Gracias por vuestros libros, los incluiré en la bibliografía je je ej.
Gracias por vuestros libros, los incluiré en la bibliografía je je ej.
"El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros".
http://fidesibera.blogspot.com/
Aquilífero se me olvidaba:
La biografía de Fouche la leí hace tres años. Ese tipo era una máquina. Al margen de ser lo que fue, lo respeto bastante. Fue capaz de sobrevivir a toda la Rev y además conseguir la nobleza y tener un retiro algo decente.
"El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros".
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Maza: en el caso de Fouché, quisiera aclarar para no dejar lugar a dudas que más que conseguir la "nobleza", lo que logró fue un título nobiliario que no merecía por asesino y criminal. No se puede conseguir lo que NO se tiene, aunque se compre. Fue -y es- un modelo para la policía política de todos los tiempos y de todos los signos. Un intrigante y una serpiente.
En cuanto a la relación masonería-revolución. Las investigaciones de Agustín Cochin sobre la Revolución -sirviéndose de documentos de la época, que se conservan al parecer bastante bien en Francia- puso de manifiesto que las grandes figuras revolucionarias como Mirabeau o Danton se camuflaban bajo la partícula indeterminada "on" en francés: en la génesis de cada episodio revolucionario se constataba la presencia de fuerzas que no eran ni las personalidades de la misma revolución ni la masa manipulada por la misma, sino "sociedades secretas", como la francmasonería.
El abate Barruel nos lo mostró con clarividencia en sus "Memorias para servir a la Historia del Jacobinismo".
"El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros".
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El genocidio francés ha sido "ocultado" deliberadamente durante estos 220 años transcurridos, bajo el manto masónico de los derechos humanos y demás zarandajas para engatusar a los ignorantes. Fue un crimen de lesa humanidad y, por tanto, es imprescriptible. Dado que no se puede sentar a sus actores en el banquillo, pues no nos vamos a comportar tan neciamente como cierto juececito-estrella, si es importante que cada vez que se narren, comenten, estudien, se realicen trabajos, o se participe de conferencias, debates, etc., se le llame por lo que fue: genocidio.
Esto supone que se entrará en polémicas, pero qué se le va a hacer, hay que desenmascarar los hechos y su realidad. Recuerdo que hasta hace muy poco tiempo no se le ha empezado a aplicar su mención verdadera, pero está ganando adeptos muy rápidamente y hay que seguir.
Desde luego, todas las fuentes recomendadas son excelentes, aunque tengo debilidad por Pierre Gaxotte, y es que su testimonio es más que historia.
También son muy importantes las Reflexiones sobre la Revolución francesa (1790) de Edmund BURKE, inglés y gran defensor de los colonos americanos y de los católicos irlandeses. Arremete sin piedad ni cuartel contra esa revolución... "La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano" provoca sus sarcasmos más vehementes. No es un historiador, es un filósofo de las ideas políticas que vivió en directo aquel horror. Te lo aconsejo para tu trabajo sin ninguna duda, porque apoyándote en él podrás rebatir cualquier oposición lobotomizada que puedas encontrar.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Excelente, Maza y Ordóñez (os pillo parte de vuestras aportaciones para hacerme un pupurri o resumen)![]()
"De ciertas empresas podría decirse que es mejor emprenderlas que rechazarlas, aunque el fin se anuncie sombrío"
Hay una ilustración de un artista francés del año 1898 que seguro que te podría interesar utilizarla:
El resultado de la Revolución Francesa a través de los ojos del artista francés Caran d'Ache. El agricultor, en primer lugar oprimido solamente por la nobleza, ha de soportar ahora más cargas que antes, con el judío en la cima.
"The French Revolution : Before and After," Caran d'Ache, 1898.
"Donau abric a Espanya, la malmenada Espanya
que ahir abrigava el món,
i avui és com lo cedre que veu en la muntanya
descoronar son front"
A la Reina de Catalunya
A lo dicho por el amigo Valmadian, añado las Consideraciones sobre Francia del conde de Maistre.
Y también esto:
" UNA FAMILIA DE BANDIDOS EN 1793 ", J. CHARRUAU
Una Familia de Bandidos - Gaudete
Gracias a la gentileza del amigo falc, recibí esta fundamental obra gratuitamente. Una vez más amigo, muchas gracias. Me ha confortado muchísimo tu regalo.
Estamos ante las memorias de Mª de Saint-Hermine, la cual fue criada con la noble y valerosa familia de Serant. Nos situamos en el castillo de Bois-Joli, en la Vandea que apuraba el último cuarto del siglo XVIII, y cuyos hijos fueron los más tenaces en oponerse a la Revolución que no sólo acabaría asesinando a Sus Majestades Cristianísimas, sino que también provocó el primer gran genocidio de la modernidad, que se dice muy pronto. Las memorias fueron recogidas por C. Rambure, nieto de Dª María, y tras su muerte, fueron publicadas por el Padre J. Charruau.
Tengo leído algo sobre la Contrarrevolución Francesa, y a veces, hay determinados aspectos que nunca he acabado de entender. Bien, pues con el estilo de estas memorias, muchas de esas lagunas se me han disipado. En contra de lo que algunos puedan pensar, no es un libro que destile rencor o revancha, sino por el contrario, escrito desde la más humilde Fe e implorando el perdón, la caridad y la misericordia; en la defensa de un pueblo que no comulgó con ruedas de molino, y que en alianza interclasista levantó sus banderas en pro de la Religión Católica y de la Monarquía Francesa, cuando la Revolución se mostraba triunfante ya en no pocos pagos gálicos. Puede que en un principio, uno se encuentre ante un lenguaje en extremo " dulcificador ", propio quizá ( A riesgo de que me aticen ) del carácter femenil, y evocador de los momentos más felices de la vida, que suelen oscilar entre la infancia y la adolescencia. Pero aun así, es de valor explicativo frente a lo que fue la intrahistoria de muchas familias francesas prerrevolucionarias; y luego, el sufrimiento y la epilepsia constante que se trajo en nombre de la república. Algo así como la memoria histórica.....Por supuesto, también hubo iglesias quemadas, sacerdotes y seglares asesinados por su Fe, patrimonio artístico y popular destrozado, una sociedad anulada, el intento de un gobierno de hacer una " iglesia nacional ", la copia de los ritos cristianos, siendo traspasados burdamente por el cariz masónico...La negación del pan y la sal, el dejar morir a bebés de hambre porque es que iban a ser semilla de aristócratas.....No, no es un thriller, sino la realidad que vivió Francia, la realidad que nos regala la Revolución, siempre enseñando su totalitaria y carcelera faz. Los que a día de hoy nos quieren convencer de una suerte de " lucha a muerte atávica sin reconciliación entre liberalismo y socialismo " ( Lo mismo que lo del judaísmo y el islam ) demuestran tener menos vergüenza que un cochino criado con leche.
No sólo es la memoria íntima, sino que está muy bien descrito el desarrollo político-militar de la chuanería. Las situaciones de auténtico terror impuestas desde el poder revolucionario me hace recordar a las crudas escenas descritas por Alexander I. Solzhenitsyn sobre la Revolución Rusa; y es que ya cuando leí a Pierre Gaxotte, o bueno, cada vez que leo algo sobre la Revolución Francesa, cada vez me recuerda más a los hechos de Rusia. Por cierto que la república francesa, para moverse por el país, ya empezó a exigir certificados de civismo....¿ Nos suena, verdad ? Y quien no acata la tamaña injusticia, y por la contra, muestra la fidelidad del macabeo, es tildado de " bandido ". " Briganti " fueron llamados los realistas napolitanos, y semejante epíteto ha sido colocado desde el carlismo español a la Sönderbund suiza o los rusos blancos. Ya saben: Todo es relativo, menos lo que piense el iluminado de turno.
Es un libro esencialmente necesario por muchos factores: Por la historia que nos han escamoteado, por la leyenda rosa revolucionaria que nos han vendido, cuyos efectos ya vemos en este mundo feliz....Un libro para entender una vida entregada a la Santa Fe hasta las últimas consecuencias. Un libro de valores, de familia, de amistad, de camaradería, de dolor, de lucha, de dificultad, de aspereza....Un libro para entender los errores que asolaron a la Vandea, a toda la Francia, y la criminalidad intrínseca de la Revolución que acabó desquiciando a lo que quedaba de la malherida Cristiandad tras la nefasta paz de Westfalia. Un libro para entender lo que es la fidelidad a la Santa Causa. Unas memorias sobrecogedoras, hundidas en las raíces de un mundo que nos arrebataron con la sangre de muchísimos inocentes. Un libro del pasado cuya enormidad servicial resulta ejemplar para el presente y el futuro. La misma Doña María lo vivió en sus carnes, desde los felices días de Bois-Joli hasta la pobreza más extrema. Mas el valor, la audacia, el arrojo y la Fe que demostraron aquellos chouans fue lo mismo que guió la senda de esta gran señora, que fue inasequible al desaliento hasta criar a sus nietos en la Santa Tradición de sus mayores. Un ejemplo más de que la Fe mueve montañas, en el ardor de un pueblo amante de la libertad que le fue usurpada, en una mujer que sufrió la tragedia ( Eso es la Revolución: TRAGEDIA ) en su persona, en su familia, en su patria, y que con brillantez supo inmortalizarlo.
Si queremos comprender por qué nuestro mundo es así, por qué sigue inmóvil, y si queremos aprender de la lucha de los mayores, y si encima queremos buena literatura, descripciones ricas y verbo inflamado a la par que dichoso, estamos ante una obra IMPRESCINDIBLE. Y desde aquí, mandar un efusivo y tradicionalista saludo a José Antonio Ullate, así como la felicitación y el agradecimiento que merece su aventura editorial.
* Más referencias:
COPE - "Una familia de bandidos en 1793", de Juan Charruau
Arbil, nº120 Una familia de bandidos en 1793: genocidio y ...
Núcleo de la Lealtad: Editorial “Gaudete”. Lecturas católicas para ...
* Véase también:
LA SANTA ALIANZA: " LA CONTRARREVOLUCIÓN LEGITIMISTA ( 1688-1876 ...
LA SANTA ALIANZA: " LA REVOLUCIÓN FRANCESA ", DE PIERRE GAXOTTE
Siempre que me hablan de la revolución francesa, me vienen unos pensamientos algo pecaminosos sobre esta mentira histórica que pervive durante siglos.
Mis pensamientos son fáciles de entender y que compartiré con vosotros, como decía siempre que sale el tema en cuestión, la imagen en mi cerebro es recurrente y es la siguiente: "Que algunos de esos revolucionarios cuando se subían al cadalso para reírse de sus victimas, el artefacto inventado por Monsieur Dr. Joseph Ignace Guillotin, se desmoronaba y que la cuchilla al caer, cortaba de cuajo las zonas nobles de alguno de esos supuestos revolucionarios".
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Mi honor, la lealtad,
mi fuerza, la voluntad,
mi fe, la catolicidad,
mi lucha, la hispanidad,
mi bandera, la libertad,
mi arma, la verdad,
mi grito... ¡despertad!
mi lema... ¡¡Conquistad!!
No la invento Guillotin, sino que la puso de moda por su muerte indolora(una milésima de segundo) y por su higiene. La guillotina ya ese utilizaba en el Sacro Imperio Germánico. A mi lo que siempre me ha llamado la atención es que los que proclamaron los derechos inalienables del hombre a la vida son los que le cogieron mas gusto a la guillotina.
"Historia de la guillotina"
Su nombre proviene del cirujano francés, Dr. Joseph Ignace Guillotin, diputado en la Asamblea Nacional, que la recomendó para su uso en las ejecuciones en sustitución de los métodos tradicionales; de ahí deriva el nombre de guillotina. Sin embargo, no fue su inventor, puesto que máquinas parecidas ya se habían utilizado en Bohemia durante el siglo XIII, Alemania (llamada Fallbeil), Escocia (la Maiden de Edinburgo), Inglaterra (el gibbet de Halifax) y los Estados Pontificios desde el siglo XV. En Italia se la conocía con el nombre mannaia, según la descripción publicada en 1732 en Viajes a España e Italia, del padre jesuita Jean-Baptiste Labat, y en el Voyageur français, del abate Joseph Delaporte, publicado en 1777.
Para evitar al condenado sufrimientos inútiles, Guillotin propuso a la Asamblea (octubre de 1789) la adopción de la máquina, pero no fue escuchado. Insistió y pidió al secretario de la Academia de Cirugía, el Doctor Antoine Louis, que diseñara una máquina basada en las ya existentes en otros países europeos. La fabricación fue encargada al factor de clavicordios alemán Tobias Schmidt, asesorado por su amigo el verdugo de París Charles-Henri Sanson. En abril de 1792, fue ensayada primero con ovejas y luego con cadáveres en el hospital de Bicêtre, en París. Antoine Louis modificó la cuchilla horizontal por otra con forma oblicua, de mayor efectividad en el corte.
La Asamblea Nacional adoptó el uso de la guillotina a fin de que la pena de muerte fuera igual para todos, sin distinción de rangos ni clase social. En efecto, hasta entonces sólo los miembros de la aristocracia tenían el privilegio de ser ajusticiados sin agonía: eran decapitados con una espada o un hacha. En un principio, Marat había apodado la máquina Louison o Louisette (diminutivo femenino del apellido Louis).
El primer ajusticiado de esta forma fue un bandido llamado Pelletier, el 27 de mayo de 1792. La última ejecución efectuada en Francia con este método tuvo lugar el 10 de septiembre de 1977; el ajusticiado se llamaba Hamida Djandoubi y era un inmigrante tunecino que había asesinado a su compañera. La leyenda según la cual el doctor Guillotin hubiese muerto guillotinado es falsa; falleció de un ántrax en su domicilio en 1814.
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Mi honor, la lealtad,
mi fuerza, la voluntad,
mi fe, la catolicidad,
mi lucha, la hispanidad,
mi bandera, la libertad,
mi arma, la verdad,
mi grito... ¡despertad!
mi lema... ¡¡Conquistad!!
Hombre se dice que fue el inventor de la guillotina por la explicación anterior.
Sería lo mismo afirmar ó decir que el hombre fue el inventor de la rueda, aunque hay especialistas en la materia que afirman muy severamente que fue un pitecantropus erectus que no deja de ser un mono.
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Mi honor, la lealtad,
mi fuerza, la voluntad,
mi fe, la catolicidad,
mi lucha, la hispanidad,
mi bandera, la libertad,
mi arma, la verdad,
mi grito... ¡despertad!
mi lema... ¡¡Conquistad!!
Inicio / Cultura Lo hizo en «Los dioses de la Revolución», que permanecía inédita en español Christopher Dawson demostró por qué la Revolución Francesa fue letal para la civilización cristiana
La cultura occidental, sostenía Dawson, tiene que buscar en el cristianismo una guía y una ayuda para restaurar la unidad moral y espiritual de nuestra civilización.
La presencia en el panorama cultural hispano del historiador y ensayista galés Christopher Dawson (1889-1970), convertido al catolicismo en 1914, ha vivido profundos altibajos, aunque su filosofía cristiana de la cultura y de la civilización dejó y mantiene una profunda huella.
Leopoldo Eulogio Palacios (1912-1981) le "descubrió" en 1934 desde las páginas de Acción Española. En los años 50 y 60 vive su apogeo de publicaciones y debates e incluso de presencia física, con cinco intensos meses de conferencias y cursos en España en el otoño e invierno de 1951-52. En esa época es también traducido y editado en Chile, México y Argentina. Llegan luego treinta largos años de ausencia, hasta su resurrección a partir de 1991.
En la primera mitad del siglo XX publicaron sus principales obras un grupo irrepetible de pensadores católicos o anglocatólicos británicos: Hilaire Belloc (1870-1953), G.K. Chesterton (1874-1936), T.S. Eliot (1888-1965), J.R.R. Tolkien (1892-1973), C.S. Lewis (1898-1963), Christopher Dawson (1889-1970, en la foto), Roy Campbell (1901-1957), Evelyn Waugh (1903-1966)...
Acaba de publicarse, por primera vez en español, una de sus obras más representativas: Los dioses de la Revolución (Encuentro), con prólogo de otro gran filósofo de la Historia contemporáneo suyo, Arnold Toynbee (1889-1975). El traductor y responsable de la edición es Jerónimo Molina Cano, profesor titular de Política Social en la Universidad de Murcia.
El profesor Jerónimo Molina destaca la "trayectoria rectilínea" de la obra de Dawson, que "no conoce ni enmiendas ni rectificaciones, sino la modulación, a lo largo de más de medio siglo, de su tesis central: el sustrato religioso de toda civilización y en particular de la cristiana".
Molina destaca la importancia de este ensayo para comprender lo que pasó en 1789 y su trascendencia posterior: "Es algo más que un libro sobre la Revolución, su preparación y sus consecuencias. Lo que da coherencia a sus páginas, en las que se remonta al siglo XVI para descubrir las fuentes del pensamiento revolucionario europeo hasta llegar a la última postguerra mundial, es el desarrollo de su idea de que la religión es el germen de toda civilización, y que en circunstancias excepcionales la religión se expresa imperiosamente por cauces bastardos. Lo que el autor ofrece es una interpretación religiosa del cataclismo revolucionario francés".
-¿Cómo se prepara intelectualmente la Revolución?
-La Revolución Francesa, como otros acontecimientos equivalentes digamos desde el punto de vista de la historia universal (desde la caída de Roma o Constantinopla hasta la caída del Muro de Berlín), es el resultado un proceso en el que confluyen factores muy diversos. Entre ellos destacan sin duda los de índole intelectual y mucho más los espirituales. Consideración aparte merece la Revolución como fenómeno histórico irrepetible. Ciertamente pudo acaecer de otro modo, pero en la medida en que ha tenido lugar es algo irreversible. Pero que sea irreversible no quiere decir fuera necesario.
-¿Por qué?
-Yo, que pienso que la historia está siempre abierta, lo veo así. Supongo que la razón no es tan astuta como pretende Hegel. La Providencia divina es otra cosa…
-¿Qué otros factores intervinieron?
-En la preparación de la Revolución desempeña un papel decisivo la Reforma, la gran aceleradora de la mundanización o secularización de la cultura. Después, en el terreno trabajado previamente por los reformadores religiosos, prenden el liberalismo y la cultura individualista burguesa. Paradójicamente, la combinación de individualismo y capitalismo en todas sus formas (mercantilismo, fisiocratismo, librecambismo) es carburante para el Estado, la institución que hace tabla rasa con las tradiciones de Europa. Hay que contar también con la influencia de escritores y filósofos concretos.
-¿Por ejemplo?
-Un ejemplo: Rousseau. El gran intérprete del liberalismo en términos religiosos y padre él mismo de la religión democrática tiene mucho más de escritor reaccionario que de otra cosa. Lo que no impide que sea el prescriptor moral de las generaciones europeas desde mayo del 68. Y luego están, volviendo a París, las desafortunadas medidas políticas del rey (reapertura de los Parlamentos) o su débil carácter.
-Todo eso tuvo que prender por algo. ¿Cuál fue la chispa?
-Es la cuestión religiosa, en cierto modo, la que transforma la Revolución o, tal vez, la que clarifica su sentido. Pues la Revolución, que comienza en realidad como revolución liberal, inaugurando en Europa la serie de las revoluciones del movimiento constitucionalista (¡una ideología jurídica tan arraigada que se explica en las cátedras universitarias de Derecho constitucional!), termina convirtiéndose en una revolución para cambiar la sociedad y gestar al hombre nuevo. Las consecuencias de la ley de la constitución civil del clero de julio de 1790 son en este sentido extraordinarias, pues se pretende no sólo nacionalizar el sentimiento religioso como hace Enrique VIII en Inglaterra, sino refundar la Iglesia católica sometiendo a los obispos y sacerdotes a procedimientos de elección democrática y rediseñando las diócesis sobre el modelo político-territorial de los departamentos.
-Dawson presenta en la Revolución dos impulsos, uno ateo o agnóstico, secundario, y otro principal, religioso, pero de una religión inversa a la religión tradicional, católica...
-Efectivamente. También en este punto hay dos revoluciones que son procesos distintos. Del mismo modo que hay una revolución liberal y una revolución democrática que se suceden y contradicen, hay una revolución anticlerical que aspira a remover la posición o privilegios de la Iglesia católica y a la cual sucede una revolución que se presenta como sustituto de la religión, es decir, como una nueva religión, una religión política.
Christopher Dawson junto a otro católico, el actor Sir Alec Guinness (1914-2000).
-¿Qué es una religión política a esas alturas del siglo XVIII?
-A diferencia de las religiones políticas de la antigüedad, que modulan o parasitan la creencia, las religiones políticas de nuevo cuño la sustituyen: no por la increencia, pues es imposible, sino por una religión sucedánea. Esta es en realidad la tesis que sostiene Christopher Dawson en su libro Los dioses de la Revolución.
-¿Con qué consecuencias?
-Probablemente, es el impulso pseudorreligioso de la Revolución lo que cambia el plano de la mundanización de la cultura: desde entonces el mundo deja de ser objeto de la secularización y pasa a serlo, directamente, de la profanación. Algo de lo que hablaba hace años un compatriota nuestro, Francisco Javier Conde, una de las grandes inteligencias políticas españolas del siglo pasado, a una distancia sideral (¿habrá que recordarlo?) de lo que hoy, abusando de los nombres, llaman otros en España “pensamiento político”.
Francisco Javier Conde (1908-1974) coincidía con Dawson en que la ola revolucionaria no secularizó, sino que profanó la cultura occidental, toda ella enraizada y embebida de cristianismo.
-El Terror es el periodo icónico de la Revolución. ¿Es también el que la define esencialmente?
-La Revolución, particularmente el Terror, es un verdadero cataclismo histórico. El Terror no es solo el instrumento político de los líderes revolucionarios, sino que en él está la esencia de la Revolución. También por este lado la Revolución es un desastre absoluto. Calcando el diálogo de dos personajes de una famosa película de Jean Renoir bien se puede decir: “Terrorismo… ese bonito regalo de la Revolución Francesa”. Desde entonces, todo el mundo sabe que el terror puede convertirse en política de Estado. Ahí está para recordarlo el otoño español de 1936. La analogía histórica entre Marat y Santiago Carillo, responsables políticos y morales de miles de asesinatos, sobrecoge a cualquiera.
-¿Por qué la religión revolucionaria, el culto al Hombre, puede resultar tan inhumana?
-Porque el Hombre, dicho así, como categoría universal, no existe. Es una invención, una proyección del hombre nuevo al que todo debe quedar supeditado. Un ídolo ante el cual debe la humanidad doliente expiar sus culpas.
-¿Es “cristianizable” la Revolución Francesa?
-De ningún modo. ¿Se puede cristianizar el marxismo-leninismo? No dudo que haya gente que lo crea honestamente. Por eso se inventó Cristianos por el Socialismo y otras especies intelectuales teratológicas.
-¿Y lo son los Derechos Humanos de matriz revolucionaria?
-Tampoco. Pero es que no hay otros. El cuño de los derechos humanos es el de la Revolución. Salen de ahí. ¿Acaso no han sido los derechos humanos los que han desplazado a una posición secundaria y excéntrica al Derecho Natural, del que casi todos se han olvidado? Michel Villey lo explicaba muy bien. Por otro lado, a mí me da qué pensar que una parte de la Iglesia docente, desde hace unos cuarenta años, se dedique casi exclusivamente a la catequesis de los derechos humanos.
Fuente:
Christopher Dawson demostró por qué la Revolución Francesa fue letal para la civilización cristiana - ReL
Para ampliar sobre el tema hay buenos libros.
En especial podemos encontrar este en PDF, gratis en la Red: LA CARA OCULTA DE LA HISTORIA MODERNA de Jean Lombard (en 4 Tomos, de unas 500 pgs. cada uno):
Tomo I : http://www.google.es/url?q=http://do...46YBG53sJXF4Kg
Tomo II : http://www.google.es/url?q=http://do...ih0TzWXIztcQlQ
Tomo III : http://www.google.es/url?q=http://do...4WKx9t65nPgBmQ
Tomo IV: Download This PDF eBooks Free
No hay que olvidar que el lema de la Revolución "francesa" era: "libertad, igualdad, fraternidad o muerte", si bien este último término suele omitirse hoy por no ser conveniente (políticamente correcto), sin embargo la usaron con abundancia (la represión de la región de la Vandée fue espeluznante, por ejemplo).
Y el lavado de cerebro de los mass media ha hecho bien su trabajo, hoy los franceses cantan, enaltecidos la Marsellesa y celebran el 14 de julio como un día de exaltación patriótica, cuando en realidad fue un triunfo del poder judío y masónico sobre Francia.
Pero ... así es cómo nos venden y escriben hoy la historia.
Última edición por donjaime; 25/01/2016 a las 17:20
MARIE-ANTOINETTE.
Todo muy lindo, desfile, aviones, banderas, etcétera y demás. Pero. Ese 'Pero' de Juan Abreu. En La Bastille lo que había era una prisión casi convertida en hospital psiquiátrico en la que quedaban cuatro locos piojosos contando al Marqués de Sade, ladilloso, botándose treinta pajas por día y escribiendo algunas líneas entre una y otra. De otro lado, no sólo le cepillaron la cabeza a Louis XVI, que no era más que un cerrajero, más amante de las cerraduras que de la vagina de su esposa, a la que siempre llamaron La Austríaca o La Extranjera, con la que se casó, o casaron, en un matrimonio político, siendo ella una adolescente. Así y todo tuvieron hijos...
A Marie-Antoinette, casi inmediatamente después del 14 de julio de 1789 la condujeron con la familia a una residencia vigilada en Las Tullerías. En 1791 la encerraron en Le Temple, La Conciergerie, una prisión de trato y construcción medioeval. En una ergástula aparte enrrejaron a Marie-Thérèse, su hija adolescente. Y en otra al delfín Louis-Charles, futuro y efímero Louis XVII, 10 años de edad.
A Louis-Charles los revolucionarios lo emborrachaban a diario y lo manipularon psicológicamente hasta la saciedad. Obligaron al niño a declarar en el juicio contra Marie-Antoinette, su madre, y a afirmar que mantenía relaciones sexuales con él y con sus hermanos. Louis-Charles llegó completamente borracho, aterrado, escoltado, y declaró lo que le obligaron a declarar. Tocó después el turno a su hermana, a la que también confundieron, y supuestamente drogaron, y obligaron a declarar lo mismo. Marie-Thérèse, la única sobreviviente, vivirá con ese hondo, agudo e imborrable dolor toda su vida.
Por más que la autodefensa de la Reina fue brillante, emocionante, clara, y sobre todo muy valiente (he leído y releído su declaración y autodefensa propia, así como casi todos los documentos originales de la época en la Biblioteca Nacional de Francia, y en otras bibliotecas), su destino estaba sellado. Todos sabemos dónde acabó la erguida y graciosa cabeza de Marie-Antoinette, en un cubo de madera sanguinolento.
Poco tiempo más tarde Louis-Charles morirá de una tuberculosis generalizada de los pulmones a los huesos, los dolores, según cuentan los documentos históricos, fueron horrendos. El pequeño rey murió sin ningún tipo de contemplaciones, en la más tremebunda de las soledades, reconcomido por el pavor, en medio de visiones espantosas. Marie-Thérèse, su hermana, ignoraba lo ocurrido y lo ignoró durante mucho tiempo, hasta que un alma piadosa se prestó a contárselo.
Desde hace tiempo muchos se preguntan: ¿era la Reina tan descerebrada, frívola y ligera como se ha querido imponer para la eternidad? De ninguna manera, concluyo yo. He aprendido a sentir un gran afecto por Marie-Antoinette, La Austríaca, La Extranjera, y mientras más leo sobre ella, más la admiro y aprecio. Pobre mujer, lamentada Reina.
Zoé Valdés
Retrato de Marie-Antoinette, pintado en 1769 por Joseph Ducreux.
https://www.facebook.com/photo.php?f...5967872&type=3
Dos siglos después, Francia descubre los restos de quinientos guillotinados
Han sido hallados, tras varios años de investigaciones, en la Capilla Expiatoria, ubicada en la plaza Luis XVI de París
La Capilla Expiatoria, en París, donde se han encontrado los restos de 500 guillotinados en París - ABC
Juan Pedro Quiñonero
Corresponsal en París
Actualizado:01/07/2020 13:41h
Doscientos veintisiete años más tarde, Francia sigue descubriendo los restos humanos del Terror revolucionario (1793-1794), “perdidos” y “ocultos”, hasta ayer mismo, en un recoleto jardín parisino, a dos pasos de los grandes almacenes de la capital, glosado en su día por un patriarca del canon literario español, José Martinez Ruiz, Azorín.
Tras varios años de investigaciones, se han descubierto, ocultos en la Capilla Expiatoria, durante más de dos siglos, los huesos de más de 500 franceses guillotinados en la antigua Plaza de la Revolución, la actual Plaza de la Concordia.
Robespierre guillotinando al verdugo después de haber guillotinado a todos los franceses. Grabado del siglo XIX
La Capilla Expiatoria, en la placita Luis XVI, fue construida entre 1815 y 1826 para rendir homenaje al monarca y su esposa, Marie Antoinette, guillotinados ambos en 1793. En esa capilla reposaron los restos mortales de los reyes de Francia, hasta su traslado a la Basílica de Saint-Denis.
La Capilla Expiatoria se construyó junto al antiguo cementerio de la iglesia de la Madeleine, muy próxima, en un barrio de compras cosmopolitas donde su encuentran varios grandes almacenes. Dos siglos más tarde, el actual administrador de la Capilla Expiatoria ha descubierto que más de quinientos hombres y mujeres, guillotinados, fueron enterrados y “ocultos” sus restos mortales entre varios muros del edificio. Y allí han seguido, “olvidados”, hasta hoy.
El Terror revolucionario (1793-1794) se cobró más de 40.000 muertes en toda Francia. Diez mil condenas oficiales, treinta mil “extra oficiales”. Muchos de aquellos cadáveres fueron depositados en las catacumbas de París, un osario que tiene un cierto público turístico, interesado por contemplar los huesos, debidamente “ordenados”, de más de seis millones de muertos de varios cementerios parisinos.
Dimensión histórica
Existen, así mismo, varios lugares donde se recuerda el entierro de muchas víctimas del Terror revolucionario. El descubrimiento de la Capilla Expiatoria tiene una cierta dimensión histórica y simbólica. Los restos mortales de una cierta élite, entre las víctimas, fueron “ocultados” junto a los ataúdes de los últimos reyes de Francia, en una capilla convertida en monumento nacional.
La guillotina de París, impresión holandesa del XVIII
Durante alguno de sus viajes y estancias en París, José Martinez Ruiz, antiguo enviado especial de ABC, durante la Primera Guerra Mundial, vivió en un hotel con ventanas que dan sobre la placita Luis XVI y la Capilla Expiatoria. Azorín consagró varios párrafos de simpatía, glosando la “paz y tranquilidad” del lugar, a dos pasos de una tienda de miel que le recordaba los perfumes mediterráneos de su pueblo natal, Monóvar, en la provincia de Alicante.
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Fuente:
https://www.abc.es/cultura/abci-sigl...0_noticia.html
La atroz persecución a la Iglesia en la Revolución Francesa. Por Javier Navascués Pérez
Javier Navascués - 12 agosto 2019
A lo largo de la Historia ha habido grandes revoluciones por odio a la fe para socavar los cimientos de la cristiandad. Los cristianos han sido perseguidos con saña y crueldad. Numerosos mártires dieron su vida por defender la religión católica.
Una de las más importantes sin duda fue la Revolución francesa y la Ilustración, que intentó desterrar a Dios de la sociedad y entronizar a la diosa razón y al hombre como la medida de todas las cosas. Justamente la antítesis de la sociedad teocéntrica medieval, que fue la época de mayor esplendor de la cristiandad.
La Revolución francesa, como todo en la vida pasó, pero el veneno de sus ideas inmanentistas permanece hasta nuestros días y se entremezcla con la ponzoña de otras grandes revoluciones como la comunista o la de mayo de 68.
D. Javier Paredes, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá, nos habla en profundidad del feroz ataque que supuso la Revolución Francesa a la cristiandad y sus graves consecuencias.
¿Cuál fue el caldo de cultivo en Europa en el que se fue fraguando la revolución francesa ya desde siglos atrás?
La cultura de la cristiandad representada por Santo Tomás de Aquino entiende un punto fundamental, que Dios es creador y providente. Dios ha creado al mundo, ha creado al hombre y por lo tanto el hombre es una criatura dependiente de Dios, que debe obedecer sus mandatos. Dios ha creado al hombre para que le sirva, le ame y después sea feliz con él en el Cielo. Este concepto se rompe en el siglo XVI por medio de Lutero que introduce una nueva idea frente al hombre como criatura: el hombre como ser autónomo. En su doctrina nos propone el libre examen que consiste en decir sucintamente que somos autónomos para interpretar las Escrituras, no necesitamos de ninguna autoridad eclesiástica que nos diga cómo interpretar la Palabra de Dios. Podemos prescindir del Magisterio y de la Tradición. Esto lo oyen los campesinos alemanes en 1525 y se hacen la siguiente composición de lugar: “Si nadie me puede decir a mí lo que yo tengo que hacer en materia religiosa muchísimo menos nadie me podrá decir lo que debo hacer en materia política”. Así surgen las revoluciones campesinas de 1524 y 1525.
Como Lutero necesita el apoyo de los príncipes alemanes para separarse de Roma escribe una obra que lleva por título Contra las hordas asesinas y ladronas del campesinado. Rectifica y afirma que eso del libre examen sólo es patrimonio del príncipe, no del resto de la población. Y propone exterminar como a perros a los campesinos sublevados y cómo consecuencia viene la represión del levantamiento campesino de aquellos años, que provoca entre 100.000 y 135.000 muertos en Alemania.
Así empiezan las guerras de religión en los Estados confesionales y se llega a una solución de paz en 1555, la paz de Augsburgo. Se adopta un nuevo lema: Cuius regio, eius religio, que quiere decir según sea la religión del rey, así va a ser la religión de los súbditos.
¿Cuál es la situación concreta en Francia el año de la Revolución francesa?
En 1789 en Francia reina Luis XVI y en la Iglesia Pío VI. Francia tiene en esos momentos 26 millones de habitantes, de los cuáles prácticamente todos son católicos excepto 500.00 protestantes y 40000 judíos. Los católicos se distribuyen en las 139 diócesis que tiene Francia en esos momentos. Hay 40000 parroquias atendidas por 70000 sacerdotes seculares. Hay además 30000 religiosos y 40000 religiosas. La religión católica no es una religión intimista, sino una religión sacramental que precisa de los sacerdotes para confeccionar y distribuir los sacramentos. Por lo tanto, la persecución va a ir dirigida contra los sacerdotes. A cada sacerdote le toca atender a unos 360 habitantes. Hay en Francia unos 25 millones y medio de católicos practicantes, que reciben los sacramentos, cumplen con el precepto dominical y con el pascual. Es un clero con buena formación doctrinal y con buenas costumbres con respecto a lo que sucedía en épocas pasadas. Aunque es un clero que empieza a hacer ciertas concesiones que se traducen en la falta de austeridad y en la falta de piedad. Las crónicas de entonces dicen que en algunos monasterios benedictinos ya se permite tomar té y café y que incluso salen a fumar al Sena por las noches. Cuando el clero afloja en la austeridad también afloja en la piedad. Por eso luego veremos a algunos clérigos comprometidos en la destrucción de la Iglesia. La iglesia se ocupa de la atención de hospitales y sobre todo de la enseñanza.
La situación del clero en Francia está regida por la Alianza del Trono y el Altar…
Así es, pero ello no quiere decir que se confundan el ámbito secular y el ámbito eclesiástico. En este ambiente quien domina la opinión pública son los enciclopedistas. Diderot escribe una novela de gran difusión en Francia titulada La religiosa. Afirma que en los conventos las religiosas están a la fuerza. Incluso en esta novela acusa a los mismos padres de encerrar a sus hijas en el monasterio, cosa a todas luces falsa. Lo que ocurre es justo lo contrario que suelen los padres los que impiden la entrada en el convento de sus hijas. Además, se empiezan a difundir una serie de ideas que podemos encontrar en los cuadernos de quejas del clero de Paris. Aquí vemos que Francia escribe la revolución antes de hacerla. En los cuadernos de quejas hay ya ideas inspiradas por sociedades y logias masónicas. En el cuaderno de quejas del Chalet de Santón una de las cosas que se piden es que todos los clérigos se casen. Se escribe textualmente: “la ternura de sus esposas despertaría la sensibilidad de sus corazones, la gratitud y compasión propias de la naturaleza humana y que se han visto sofocados en los votos de castidad y obediencia en casi todos que los han pronunciado”.
Otra de las ideas que empiezan a surgir en esta época es lo que se conoce con el nombre de richerismo. Edmund Richer decía que, si bien los obispos descienden de los apóstoles, los sacerdotes son los descendientes de esos 72 discípulos que Cristo mandó a predicar por todo el mundo. Por lo tanto, tienen tanta autoridad los sacerdotes como los obispos. En el fondo lo que dice Richer es que la autoridad de los obispos frente a una reunión de sacerdotes queda diluida.
Otra cosa que se difunde entonces son las ideas galicanas que vienen a decir que la reunión de los obispos de una nación, concretamente de Francia, tiene tanta autoridad o más que la que tiene el Papa. De manera que así es como se llega a los Estados Generales donde queda diluido el poder de los obispos porque el estamento clerical entre sus diputados tiene 208 sacerdotes y sólo 47 obispos.
La fase siguiente es decretar que no se va a discutir por estamentos sino de manera individual (Juramento del Juego de Pelota 20-6-1789). Los Estados Generales el 30 de junio de 1789 quedan convertidos en Asamblea Nacional que se proponen dar a Francia una Constitución. Es decir, no nos sirven las leyes anteriores y se crea una Constitución. Esto va a afectar a la estructura de Francia, que como hemos dicho era la alianza del Trono y el Altar.
¿Cuándo empiezan a menoscabar de forma explícita los derechos de la Iglesia?
Mientras se redacta esta Constitución salen decretos importantes como fue la abolición del régimen feudal, de los derechos de los señores. Esto va a afectar a la Iglesia porque suprimidos los derechos feudales también se suprimen los diezmos. Uno de los nobles, hijo de Emile du Châtelet, famosa por ser matemática física y sobre todo por ser la querida de Voltaire, al quitarle los derechos de caza decide prohibir los diezmos, que era la contribución que los fieles daban a la Iglesia. De esta manera le quitabas a la Iglesia un recurso para poder vivir y afrontar sus necesidades.
Un obispo, Charles de Talleyrand dice que la Iglesia tiene muchas riquezas y que tiene que darlas al Estado para que éste las administre. Isaac Le Chapelier argumenta que no se le quitan los bienes a la Iglesia, sino que se recuperan porque la Iglesia no es dueña sino depositaria. A partir de ahora el depositario va a cambiar y es el Estado el que va atender a los pobres en sus necesidades.
Charles de Talleyrand, que no tuvo nunca vocación, deja el obispado y se convierte en uno de los políticos más importantes. Se acabó casando con Catherine Grand obligado por Napoleón. La feliz pareja se instala en el castillo de Valençay, donde abunda el lujo.
Talleyrand va a ejercer como obispo en la Fiesta de la Federación, que es una fiesta importante en este proceso de descristianización. Va a hacer la penúltima ceremonia como clérigo. Celebra en los Campos de Marte ante más de 100.000 franceses una Misa. Pero la Misa se celebra ya en el altar de la Patria. Vamos viendo como el Estado se va apropiando de la Liturgia católica y ahí es donde todos prestan el juramento a la nación. El siguiente paso es la prohibición de emitir votos solemnes a las órdenes contemplativas que no tienen utilidad social. Las que se dedican a la enseñanza y hospitales tienen votos simples y a estas de momento se les tolera hasta que Le Chapelier dicta una orden de la supresión de los gremios.
De los conventos masculinos es donde salen más religiosos. De los conventos femeninos apenas hay defecciones, se cuentan con los dedos de una mano. Una de las que sale es la Hna. Providencia, Margarit Hébert. Acabará casándose con el personaje más anticlerical y más radical de la revolución francesa Jacques-René Hébert, fundador de un periódico “Le Père Duchesne”. Este diario va a contribuir a transmitir ideas anti religiosas y va a contribuir a la persecución y las matanzas de los sacerdotes.
Perseguidas las órdenes religiosas nos quedaba el clero secular, el clero de las parroquias y eso se hace mediante la Constitución Civil del Clero, que convierte al clero secular en funcionarios. De manera que ahora los obispos los van a elegir las asambleas parroquiales sin que el Papa pueda decidir nada. El Santo Padre declara como cismática esta Constitución. El problema es que se obliga al clero a jurarla. Todos los sacerdotes deben jurar y acatar esta constitución.
Hay una división entre el clero juramentado y el clero refractario…
Sí, pero de todos los obispos que había en Francia sólo juran esta constitución 7 obispos y de ellos sólo 4 tienen una diócesis en propiedad.
Las cosas en Francia se complican en 1792 porque tiene lugar el asalto a las Tullerías y la proclamación del fin de la Monarquía y el principio de la República con Luis XVI en la prisión del Temple. Del 2 al 5 se producen las matanzas de septiembre. Masacran a la Guardia Suiza que custodia el Palacio y exterminan a unas 1300 personas de las cárceles de París, donde había muchos sacerdotes que no habían querido jurar la Constitución. Uno de los crímenes más conocidos fue el de una alta aristócrata, que estaba en la cárcel. Va a ser violada, descuartizada e incluso tienen el mal gusto de cortarle la cabeza, llevarla a un peluquero, clavarla en la pica y llevársela a María Antonieta de la que era muy amiga. Todo esto bajo el lema de Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Otro de los puntos clave en el proceso de descristianización de Francia es la introducción de la ley del divorcio y la laicización del Estado. A partir de ahora tendrán que dejar de llevar los registros de bautismo y de matrimonio. Los curas juramentados sólo podrán dar la bendición después de que se casen en el Ayuntamiento. Eso quiere decir que los sacerdotes juramentados están obligados a bendecir gente que se haya divorciado o incluso sacerdotes ya casados.
Es un ataque continuo a los principios. Ya no tenemos órdenes religiosas, ya tenemos un clero cismático y condenado por el Papa que depende del Estado. La sociedad civil tiene descristianizada la familia por la ley del divorcio.
Esto va a provocar una reacción en la región de la Vendée…
Así es. Esta región se levanta en armas durante siete años. No es sólo una sublevación política, sino que luchan al grito de viva el Rey y los buenos sacerdotes, es decir en defensa de los curas que no han jurado la Constitución.
La represión contra esa zona que se levantó en defensa de la religión fue feroz. Una de las represiones más famosa es la que se conoce como los matrimonios republicanos que consistía en atar desnudos a un hombre y a una mujer y ahogarlos en el río Loira. A veces incluso el hombre era un sacerdote o religioso. Luis XVI y su esposa van a ser guillotinados.
Eliminados todos los sacerdotes fieles queda la posibilidad de crear una nueva religión una vez que José Fouché da la orden de arrasar los templos…
En esta nueva religión se da culto a diosa razón, que va a estar representada por madeimoselle Maillard, una bailarina de la ópera y de los prostíbulos que tenían los altos jerarcas y aristócratas de la Corte.
La diosa razón, encarnada esta bailarina, es entronizada en la catedral de Notre Dame. La propia Maillard mientras es paseada en andas pisotea un crucifijo por lo que acentúa todavía más el carácter blasfemo y sacrílego del acto. Ante esta situación a los católicos franceses no les queda más que entregarse a un culto de catacumbas. Las Misas se celebran a escondidas en los bosques y donde se puede.
Otro elemento importante para descristianizar la sociedad es la incautación del tiempo. A partir de ahora él tiempo no tendrá como referencia el nacimiento de Cristo, plenitud de los tiempos, sino la proclamación de la República. 1792 pasa a ser el año 1 cuando se proclama la República. Los nombres de los meses empiezan a adoptar elementos de la naturaleza. Los meses van a tener 30 días, pero no 4 semanas sino 3 décadas y la fiesta es el último día de la década. Lo hacen para hacer desaparecer el domingo, que deja de ser festivo. Cada día deja de estar dedicado a un santo y se dedican a un producto del campo o a un mineral. No es nada inocente, pues el 24 de diciembre es el día del azufre y el día 25, que es el día de la Natividad del Señor, es el día del perro.
Ya han suprimido a Dios por completo de la sociedad, pero ven necesario que el pueblo conserve cierta idea vaga de lo trascendente.
Robespierre ve que el ateísmo no les lleva a ningún sitio, que provoca desorden social y descontrola la sociedad y crea la fiesta del ser supremo. Dios pasa a ser un aglutinante social y se decreta que a partir de ahora los franceses crean en dos cosas: en la existencia del ser supremo y en la inmortalidad del alma. En la fiesta del ser supremo Robespierre quema una estatua de cartón que representa el ateísmo.
Finalmente, cuando acaba la época del terror viene una época más tranquila, pero igualmente con persecución, es la época del Directorio. Los sacerdotes que no obedezcan esta religión del Estado van a ser deportados a la Guayana.
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Fuente:
https://elcorreodeespana.com/histori...ues-Perez.html
25 cosas escalofriantes de la Revolución Francesa que no conocías
Pero cientos de miles de hombres, mujeres y niños fueron quienes terminaron pagando con sus vidas estas transformaciones políticas y sociales.
La Revolución Francesa es uno de esos eventos históricos en los que todos pudieran estar de acuerdo en catalogarlo como importante y caótico a la vez. Acompáñanos a descubrir algunos de los hechos más notables y escalofriantes sobre esta época de gran cambio e incertidumbre en Francia.
https://www.youtube.com/watch?v=Ec1aPOYmsKw
Amenodoro Urdaneta fue hijo del General Rafael Urdaneta, nombrado Caballero de la orden de Pio IX por su defensa apologética y miembro de la Congregación Mariana, escribiendo diversos libros en refutación de publicaciones anticatólicas, incluida la “Vida de Jesús” de Renan, partidario de la Federación, también fue encargado durante el gobierno de Juan Pablo Rojas Paul para gestionar la venida de Monjas francesas para el Colegio de Tarbes, en esta ocasión compartimos sus reflexiones sobre la revolución francesa, contenida en una obra suya destinada a la educación infantil:
“Huyendo de las borrascosas escenas que tuvieron lugar en las poblaciones de la Francia, escenas provocadas en nombre de la libertad y de la filosofía, se albergo aquella pequeña familia en ese ignorado sitio, juzgándose feliz en el retiro. Y en efecto lo era. ¿Quién no hubiera deseado su situación, en medio del horror y encarnizamiento que por donde quiera se veía? ¿Quien no deseaba estar lejos del teatro sangriento de tantas desdichas, cuando hasta el santo nombre de Dios era escarnecido, la Religión ultrajada, conculcada la moral, la justicia ridiculizada y bastardeada la filosofía? ¿Cuando se levantaban estatuas a ídolos humanos, al cínico Voltaire, al sanguinario Marat, al tremendo Danton y al incalificable Robespierre? ¿Cuando se adoraba a la diosa Razón en desprecio del Hombre-Dios; a esa diosa falible e limitada, en cuyo nombre se han cometido y se cometerán los mayores escándalos, y cuyo imperio no puede traspasar el lindero de las tinieblas del entendimiento humano, mal que les pese a los hombres? ¿Quién no desearía vivir tranquilo en medio de las agitaciones de espíritus enfermizos, que todo lo veían al través del funesto prisma de su calentura y de sus pasiones desencadenadas, que cual negros nubarrones y cual aquilones desatados, recorrían del uno al otro extremo de Francia, llevando la tempestad y la muerte? ¿Quién no aspiraría a la calma, cuando todo lo que hay de más bello, grande y noble en el corazón desaparecía al impuro aliento de la discordia y de una repugnante filosofía? En vano conservaba el verdadero filósofo, el hombre virtuoso, las ideas que le inspiraba su conciencia...... Era despreciado, y sucumbía envuelto en el espantoso torbellino de la revolución. En fin, la sociedad estaba minada y perecía.... Y habría perecido sin duda, si no hubiera enviado la Providencia una mano de hierro que contuviera aquel torrente devastador, y volviera a la revolución su aplomo i sus fueros a la Religión” (1)
(1) Amenodoro Urdaneta, “El libro la infancia: por un amigo de los niños” (1865), pág. 61. Ver menos
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Fuente
https://www.facebook.com/10914862426...0827826094655/
El sangriento régimen que castigaba con la guillotina las «fake news» y a quienes «provocaran el desánimo»
Durante el Gran Terror, la Convención aprobó un decreto que se puede considerar «todavía hoy como la carta fundacional de la justicia totalitaria» con castigos a quienes difundieran noticias falsas o criticaran la gestión de los comités revolucionarios
César Cervera
Actualizado:14/01/2022 17:43h Guardar
La conspiración del hambre fue a principios de la Revolución francesa un importante motor para agitar los odios del pueblo y un foco de falsas noticias. La acusación contra la nobleza más casposa de estar provocando estados de hambruna y acaparando alimentos para lucrarse y, lo más grave, mantener sometido y famélico al pueblo justificó los primeros arranques de violencia. Conforme se radicalizaban los constitucionalistas fueron sumándose más y más personas, incluidos los girondinos y más tarde hasta algunos republicanos extremistas, a la lista de implicados en distintas conjuras internacionales contra el pueblo francés. Incluso Danton, uno de los primeros jacobinos, sería ejecutado acusado de estar en connivencia con los monárquicos y las fuerzas extranjeras.
Retrato de Jean-Paul Marat
La prensa parisina jugó un papel fundamental durante toda la Revolución para difundir ideas no siempre pacíficas.
Uno de los personajes más populares del periodo Jean-Paul Marat, científico, médico y político francés entusiasta de la guillotina, contribuyó decisivamente desde su diario «L'Ami du peuple» en la escalada de condenas a muerte que marcó el inicio del conocido como periodo de el Terror. Con tono apocalíptico y una violencia verbal en cada línea, Marat gustaba de presentarse como el azote de los hipócritas, el perseguidor de los conspiradores y el gran campeón de la libertad de prensa: «La libertad de decir algo solo tiene enemigos entre los que desean reservar para ellos el derecho de hacer algo», solía alardear.
La mayoría de parlamentarios contaban con su propio periódico y gran parte de ellos habían hecho política más en la prensa que en las asambleas. La difusión de noticias falsas tanto desde un lado como del otro se convirtieron en un arma de propaganda. En un momento dado, los revolucionarios intentaron descabezar, literalmente, las «fake news» que no les eran favorables.
El totalitarismo moderno
El periodo del Terror empezó el 17 de septiembre de 1793 cuando la Convención votó a favor de las medidas para reprimir las actividades contrarrevolucionarias y se prolongó hasta la detención y ejecución de Robespierre y su grupo a finales de julio de 1794. En estos diez meses se vivió un auténtico genocidio en algunas regiones que afectó a hombres, mujeres y niños… Pero incluso dentro de este año de represión y anarquía, con algunas regiones levantadas contra la Convención y los ejércitos extranjeros lamiendo las fronteras, existió un espacio de tiempo todavía más sangriento que los historiadores han denominado como Gran Terror, que se inauguró en mayo de 1794 con una serie de leyes cada cual más represiva que la anterior.
El 22 de ese mes la Convención aprobó un decreto que, en palabras de Simon Schama, autor del libro clásico «Ciudadanos: una crónica de la Revolución francesa» (Debate), se puede considerar «todavía hoy como la carta fundacional de la justicia totalitaria».
El decreto se aprobó dos días después de la Fiesta del Ser Supremo, una gran ceremonia dedicada al Dios de la naturaleza. Y tras sendos intentos de asesinar a Robespierre, diputado jacobino y uno de los miembros más influyentes del Comité de Salvación Pública (encargado de las ejecuciones junto al Comité de Seguridad General), y a Collot d’Herbois, también miembro de este comité.
Georges Couthon justificó el decreto que castigaba con todavía más dureza los delitos políticos en que estos eran peores que los comunes, pues en el primer caso «se perjudica solo a individuos» mientras que en los otros se ve amenazada «la existencia de la sociedad libre». La presión sobre la Convención se tradujo en menos espacio para la libertad de pensamiento.
Fiesta del Ser Supremo en el Campo de Marte (París)
Couthon, diputado conocido por la parálisis que sufría en ambas piernas, defendía que cuando las conspiraciones amanazan a la República, «la indulgencia es una atrocidad [...], la clemencia es parricidio». De lo que se trataba, básicamente, era disminuir los criterios para definir a los conspiradores y la forma en la que debían ser ejecutados. A partir de este decreto, podían ser llevados ante el tribunal revolucionario aquellos acusados de «calumniar el patriotismo», «tratar de provocar el desánimo», «difundir falsas noticias» o «depravar la moral, corromper la conciencia pública y menoscabar la pureza y energía del gobierno».
La acusación de traidor estaba sujeta a criterios totalmente arbitrarios, pero es que, además, el decreto quebraba las garantías procesales más básicas durante el juicio. Cuenta Simon Schama en su obra que el Tribunal solo podía tomar dos sentencias: la absolución o la muerte, no había penas intermedias. Aparte, no se permitía al acusado que tuviera abogado defensor y para acortar el juicio no se permitía llamar a testigos. Cuando algunos diputados reclamaron más tiempo para debatir sobre el decreto, Robespierre insinuó que los que se oponían era porque tenían algo que ocultar y que «aquí no hay nadie que no pueda decidir sobre esta ley con la misma facilidad con que se decidió sobre tantas otras de mayor importancia».
Podían ser llevados ante el tribunal revolucionario aquellos acusados de «calumniar el patriotismo», «tratar de provocar el desánimo» o «difundir falsas noticias»
La llamada ley de prarial aceleró el ritmo de ejecuciones en París, que centralizó los procesos que hasta entonces se llevaron a cabo en las distintas provincias. Si bien en las semanas previas ya se percibió un aumento de ejecuciones políticas, incluidos miembros de la Convención que perdieron por completo su inmunidad parlamentaria, fue a partir de prarial (el mes en el que se aprobó según el calendario impuesto por la Convención) cuando se pasó de cinco ejecuciones diarias un mes antes a diecisiete y más tarde 26 en el último mes del Terror.
Solo una pequeña parte de las personas procesadas eran absueltas, mientras que los demás eran enviados a la guillotina, un instrumento de ejecución que no distinguía nobles de plebeyos...
La guillotina para los verdugos
Tradicionalmente se ha dado por válida la cifra de 40.000 personas ejecutadas durante todo el periodo de El Terror, pero Simon Schama sostiene que ese número solo es la punta del iceberg y no tiene en cuenta la catástrofe de dimensiones colosales que se vivió en la Vendée y en otras regiones periféricas que se opusieron a la Revolución. El historiador Jean-Clément Martin estima para la Vendée, Loire-Inférieure y Maine-et-Loire, regiones que vivieron una auténtica guerra civil, una cifra total de un cuarto de millón de muertos. En la Vendée incluso se estudió la posibilidad de utilizar «minas, gases u otros medios que permitiesen destruir, adormecer o asfixiar al enemigo», un antecedente directo de las cámaras de gas nazis.
Maximilien Robespierre en 1785. Óleo de Pierre Roch Vigneron.
En las últimas semanas de julio, el temor a que tarde o temprano a todo el mundo le llegara la hora de un juicio político hizo que un grupo amplio de revolucionarios se aliara para terminar con el periodo infernal de Robespierre, al que ni siquiera las victorias militares le sirvieron para bajar el ritmo de ejecuciones. Frente al temor a que Robespierre iniciara una nueva remesa de denuncias, algunos diputados comenzaron a dar gritos el 27 de julio para impedir el discurso del jacobino en la Convención. Las risas y las burlas paralizaron al rígido Robespierre, que en un rápido golpe de mano fue acusado de dictador y detenido junto con otros dos miembros del Comité de Salvación, entre ellos Saint-Just y Georges Couthon.
Aunque fueron liberados de la cárcel por la comuna de París, finalmente el grupo más fiel a Robespierre fue de nuevo arrestado, condenado y conducido a la plaza de la Revolución (hoy plaza de la Concordia), en la que cientos de personas habían muerto durante los meses anteriores. Allí fue guillotinado. Bajo la máquina, el verdugo arrancó a Robespierre las vendas que tapaban una horrible herida en la mandíbula, huella de su intento de suicidarse antes de dejarse coger vivio, y dio lugar a un grito animal de dolor que solo pudo silenciar la caída de la hoja afilada.
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Fuente
https://www.abc.es/historia/abci-san...1_noticia.html
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