(Blanco y Negro, 6 de Marzo de 1976, página 16)


El Opus y la política


He leído con auténtico espanto el estudio que publican en su Revista de todo el espectro político español del momento, y además de asombrarme por el auténtico mare mágnum que existe a nivel de la «clase política», me ha llamado la atención el que incluyan al Opus Dei como un partido político. No voy a insistir sobre el tema de que el Opus Dei no se identifica con ninguna tendencia política concreta, pues me parece que dudar de ello revela una pésima información, impropia de una Revista de su altura. Pienso que hasta los más ingenuos hace tiempo que se convencieron que los socios de la Obra tienen total libertad en las materias opinables entre las que se encuentra la política. Además prestan ustedes un flaco servicio a millones de personas de todo el mundo que entienden y aman al Opus Dei y que no tienen por qué sentirse identificadas con la postura política de algunos socios en un determinado país.

Y otro tema. ¿Quién les ha «confirmado» el liderazgo de ese partido en López Rodó? ¿Es que él mismo se lo aseguró? ¿No será que ustedes se lo han inventado?


José María Polo Ferrer

Sevilla


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(Blanco y Negro, 20 de Marzo de 1976, página 12)


En torno al Opus Dei


Le suplico tenga a bien publicar las siguientes líneas en relación a las que trae, bajo la firma de don José María Polo Ferrer, en el ByN de hoy.

El señor Polo insiste en las tesis de su cofrades de la libertad política de los miembros de la Obra, amparándose en el hecho de que militen en partidos contrapuestos, desde Rafael Calvo Serer aliándose al comunismo moscovita, hasta Laureano López Rodó, militando en la extrema derecha capitalista, pasando por la variada gama de miembros del Opus presentes en todo el arco iris político español. Mas tal hecho no prueba nada, porque tanto como índice de libertad, significa cabalmente lo contrario: la obligatoriedad para los miembros de asumir posturas con arreglo a un plan preconcebido trazado por los superiores de la Obra a fin de cubrirse en todas las posibilidades de futuro.

Es lo que hay que aclarar precisamente. Y no creo quepa más que la segunda, desde el instante en que la Provida Mater del 2 de febrero 1947, por la que están regulados todos los institutos seculares, entre ellos el Opus Dei, impera en el art. 3, núm. 3, párrafo 2, que «el vínculo que ha de unir entre sí al Instituto secular y a sus miembros» debe ser: «mutuo y pleno, de tal forma que… los socios se entreguen totalmente al Instituto y éste cuide y responda de ellos».

Según consta en «Ya» del 14 octubre 1969, el Ministerio de Justicia declaró oficialmente ser el Opus un instituto secular; luego la Obra ha de cuidar de lo que hagan y responder de cuanto hagan, incluso políticamente, todos y cada uno de sus miembros, desde el procomunista Rafael Calvo Serer hasta el profalangista Laureano López Rodó. Además de que tal es el espíritu de la Obra, en Camino, número 484, léese a la letra: «Tu deber es ser instrumento».

Déjese, pues, el señor Polo Ferrer de reiterar afirmaciones vacías en pugna con la legislación canónica y con los dictados del señor Escriba o Escrivá de Balaguer, por mencionarle según los apellidos que gustó usar en diversas etapas de su vida. ¿Por qué el señor Polo Ferrer no contesta a las preguntas que humildemente formulé en el ByN del 4 de octubre de 1975? Espero lo haga ahora en vez de acudir al socorrido truco de enturbiar las aguas con afirmaciones indemostradas e indemostrables.


Francisco Elías de Tejada

Sevilla