El pasado domingo (20 de mayo) el programa de Juan Manuel de Prada también tocó este mismo tema y había un sacerdote, profesor de la San Dámaso, que mantenía estas mismas tesis evolucionistas afirmando precisamente ésto, que en un momento determinado de la "evolución", Dios le infundió un alma espiritual al mono. Y a mi me pareció tal disparate comparar el barro bíblico del que nos habla la creación (el barro, que no está vivo, sino que es solamente un objeto inanimado) con un mono (que sí es un ser vivo que nace, crece, se reproduce y muere) que también me pregunté irónicamente eso mismo que aquí también se pregunta, de la misma manera que yo.. ALACRAN, sobre si, al morir también habríamos entonces de "regresar" al estadio de monos, en lugar de regresar al barro.
Es realmente estúpida la posición que adoptan todos estos católicos modernistas que quieren hacer confluir la luz con las sombras, y la Verdad con la mentira. Con todos estos descalabros no es de extrañar la forma con que Gaudium et Spes, el Papa Juan Pablo II y también Ratzinger... reverencian tantísimo la obra de Teilhard de Chardin. Y es lógico.. porque una vez dicho ésto, de hacer estas afirmaciones, a llegarle a hacer una profunda reverencia a esa idea paganizante del "Punto Omega" teilhardiano... hay solo un paso.
Un saludo
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