladrones. Los productos electrónicos sustraídos, como ordenadores y cámaras, se los venden a camellos árabes y algunos locutorios de Lavapiés, y así sacan dinero para pagar el alquiler. Pero quizá lo más curioso es que la ropa de marca que roban por las mañanas se las venden a prostitutas que ejercen en locales de alterne del centro, puesto que estas mujeres necesitan ir lo mejor vestidas posible para trabajar.
Todo esto arroja el siguiente dato: en noviembre y diciembre, los robos están creciendo en torno a un 150%, hasta alcanzar la media de 150 delitos de este tipo al día. Y eso son sólo los que se denuncian.
http://www.abc.es/20071213/madrid-ma...712130257.html
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