Coincido con que el decreto de Unificación era necesario e imprescindible por aquello de que en toda guerra debe haber un Mando Unificado.
En realidad Manuel Hedilla no se oponía al decreto en si, sino a la forma en que se lo concreto.
Como bien dice Doble Águila no hay más que ver como les fue a las distintas facciones de los socialistas, comunistas, anarquistas, Trotskistas, etc, que se enfrentaron a tiro limpio entre ellas por no tener un mando único.
Pero pareciera que la cuestión esta en lo que ocurrió después de la Victoria.
Entiendo que el Caudillo quiso ser el el Conductor del Estado Español y regir los destinos de España hasta su muerte.
De allí que se valió de falangistas, monárquicos, y "nacionales" en la medida que no le hicieran "sombra".
Creo también que debió lidiar con su pasado "nazifascista", más allá de hasta donde puedan haber llegado su simpatías por el eje.
Sin duda que esto condiciono seriamente su gobierno a partir del 45, pues los "aliadófilos" decidieron aniquilar cualquier vestigio de fascismo.
Si lo pudo sortear fue por su pericia política y porque fue necesario mantenerlo en la "guerra fría".
Seguramente que ésto lo obligo a hacer cosas que de otro modo no hubiera hecho.
Otra circunstancia a tener en cuenta es los enormes cambios habidos a partir del V-II, y su repercusiones en el ámbito político de lo que no se puede culpar a Franco, que más bien fue una victima de ellos.
También se debe meritar que en el Carlismo, a mas de las consabidas divisiones, se produjo la traición de Carlos Hugo y su seguidores, que resulto catastrófica.
En cuanto a la falange se partieron en varios fracciones motivadas por la carencia de cuadros y sobre todo de una autentica Jefatura con voz y capacidad de mando.
Luego esta la aparición de los llamados tecnócratas, los acomodados, los arribistas de siempre, y los que Alacrán denomina como "ruines e insignificantes", que para mi no son falangistas sino "yoistas".
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