Muy bonito detalle, amigo Don Cosme. Mire que para que haya sobrevivido una tradición religiosa así deben ser gente muy devota las de Canarias.
En los pueblos del interior de mi país, el día de los muertos la gente concurre en grandes cantidades a los cementerios, prenden miles de velas y permanecen conversando y rezando junto a la tumba o el panteón de la familia. Esto se llama “alumbrar”.
No pasa así en los cementerios de ciudad, que se llaman “Parques”, y donde es casi extraordinario encontrar una cruz (hombre, no vaya usted a ofender al ateo que está enterrado junto). Y se los promociona como que tienen “capilla ecuménica”.
Otra cosa hermosa que aun pervive son las procesiones los domingos por la mañana alrededor de la plaza principal. Solo somos algunos viejos y uno que otro de mediana edad (como yo) pero viera usted el respeto y silencio con que nos observan pasar los trasnochados y amanecidos que están sentados en los bares de los alrededores haciendo el último trago antes de ir a dormir.
Una cosa curiosa que he notado que practican mucho los jóvenes y adolescentes es el persignarse al pasar por las iglesias. Lo hacen en cuanta iglesia se crucen. Esto lo noté viajando en ómnibus. Esta puede ser una actitud repetitiva de lo que hacen los mayores, pero no deja de ser bueno.
Y una tradición no religiosa que vi aun se respeta, es aquella que indica que la primera sesión del Congreso la preside el miembro de mayor edad del cuerpo. Lo que no deja de ser una señal de respeto a los mayores, y un reconocimiento a algo así como que los ancianos tienen la sabiduría.
Me gusta mucho ver este tipo de cosas mantenerse con los años, pues como dice mi amigo el padre Harriague: "La corrupción comienza por los detalles".