Eso es cierto, su libro sobre la Iglesia y la Cortes de Cádiz es magnífico, una perfecta explicación de cómo el liberalismo se expresó anticristiano desde su primer minuto de vida pública.
Lo que me cuesta entender es cómo sabiendo todo lo que sabe, luego se muestre de forma tan comprensiva con los herederos políticos y clericales de los peores personajes de entonces.
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