La lástima es que mucho hilar fino con la parte política del asunto y dejar totalmente de lado la parte religiosa: ¡¡cuánto daría por leer algún escrito de los obispos españoles lamentándose de la pérdida de aquella unida católica española!! Es que da no sé qué que solo se quejen Blas Piñar y Manuel de Santa Cruz.. y ningún obispo santurrón dijera ni pío... Vaya, que había que haber hecho obispo a D Manuel de Santa Cruz y compañía...
No olvidemos que dos no pueden bailar si uno no quiere: ni por el Concilio ni por Pablo VI ni por los obispos era ya viable la unidad católica.
No solo eso: los seminarios, las iglesias católicas españolas albergaban ya por entonces y aun antes durante el concilio encuentros ecumenistas con herejes protestantes y con ortodoxos: el ecumenismo se enseñaba en Salamanca en la cátedra Juan XXIII; herejes de Taizé eran recibidos por el Arzobispo de Sevilla Bueno Monreal ya en 1963, etc. Por eso se hacía la vista gorda en el asunto. Ya, ya, lo correcto hubiera sido que Franco metiera en la cárcel al hereje de turno invitado por el obispo que le hacía de anfitrión...
Pero bueno, estamos acostumbrados a recibir noticias sobre las canalladas de Franco pero nada de nada nada de nada sobre los santos obispitos, cooperadores necesarios...
Una cosa son las Declaraciones conciliares, en las que la Iglesia tiene toda la potestad y otra cosa son los Concordatos, acuerdos sobre acuerdos puntuales entre el Vaticano y cada gobierno católico respectivo, en que ambas partes van de igual a igual. Y de un Concordato dependía el nombramiento de obispos en España. Sacar conclusiones equiparando las declaraciones conciliares con los concordatos, como hace este sr. Orbe es un puro disparate.Razonaré brevemente. Todos hemos podido leer, y yo he leído en múltiples periódicos del Movimiento, y revistas, la carta que S.S. Pablo VI escribió al Gobierno, pidiéndoles renunciasen al derecho de presentación, y la contestación del mismo diciendo que no renunciaban. No creemos necesario, en este momento, entrar en si había derecho o no a tal negativa, lo que interesa tan sólo hoy, es el hecho de la negativa.
Admitiendo su tesis de la IMPOSICIÓN, habría que concluir que quienes se atrevieron a decir que no, a S.S. Pablo VI en cosa menos importante, por una mala entendida obediencia o remilgos de conciencia no se atreven a decir que no a la Santa Sede (que está muy cerca del Vicario de Cristo, pero que no es Él) en materia mucho más grave y con una vertiente claramente política.
Pobrecito Pablo VI qué poquííííto... pedía... y ¡¡¡¡¡el ogro Franco se lo negóóó....!!!! qué horrooooor....Fuente: Unidad, 13 de Febrero de 1971. Página 4.
Estamos dispuestos a revisar todos los privilegios de que gozan las dos potencias
Escribió el Jefe del Estado español a Pablo VI
EL PAPA HABÍA PEDIDO SOLO LIBRE DESIGNACIÓN DE LOS OBISPOS
Ahora han sido hechas públicas las cartas entre las dos personalidades
En fin, lo primero que hay que aclarar es que si al Concordato de 1953 (que más que Concordato era una declaración de derechos y privilegios de la Iglesia en España) le quitamos al Estado su única potestad que era nombramiento de obispos... ¡la cosa ya hubiera sido de bochorno!
Pues bien: aunque efectivamente esa petición de no interferencias gubernamentales en el nombramiento de obispos se debatió y aprobó en el Concilio, lógicamente debía intentar aplicarse caso por caso pues había dos partes implicadas y eso era lo que pidió Montini a Franco.
Como digo esa era la única baza gubernamental española frente a la Iglesia en el concordato de 1953. El problema era que ya en 1968 se hacían sentir los asquerosos frutos del Vaticano II, que en España no tanto eran los protestantes ni las sectas ni la “pérdida de la unidad religiosa” (por más erre que erre con que se nos machaque), sino los vientos pro-marxistas y correlativos derechos de libertad ideológica que consagraba la Gaudium et Spes y que podía hacer de cada cura, de cada sacristía, cada seminario y cada templo (bajo la jurisdicción eclesiástica y Conciliar) potenciales sujetos de subversión político-ideológica a efectos prácticos (cooperando hasta con el terrorismo). Cosa que de facto ya sucedía en País Vasco, Cataluña y zonas obreras de Madrid.
Frente a ello, la única defensa (pasiva) del Estado era la prevención controlando el nombramiento de obispos (superiores jerárquicos de los curas subversivos, amigos de terroristas). ¡Pues hasta eso quería quitarle Montini a Franco. El ÚNICO “privilegio del Estado frente a los curas rebeldes... (Y por cierto ya se le veía el plumero a Montini cuando pasó a nombrar al gamberro Cirarda "Administrador apostólico de Bilbao" a la muerte del santo obispo Gurpide para calmar a la canalla clerical separatista; de semejante pasta era la escoria episcopal que nos quería endiñar el Vaticano; y este canalla fue el que impidió a la Justicia procesar a su vicario Ubieta por terrorismo en 1969, ¡¡amparándose en el Concordato!!...).
Franco se lo insinuó con su respuesta (a buen entendedor): "...vale, juguemos con las cartas boca arriba: Tú pasas a nombrarme los obispos... (como dice el Concilio) pero yo encarcelaré a tus curas, subversivos, rojos y aun terroristas como a delincuentes comunes, quitándoles el fuero eclesiástico y la autorización episcopal para su procesamiento... (como dice el Concilio) ¿Qué te parece? A ver quien sale perdiendo más... Cuando quieras hacemos otro Concordato..."
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