Muy buena la crítica de Prada a internet. La comparación que hace con la prensa es muy adecuada. Además para esto hace falta ser valiente, pues los que exponen este tipo de pensamientos generalmente son linchados en la redes sociales. La turba digital se encoleriza si sospecha que peligra su soma.
En cuanto a la divinización de internet que magistralmente describe Prada, recuerdo que hace años eran habituales expresiones como "lo voy a consultar con san Google" o "Google es Dios". En los buscadores todavía se encuentra rastro de esta idolatría blasfema, que ya nos alertaba de que algo muy peligroso se estaba fraguando.
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