Pues sí, los obreros que levantaron el Valle de los Caídos estaban en efecto encantados, y trabajaron voluntariamente (lo mismo que los que construyeron el túnel del valle de Arán, el canal del Bajo Guadalquivir y tantas otras cosas), porque sabían que por cada día de trabajo se les descontaban varios de presidio. Era un trabajo voluntario, se apuntaba el que quería, y unos eran presos políticos y otros presos comunes. Había de todo. Y los del Valle estaban más a gusto todavía, porque vivían en régimen de práctica libertad, en viviendas con su familia al lado de las obras, o bien si eran solteros varios compartían casa, cobraban sueldo y ni se les ocurría escaparse. Muchos terminaban la condena y seguían allí porque tenían trabajo, casa, tienda, un colegio para sus hijos, etc. Independientemente de la opinión que nos merezca Franco (que nunca pensó ser enterrado allí; ya tenía tumba en El Pardo), la realidad es que fue así. Todo está documentado. Eso sí que es reinserción de presos en la sociedad, en vez de tenerlos muertos de asco y aburrimiento en la cárcel y volviéndose más resentidos contra la sociedad. Hasta Paco Rabal, siendo comunista, reconoció todo esto.