Lo que la Iglesia ha enseñado siempre y en todas partes; o bien, la sentencia unánime de sus doctores y Pontífices, bajo ningún aspecto puede tomarse como materia facultativa, es doctrina y pertenece al depósito de la Fe.
Y nuestra Santa Iglesia ha enseñado siempre y en todas partes que el pueblo judio es reo del pecado de deicidio y que por esta razón ha pasado a ser maldito entre las Naciones hasta su conversión previa al fin de los tiempos.
Todo el resto de las opiniones pseudo eruditas-incluídas las de los pontífices postconciliares, en cuanto teólogos privados- no le pueden interesar absolutamente a nadie más que a sus propios autores. Por lo demás, si van contra la enseñanza tradicional deben ser rechazadas categóricamente.
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
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