Veamos el concepto de nación en el contexto de usted lo utiliza no puede ser confundido con el concepto de nación en los términos que lo emplea la revolución francesa. Es más si en vez de usar el término nación usamos el término pueblo comprenderemos esto perfectamente. En español no existe un vocabulario político preciso y esto es fuente de equivocos cuando traducimos a nuestro idioma la terminología política extranjera. Por ejemplo en español se usa el término pueblo para identificar simultáneamente la aldea, por ejemplo Villaburros del Conde, por decir algo, y pueblo en sentido político, como sujeto de soberanía. Como quien no distingue confunde, los políticos que de tontos no tienen un pelo juegan, en beneficio propio, con esta ambiguedad y se les olvida decir que esa misma ambigüedad sucedía antaño con el término nación, que etimológicamente viene de nacer, y que, por tanto, era referida al lugar de nacimiento, sin que ello tuviera connotaciones políticas porque, como frecuentemente suele olvidarse, en estas épocas tambien se emplea el término nación, referido a España, cosa que los canallas y estafadores que urdieron la Constitución de 1978, se cuidan muy mucho de decir para atribuirlo todo a una conspiración del franquismo. A mí el discurso de la pluralidad hispánica me deja más helado que un témpano porque una cosa es valorar las peculiaridades regionales y otra muy distinta convertirlas en base para la acción política. Detras del llamado antijacobinismo se oculta la acción perversa del separatismo en nuestro propio terreno. La historia del jacobinismo no viene marcada por la persecución de las peculiridades regionales en sí, si no por la uniformización política en el concepto abstracto de humanidad. El llamado nacionalismo jacobino, no fue tanto una declaración progamática cuanto una acción de circunstancias derivadas del fracaso de la revolución a nivel mundial. Si estudiamos la ideología y los textos revolucionarios observamos que la ambición de la ideología ilustrada era hacer de la Humanidad la nación única y el patriotismo jacobino fue una reacción defensiva de gentes que no creían, ni muchísimo menos, en la idea de patria. Vease la obra de Barruel Memorias para servir a la Historia del jacobinismo. El proceso de uniformización administrativa en la historia francesa es anterior al jacobinismo, viene impulsado por la propia monarquía y obedece a criterios prácticos de simplificación de los procesos de toma y ejecución de decisiones. Porque lo que subyace detras del culto a las libertades es el deseo perverso de destruir el poder político, en el antiguo régimen con los privilegios pero el estado liberal con la indefinición del sujeto de derecho político. Así lo democrático se convierte en el hecho de tomar decisiones por medio de votaciones, cuando votaciones las había en el Antiguo régimen y a nadie se le ocurre calificarlas de democráticas. Así el nuevo estado liberal del año 78 disuelve las decisiones personales en un montón de elecciones cuyas decisiones se anulan unas a otras porque no existe unidad de criterio en torno a lo esencial, el sujeto de derecho político, ¿A quien llamamos pueblo? Todo es democratico porque todo se vota. Es democratico un consejo de area de salud integrado por facultivos, mujeres de la limpieza, administrativos, funcionrarios, asociaciones de vecinos y ONS. Es democrática la Asociacion de vecinos que se opone a las decisiones de la anterior, Es democrático el sindicato de ATS que se niega a ejecutar lo que dispone la primera, Es democrático el ministerio de Sanidad porque Votado en el parlamento, representa teoricamente la soberanía nacional, Es democratico el área de salud que en el nivel de la Autonomía hacv lo mismo, es democrática la directiva europea que hace lo mismo y es democrática la recomendación de la ONU que pretende hablar en nombre de la humanidad. Al final ¿Qué es lo democrático? Porque si no se puede servir a dos señores mucho menos se puede servir a una infinidad de legitimidades. Al final cuando un término pretende significar demasiadas cosas es porque, en el fondo no significa nada, y, sin embargo, se usa, luego es en aquello que destruye y no en aquello que construye donde debemos apreciar la clave de su significado. Creo sinceramente que el discurso del respeto a la diversidad regional en los términos en los que se plantea y en el contexto en el que lo usamos no es si no una coartada moral de algunos tradicionalistas para justificar que no nos enfrentemos con la gangrena separatista que, con arreglo al principio de realidad política, es el enemigo número uno de nuestra patria. Frente al mal sólo cabe ser claro en la autopsia del problema porque siendo los azucares necesarios el exaltar las virtudes de los mismos ante un diabético lejos de ser un prodigio del dominio de la sutileza, como algunos se creen, es un grave acto de irresponsabilidad política.