Cita Iniciado por jasarhez Ver mensaje
Y, en esta ocasión, yo creo que ni Darwin es Galileo... ni el modelo heliocéntrico es la teoría darwinista. Por lo que, a mi juicio, en esta ocasión actuar movidos por un hipotético "complejo de culpabilidad" sin fundamento histórico, no tiene el menor sentido... Yo creo que, la Iglesia se está equivocando por anticipación a los hechos, y debiera seguir manteniendo la misma doctrina que venía expresando en el Concilio de Trento, hasta que existan (si es que llegaran a existir algún día... que en este caso creo que jamás vaya a suceder...) una total demostración científica que obligara a inclinarse mas por la lectura espiritual o alegórica en este tema del evolucionismo darwinista. Quizás, por miedo, se está intentando poner el carro delante de los caballos, o ponerse la venda antes de que se produzca la herida, ya que las teorías darwinistas, casi con total seguridad, estén erradas y no sean mas que una especie de ideología interesada, antes que una verdadera ciencia, como ya lo están apuntando muy diversos científicos nada ligados, por cierto, a la Iglesia Católica, o incluso declarados manifiestamente como ateos (y que sufren persecución y censura por su crítica abierta al darwinismo... y no precisamente a consecuencia de ninguna forma de inquisición eclesial). Tales cosas jamás ocurrieron con Galileo...
- Lo subrayado en negrita NO puede nunca suceder. En este caso estas tú, Jasarhez, flaqueando por lo mismo que criticas a los teólogos darwinistas, aceptando que es lícito ponerse la venda antes de que tiren la piedra.


Por otro lado, hay otro problema de índole moral en el asunto.
La jerarquía postconciliar hace tiempo que ha abandonado la teoría tomista tradicional sobre alma y cuerpo y sus relaciones mutuas; todo se les va en alabar la "dignidad humana" en base a disquisiciones escriturísticas pero sobre un total vacío filosófico o meramente racional-discursivo.

A partir de ahí, todas las apelaciones del hombre como un ser moral, quedan carentes de justificación filosófica: con la consiguiente ruina de la doctrina moral sobre las virtudes y la moralidad humana. La "moral" queda a merced de ser considerada como un mero estado evolutivo del chimpancé y, precisamente por eso, menos justificada "racionalmente" que los actos animalescos de apareamiento y nutrición que son absolutamente necesarios a las especies.
En definitiva, ruina absoluta de la moral cristiana y de la ley natural que profesó el ser humano civilizado en su Historia.