Sobre el carlismo, lo que pasa es que se dicenr las aberraciones más tremendas. Hace poco tuve que oír a Marhuenda soltar que las tres guerras carlistas del XIX fueron por cuestiones "territoriales" (sic), de paso enlazando con el actual "procés catalá". El desconocimiento es supino.
El nacionalismo como tal, tanto en España como en sus lugares de "nacimiento" (principalmente Alemania e Italia) es un movimiento moderno, de raíz absolutamente liberal en lo económico ("Zollverein" etc), voluntarista, constitucionalista, relativista en lo moral (darwinimo social) y demás. Sociológicamente, que Valmadian me corrija si quiere, se trata de un fenómeno puramente urbano y burgués; no se me ocurre algo más contrario al carlismo analizándolo por encima.
Con el paso del tiempo, el nacionalismo tomó otro disfraces y tramoyas, presentándose como marxista-leninista también, o como fascista, pero en realidad cumpliendo siempre las mismas características de adoración hipersensible a la tierra o al raza, a las supuestas tradiciones (reales o inventadas), la "historia" (quesuele ser mítica) y a los ancestros. Es una forma de romanticismo exacerbado, que a veces incluso pretende enlazar con el paganismo perdido.
Como el carlismo es tradición, defensa de la historia, sociedad, y convivencia natural bajo antiguos principios, la historiografía suele presentarlo como una especie de "protonacionalismo" o antecedente directo del nacionalismo. A ello hay que sumar que, durante la gran adulteración llamada por algún sinvergüenza "tiempo de clarificación ideológica" del carlismo, buena parte de los jóvenes militantes se pasó con armas y bagajes a posiciones de ultraizquierda, que derivaron finalmente en separatismo. Otra parte también, por desconocimiento total de un carlismo al que sólo pertenecían por herencia familiar, decidió pasarse al nacionalismo de derecha; pero todo es producto del mismo proceso de confusión y de falta de catolicismo verdadero que les llevó a abrazar estas herejías abominables a partir de los años 60.
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