Lo único bueno que tiene Evola es lo que copia, a su pesar, de la Tradición Católica. El tema de la Montaña es algo que la mística católica de siempre que Evola pretende paganizar. La mejor y casi exclusiva crítica a la modernidad siempre fue la de la Iglesia Católica, hasta el CVII. Por lo demás Evola no es más que un cabalista superidealista.